MENTES PODEROSAS (FNAFHS)

17. Te odio

Bon no era un acosador. Solo estaba preocupado por el pequeño pelimorado, después de todo había dedicado gran parte del día a buscar información sobre la nueva compañera de Bonnie, y se había enterado de que era una chica muy peligrosa, y a pesar de que no había mucho en su expediente, le bastaba con saber que la chica había estado en otro campamento cuando tenía 13 años y días después había quedado completamente destruido por un incendio. Encontraron a todos los niños dispersos por los alrededores al día siguiente... A todos excepto a ella. Pero bueno... ¿Cómo se había enterado nuestro querido peliturquesa sobre eso? Hizo muchas cosas que en otra época le hubieran parecido exageradamente arriesgadas e innecesarias, pero que ahora le parecían la mejor solución posible para mantener a salvo al otro chico... Aún se cuestionaba porque se arriesgaba así por él, pero por más que buscaba alguna respuesta inteligente no encontraba ninguna, simplemente parecía que cuando se trataba de Bonnie dejaba de  ser él mismo.

Estaba pensando que era una pésima idea ir a mitad de la noche a la habitación del otro solo para asegurarse de que estuviera sano y salvo, después de todo la chica debía de estar bajo vigilancia y con un collar igual al de Bonnie, tal vez no hubiera necesidad de preocuparse... Además Bonnie era sin duda fuerte, y también podía defenderse bien solo, sin duda mucho mejor de lo que podría hacer un verde, pero aún así no podía evitar preocuparse por él.

Por eso, se alegró de haber ido cuando al asomarse por las rendijas del ducto de ventilación se topó con una escena que lo hizo enfadar: Bonnie estaba dormido, y a su lado estaba parada la chica que ahora era su compañera, alzó la mano, tenía una bombilla rota en ella, las intenciones eran más que obvias, tenía planeado asesinar al pelimorado con ella, y eso por supuesto, Bon no lo iba a permitir. 

Sin pensarlo dos veces abrió la rejilla de una patada y le saltó encima a la peliverde, derribándola e inmovilizándola apretando con fuerza sus muñecas. Sintió como se quedó quieta por un rato y luego intentó forcejear un poco, probablemente ahora también intentaría matarlo a él por ser testigo de sus planes, así que puso más resistencia para evitar que ella pudiera moverse ni un poco. Luego, se acercó al oído derecho de la chica, listo para comenzar su interrogatorio y posiblemente, su ejecución.

Bon: ¿Qué estabas planeando bruja? —Espero a penas un segundo, pero a él le pareció eterno y pensó que la chica se estaba negando a cooperar respondiendo a su pregunta. Así que volvió a hablar para dejar en claro el motivo de que se encontraran en esa situación, y de pasó una advertencia para que se mantuviera alejada del otro rojo— Si lo tocas date por muerta...

Escuchó como la chica se afinaba la garganta, no había mucha luz, salvo la que daba la veladora que tenía Bonnie sobre su cama, pero como Bon sabía que tendría ventaja en un ambiente completamente obscuro, con un rápido movimiento apagó la veladora, quedándose los tres en completa oscuridad. 

Bon: Tú nombre es Camila ¿No es así? —Preguntó aún susurrando, pues dormir era algo muy importante, así que no iba dejar que el encantador rojo de cabellos morados se despertara antes de haber cumplido con mínimo ocho horas de sueño.

Cami: Es una cortesía muy común dar tu nombre primero antes de preguntar el de alguien más ¿Sabes?

Bon: No estoy para tus juegos niña. Déjate de tonterías y solo responde.

Cami: Que buenos modales los tuyos querido —dijo con sarcasmo.

Bon: Oh, perdón encanto, pero, creo que si hablamos de modales los tuyos dejan mucho que desear ¿o acaso matar alguien el primer día de haberlo conocido es algo muy amable de dónde vienes? —Preguntó él en el mismo tono

Cami: Quítate de encima ya. Sabes que si lo quisiera podría achicharrarte vivo ahora ¿no?

Bon: Oh ¿En serio? Pues, quizá en otras circunstancias sí, pero no con ese encantador collar puesto. Debieron haberle puesto una cadena pegada a la pared ahora que lo pienso...