-¿De nuevo viendo ése hotel?-preguntó Henry al salir de la preparatoria
Julio sólo sonrió y siguió con su silencio. Iban de camino a tomar un helado. Pero más adelante, al pasar por una gigantesca casa muy elegante que al parecer, se encontraba solitaria, el dolor nuevamente le dio en el pecho. Su cabeza le dio vueltas y dolores, se tomó de la pared, pero se mareo demasiado y cayó al suelo, con la vista borrosa.
¿Qué eran esos recuerdos? No entendía porqué se ponía así, el dolor era intenso. Y le dolía no recordar nada. Inmediatamente después de que cayó al suelo, Henry le tomó de los brazos y le ayudó a caminar. ¿Sus síntomas eran normales? Recordaba que el doctor le dijo que solamente serían leves, y para él eso no era leve. Era muy fuerte, pero debía acostumbrarse aunque pareciera masoquista.
-¿Qué te pasa?-preguntó Henry muy preocupado
-Los recuerdos quisieron venir...-se lamentó él con su voz agitada
-¿De qué?
-Esa casa-apuntó
-No es momento de hablar, cuando lleguemos al centro comercial entonces sí.
Habían tomado un taxi que les llevó hasta el centro comercial. Por todo el largo camino, Henry prefirió no mencionar nada, quería causarle el menor dolor posible. Su situación era delicada y encima ese chico, tan tímido que aparentaba ser fuerte era frágil. Avanzaron hasta adentrarse a una mesa de su destino se sentaron y fue hasta entonces que tuvieron tiempo para hablar.
-¿Porqué esa casa? Quisiera saber el porqué cada vez que paso cerca de ahí y la veo mi corazón late fuerte y mi cabeza punza.-comentó Julio -Hasta dónde yo sé, jamás conocí a alguien de allí.
-Hace poco escuché-informó Henry-que esa casa ha estado vacía hace un par de meses, pero que anteriormente vivía un hombre rubio, no recuerdo su nombre, pero que desgraciadamente o afortunadamente tuvo que regresar a París, al parecer su ciudad de origen
-¡Lo sabes todo!-bromeó-Pero ya basta, no quiero que parezcamos unas mujeres hablando de sus vecinas o amigas.
-Pero Julio, éste es un tema delicado. Y tarde o temprano tendrás que enfrentarte a qué hay dentro de esa casa y porqué te pone así
-Si, tienes razón. Pero ese momento no es ahora , ¿de acuerdo? ¡No desperdicies una linda tarde, hace tiempo que no salíamos!
Henry le contestó con una sonrisa, le jaló de su mano y le llevó hasta un puesto dónde vendían helado, y ambos se tomaron un helado italiano. Esa era otra de usus ventajas; que usualmente compartían los mismos gustos, y entre ellos se llevaban a conocer nuevos lugares. Pasaron caminando mientras comían los helados, en varias tiendas, compraron ropa, zapatos. Tanto que en momentos se sentían unas nenazas, pero si bien, era justificación, todo eso lo necesitaban para el gimnasio.
Pasada una hora ambos tenían hambre y Henry le invitó a comer, pero Julio elegiría la comida.
-¿Milanesa?-propuso
-¿Olvidas que soy vegetariano, amigo?
-Lo siento. A este paso también me haré vegetariano para que no se me olvide
-No es necesario, y lo sabes
-De todos modos lo quiero hacer. Ahora, como verás no tengo en mente nada, así que prefiero ir mínimo una hora a jugar Basket Ball, y al finalizar vamos a cenar
-Uhh, mi pequeño, siempre teniendo excelentes ideas-río
***
-Me encanta este deporte -dijo Henry
Llevaban tiempo jugando Basket Ball, un poco exahustos pero esto no fue suficiente para causar que se retiraran, además faltaba cerca de una hora para llegar a tiempo a la cena.
-Yo prefiero quedarme en casa a pintarme las uñas-se burló Julio
-Ohh...¡pero que descarado!
-Ya. Sólo era broma
Conforme avanzó el tiempo, fueron a las regaderas y se ducharon, al final estaban listos para marcharsea la cena. Ya estaba oscuro, por lo tanto debían de darse prisa si no querían que en un par de minutos Lesly les enviara uno y mil mensaje preguntando dónde se encontraban y porqué demoraban tanto. Cuando por fin llegaron, abrieron la puerta y entraron. El gesto de Les en cambió a partir de cuando observó que Julio llegó acompañado.
-He traído a un amigo del gimnasio, madre
-Eso es perfecto, soy Lesly-saludó amablemente
-Yo Henry
-Tomen asiento, ya está servida la cena, sólo falta un plato
Lesly se ahorró preguntas acerca de Henry, segundo amigo que iba a su casa, pero claro desgraciadamente su hijo no la sabía. Durante la cena hablaron muy poco, ya no era igual, no sin él. Su hijo, Julio, había terminado mal, pero ella estaba segura que si él jamás hubiese desaparecido, al menos para su hijo, sus vidas estarían más sencillas, aunque no logró comprender que eso había sido lo mejor.
La cena terminó y Henry se marchó, esta vez Julio no tuvo que salirse e irse por su propia cuenta a su departamento, esta vez Julio se quedaba ahí con su madre. Subió y empezó a escuchar música su forma de desahogarse y quitarse todas esas ganas de cortarse que nunca había comentado con Henry, Lesly o alguna otra persona que le pudiese ayudar, la suerte o el punto bueno era que se sabía controlar, sabía cuando podría ser el momento en que todo ese auto-control se fuera a la basura y terminara por hacerlo, y por ello siempre intentaba evitar todo tipo de peligros que le provocaran cometer una estupidez.Lesly estaba apunto de marcharse a su habitación y descansar un poco, después de todo ya era de noche, pero su celular comenzó a sonar y podría saber de quién se trataba. De él. Después del accidente, tomó la costumbre de llamarle a larga distancia para saber como estaba su hijo, y tarde o temprano se enteraba de lo que Julio hacía porque y con quién. Eso fue algo fácil de adivinar para Les, sabía lo que él sentía por su hijo, le apoyaba, y todo el tiempo de decía que en algún momento podría regresar y verle, pero nunca asintió, él y su frase de "fue lo mejor".
-¿Quién era con el que llegó a tu casa, Les?-preguntó él del otro lado de la línea-Me interesa saber que no es alguien que le puede hacer daño.
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Vagos recuerdos (yaoi/homoerótica)
Random—Siempre me haces lo mismo—comentó Julio con su voz quebrantada—Te burlas de mí, me humillas, me torturas ¡solamente soy tu estúpido juguete! —¿Y que querías que hicier contigo? —Pensé que eras menos cruel... —Ahora ves que te equivocaste. —¡Eres...