Capítulo 2

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—Pero prefiero que me llames por mí primer nombre—continuó diciendo el tipo —Ethan

—De acuerdo

—Muy bien Julio. Veo que eres nuevo aquí

—Si —admitió Julio evitando perderse en la fuerte mirada de Ethan —Es mi primer día aquí

—¡Vaya suerte tuya! Ahora quiero que en un papel me anotes tu número de teléfono y la dirección de tu instituo

Julio se apresuró a hacer lo que el desconocido le había ordenado y ni siquiera sabía por que lo hacía, pero había algo en él. Algo que volvía loco a Julio, quizá su mirada, su cabello, no sabía que era pero le agradaba sentir eso. Apuntó en un pequeño papel amba información, seguido de esto, la extendió Ethan.

—Muy bien echo. Nos vemos mañana —aseguró Ethan marchándose de aquél lugar sin molestarse en explicarle dónde se verían

Julio estaba preocupado por que venía ahora ¿Tenía que contárselo a su madre? Si lo hacía seguramente le haría regresar a casa inmediatamente. Era el primer problema que cargaría sólo, sin apoyo y sólo de pensarlo se sintió un completo idiota. Se levantó dispuesto a darse una ducha para relajarse un poco, y lo hizo, sintió la fría agua recorrer por todo su cuerpo provocandole una especie de alivio. Se dirigió a su habitación para dormirse de una vez por todas.

Al despertar; se alistó para irse a su instituto, dónde recibio las típicas burlas, ya se había acostumbrado a eso, y jamás había dicho nada a alguien ni a su propia madre, con la que mantenía una buena relación. Las clases pasaron y se preguntaba en qué momento vería a Ethan, le había asegurado que se verían más no había dicho dónde ni a qué hora, revisó su teléfono y no tenía ni una sola llamada pérdida. ¿Pero porqué tan ansioso de verle? Sentía una increíble necesidad de verle de nuevo, ver esa oscura mirada y perderse nuevamente en ella.

—Que idiota soy... —Murmuró para si mismo

Siguió caminando hasta las afueras del edificio, intentando relajarse y sacar de sus ojos y de su mente la penetrante mirada de Ethan. Salió sin siquiera protegerse de no chocar nuevamente con alguien.

—Debo enseñarte a caminar recto —la voz de Ethan le hizo dar un pequeño brinco —Si no, te irás siempre estropeando a las personas

Julio no abrió la boca, y en lugar de complacerle, bajó aún más la mirada mientras Ethan avanzaba a él.

—Vamonos —ordenó Ethan

Julio le había seguido todo el tiempo detrás de él. Le había llevado a un barrio rico —si no recordaba mal Julio —dónde escasas veces el ponía un pié por ahí. Las casas eran elegantes y Ethan le había conducido hacía la más grande de los alrededores, dónde tenían un gigantesco patio mucho antes de llegar a la puerta. Cuando por fin entraron Julio admiro toda la elegancia de aquella casa, tenía la máxima seguridad y Julio no lograba entender el porqué. Estuvieron sentados en la sala hasta que Ethan se quedó dormido, Julio al ver esto se incorporó a su lado sintiendo su respiración.

—¿Qué estás haciendo maldito crío?

—No....nada

Ethan se puso sentó frente a él observándole a los ojos.

—¿Realmente necesitas lentes?

—S-sólo cuando estoy lejos

Sin pensárselo dos veces Ethan tomó los lentes y los tiró al suelo ropiendolos con la suela de su zapato.

—¡No!

—No arruines tus lindos ojos con unos estúpidos lentes — ¿era es un cumplido? Julio pudo sentir el rubor de sus mejillas al arder. — ¿Tienes hambre? Hagamos algo para comer

Vagos recuerdos (yaoi/homoerótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora