XI

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Izuku había salido corriendo hasta uno de los limites de la pequeña aldea de youkais, todos se habían sorprendido al verlo sólo y llorando.

El pequeño estaba sentado en el césped con su cuerpo apoyado a un árbol, lloraba mientras abrazaba sus rodillas. Las palabras del kitsune resonaban en su cabeza una y otra vez.

—¿Izuku? –reconoció la voz del hombre que supuso era su padre y abrazó con más fuerza sus piernas.

—¡Vete! ¡Quiero estar solo! –pero el mayor no le hizo caso, sino que se sentó a su lado.

—¿Tú quieres mucho a Bakugou? –el peli verde dudó unos segundos y levantó su cabeza para mirar al mayor.

—Si, quiero mucho a Kacchan, pero creo que él quiere que me vaya de aquí. –sus ojos volvieron a humedecerse y el oji dorado acaricio su cabello.

—No es así, él sólo está muy preocupado por ti, simplemente quiere que te pongas mejor. –el niño negó varias veces.

—¡Pero no quiero alejarme de él, no quiero estar lejos de Kacchan! –las palabras del niño hirieron un poco al mayor, ya que después de todo eso significaba que no quería irse con él.

—Izuku, él no quiere verte sufrir en el proceso de tu cambio, le duele escucharte llorar de dolor, y él no sabe cómo ayudarte. –el pequeño al entender que significaba eso negó varias veces– Sé que no quieres irte de aquí, pero no lo notarás, el tiempo pasa muy rápido para los que son cómo nosotros.

—¡No quiero! Vienes de la nada y me quieres alejar de Kacchan, ¡si hubieras llegado a tiempo mamá también estaría aquí! –el mayor quiso detenerlo, pero las palabras de su hijo lo sorprendieron.

Izuku no sabia donde esconderse, quería estar lejos de su supuesto padre y de Katsuki, pero no estaba seguro de donde ir, hasta que recordó a una persona que siempre lo apoyaba.

Tratando de que nadie lo notara se dirigió lentamente a una de las habitaciones dentro de la casa, golpeó suavemente dos veces y la puerta no tardó en abrirse.

—¿Izu-chan? ¿Qué sucede cariño? –sus ojos se llenaron de lágrimas y la mayor lo tomó en brazos volviendo a entrar en la habitación.

—¿Momo? –la pareja de la mitad youkai se sorprendió al verla entrar con Izuku en brazos llorando– Izuku, ¿que pasa? ¿Por qué lloras?

El peli verde se tiró a los brazos de su heterocromatico tío sin dudar, aferrándose a su ropa sin dejar de llorar. La pareja se miró y terminó decidiendo que sería mejor acostarse los dos con él e intentar calmarlo.

Cuándo Izuku al fin dejó de llorar volvieron a preguntarle que sucedía.

—Kacchan quiere que me vaya con ese hombre que dice que es mi padre, p-pero yo no quiero alejarme de Kacchan, n-no quiero... –y una vez más comenzó a llorar.

—Izuku, ¿tu le haz dicho esto a Bakugou? –el niño negó– Creo que si tú le dices esto él entenderá.

—Es verdad cariño, entiendo que no te quieras alejar de él, pero también deberías hablar con tu padre luego, él ni siquiera recordaba que tuvo una esposa. –ambos abrazaron al pequeño y le sonrieron.

—Tía Momo, tío Shoto, ¿puedo quedarme un rato aquí con ustedes? –los dos besaron su cabello y estrecharon aún más al niño entre sus brazos.

—¡Por supuesto que si! –la mayor le sonrió enormemente a su pequeño sobrino– Hace mucho que no duermes con nosotros Izu-chan, los tíos te extrañan mucho, ¿sabes?

—Es verdad Izuku, ven más seguido a dormir con nosotros, siempre que quieras tendrás un lugar aquí. –y entre risas, mimos y besos el pequeño se durmió, en medio de sus tíos.

Los mayores lo observaban con tristeza, sabían que el pequeño no quería irse, pero todos sabían que debía hacerlo para mejorar y dejar de sufrir. Ninguno de ellos quería alejarse del pequeño pecoso, lo amaban, pero si se quedaba no aprendería a controlar sus poderes jamás.

—No quiero dejarlo ir, pero... –la pelinegra intentaba no llorar.

—Momo, cariño, –el de cabello bicolor apoyó su mano en la mejilla de ella intentando consolarla– me siento igual que tú, pero es lo mejor para él, Bakugou debe estar sufriendo mucho más que nosotros.

La pelinegra asintió y se acomodó mejor a un lado del pequeño, estuvo horas en esa posición, con sus ojos cerrados sintiendo como su pareja acariciaba de a momentos su brazo o mejilla.

Oyeron como alguien tocaba su puerta y el de cabello bicolor reconoció su olor al instante, besó la frente de la pelinegra y tomó en brazos a Izuku con cuidado de no despertarlo. Su pareja no parecía estar de acuerdo en que se lo llevara pero no dijo nada y no se movió de la cama.

Al abrir la puerta pudo ver a Katsuki, no parecía estar de humor, hasta podía notar un rastro de tristeza en él.

—Se durmió hace unas horas, llegó aquí llorando y nos preguntó si podía quedarse con nosotros. –el rubio cenizo tomó en brazos con delicadeza al peli verde y se estaba por ir pero el nekomata volvió a hablar– Se que te duele dejarlo ir, todos sentimos lo mismo, no he vuelto a ver a Denki o Eijirou en lo que va del día, pero es por su bien, debes explicarle, Bakugou ese niño te quiere y sé que tu igual, confía, él volverá.

El kitsune sólo asintió y comenzó a caminar de vuelta a su habitación, miró hacia abajo y notó que tanto la nariz como los ojos del pequeño estaban rojizos, se sintió mal al imaginarlo llorar hasta ese punto. Cuándo entró a su habitación dejó a Izuku en medio de la cama y se volvió a cerrar la puerta, al girar su rostro vio al peli verde sentado en su cama mirando hacia la ventana.

—Izuku... –pero su pequeño peli verde no volteó a verlo– entiendo que sigas enojado, pero debemos hablar, ¿entiendes?

—Kacchan sólo quiere que me vaya para jugar con mujeres, ¿verdad? –esas palabras dejaron en shock al kitsune, pero se acercó y se sentó junto al niño.

—¿Quién dijo eso? No es verdad Izuku, hace siglos no hago algo como eso y jamás me quejé cuándo te cuidaba o debía estar contigo, ¿o si? –el niño negó y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—¿Entonces por qué quieres que me vaya Kacchan? –giro su pequeño cuerpo hacia el mayor y dejó salir sus lágrimas– Deseo estar aquí, junto a ustedes, contigo.

—Porque si no aprendes a controlar tus poderes puede que algún día alguien llegue a hacerte daño cuándo no te estoy mirando Izuku, entiende por favor. –tomó sus mejillas delicadamente y sonrió lo mejor que pudo– Si tu naturaleza youkai no se hubiera manifestado no tendría ahora aquí conmigo, ya perdí a alguien muy importante para mi una vez, no quiero que suceda otra vez.

El niño no terminó de comprender, él seria la segunda persona, pero... ¿Quién fue la primera persona más importante de su querido kitsune? ¿Y por qué jamás se lo habían mencionado?

Desgraciada almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora