20. Cuando quieres a alguien

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Eak se sentía mal por lo ocurrido anteriormente, sabía que no debía haberle dicho eso a su amigo, sabía que no tendría que haber discutido con ellos de esa manera, y sobre todo, sabía muy dentro de  que debía haber aceptado la propuesta de Félix e irse de ese lugar que tanto odiaba, ¿por qué no lo había hecho entonces? Bueno... la respuesta a eso era un poco más complicada, ya que ni siquiera él estaba seguro de como contestar. Era más que obvio que debía ir con ellos, le convenía de todas las maneras posibles, sí, era arriesgado, pero probablemente valía la pena intentarlo, además, si había más chicos de color verde involucrados seguramente no había fallas en el plan, y si por algún motivo las había,  serían mínimas. Entonces, ¿Porqué no se había ido? 

La respuesta a aquella pregunta fue evidente para él cuando cruzó la puerta de la habitación a la que iba y se topó con la sonrisa de cierto muchacho de ojos naranjas al que hacía poco tiempo había conocido. 

Town: ¡Eak! ¡Encontraste al mapache! ¡Que alegría!

Eak: Sí... lo encontré jaja...me ayudaron un poco realmente...

Town: ¿Estás bien?

Eak: C-claro ¿Por qué la pregunta?

Town: Bueno, pues porque no te ves como siempre. Algo ha pasado.

Eak: Para nada jajaja. Solo... me cansé de buscar a esta cosa.

Town: No es una cosa —sonrió el chico mientras le quitaba al mapache— es un animalito, un mapache para ser exactos... y se llama... Mmm... Aún no me decido realmente. ¿Tienes alguna idea de qué nombre debería darle?

Eak: ¿Cómo dices...?

Town: Un nombre. Para él. 

Eak: ¿Te lo vas a quedar?

Town: Jajaja, por supuesto que no. Pero se va a quedar aquí mientras se recupera del todo de la trampa en la que cayó, y no podemos estarlo llamando "El mapache". No creo que le guste.

Eak: Pero... si le pones nombre... ¿No te vas a encariñar con él?

Town: Aún si no se lo pusiera. Tan solo por tenerlo aquí cerca varios días me voy a encariñar con él, así que da lo mismo.

Eak: ¿Y entonces por qué no te lo quedas?

Town: Porque... No sería justo para él —lo dijo con una sonrisa, pero podía su tristeza podía sentirse con claridad que a Eak le hacía sentir mal.

Eak: Pero si lo quieres, creo que deberías...

Town: Justo por eso Eak. Este no es el primer animal que rescato, ha habido varios antes, y  a todos los he querido... y a todos los he dejado libres al final. ¿Sabes por qué? —el moreno no contestó, así que Town siguió hablando— Porque cuando quieres a alguien quieres que esté bien y que sea feliz, por eso no puedo dejarlo aquí encerrado conmigo para siempre... Eak... Eso... Eso también va para ti. —Abrazó al pequeño mapache y ensanchó su sonrisa— No tienes que quedarte aquí si no quieres ¿sabes? Puedes irte si tienes la oportunidad...No, no puedes, debes de irte.

El oro se quedó paralizado al escuchar aquellas palabras.

Eak: ¿Qué estás diciendo? ¿Por qué sacas algo así tan repentinamente? 

Town: Solo digo que no tienes ninguna razón para quedarte aquí, y mucho menos para llegar a discutir con tus amigos por ello cuando es obvio lo que debes hacer.

Eak: ¿C-cómo...cómo sabes qué...?

Town: ¿Se te olvida que soy un naranja? Jeje... Lo supe en cuanto cruzaste la puerta... no parabas de pensar en ello... Tu preocupación por ese tema era tan grande que prácticamente pude sentirlo en automático.

MENTES PODEROSAS (FNAFHS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora