Izuku dormía tranquilamente entre los brazos de Katsuki cuando el sonido de alguien golpeando la puerta lo despertó. Se acercó más al cuerpo del mayor y no recibió rechazo alguno.
-Pasa, no me levantaré de la cama el día de hoy.
El pecoso estaba feliz por escuchar lo dicho por Katsuki, estaría todo el día junto a él.
Kirishima entró dudoso si contarle o no a su amigo lo descubierto minutos antes y más frente al pequeño.
-Es algo serio Bakugou, no es posible hablarlo aquí.
El pelicenizo fruncio el ceño, sabiendo lo grave del asunto al haber escuchado su apellido salir de la boca de el bastardo de Kirishima, así que alejó un poco a Izuku de su cuerpo e intentó sonreír.
-Solo me iré unos minutos, ¿okay? No te dejaré más solo durante lo que resta del día luego de hablar con Kirishima.
El pequeño hizo un puchero pero se separó del mayor tapándose completamente con las mantas. Katsuki salió de la habitación seguido del pelirrojo, pero sólo quedaron en el pasillo.
-¿Que es lo que pasa ahora?
-Interrogué a la humana, -Katsuki puso mala cara pero no le dio tiempo de quejarse- la madre de Izuku no murió durante el parto, sino que al día siguiente. Al igual que nadie sabe a ciencia cierta quien es su padre, pero puede que sea del jefe de esa villa, según rumores.
-¿Me estas diciendo que Izuku puede que sea hijo de ese hijo de puta?
-Puede que si, él amenazó a todos con que si él volvía y alguien era amable con él seria dado como ofrenda. Y eso no es lo peor Katsuki, las ofrendas enviadas ni siquiera pertenecen a ese lugar.
-¿Como que no pertenecen a ese maldito lugar?
-Hospedan forasteros, los convencen de quedarse y enviar una carta explicándole a su familia, los drogan y luego nos lo envían.
Si Katsuki antes estaba enojado ahora hervía de ira, se habían atrevido a engañarlo por años, el primero fue el abuelo del actual jefe, su padre y ahora el maldito hijo de puta seguía con lo que comenzaron los otros dos hombres.
-¡Ve a la maldita villa y traeme al maldito jefe de ese puto lugar! -iba a volver a entrar a la habitación pero añadió algo más- ¡Y me importa una mierda si tienes que quebrarle las dos piernas o amputarle algún miembro para traerlo!
Al entrar a la habitación intentó calmarse, pero era demasiado para un puto día.
-¿Por qué gritabas Kacchan? ¿Paso algo malo?
Su pequeño estaba sentado en la cama con sus piernitas colgando.
-Solo hablaba cosas irrelevantes con el imbécil, lo mandé a buscar algo para que no te quede cicatriz alguna.
-Oh, pero no me importa si tengo una Kacchan, podría pintar alguna marca como las tuyas sobre la cicatriz.
-¿Como las mías?
-¡Si! Me gustan mucho las marcas de tu rostro Kacchan, aunque... ¿se verían bien en mi?
El mayor se acercó y se acuclilló frente a Izuku mientras le sonreía.
-Estoy seguro que si, se verían muy bien en ti. -con una de sus manos acarició su cabello logrando que sonriera- Aunque las mías las tengo desde nacimiento podemos buscar algo con lo cual puedas dibujar las marcas que desees en tu rostro.
Izuku se lanzó a sus brazos haciéndolo perder el equilibrio terminando los dos en el suelo.
-Mañana podemos ir a preguntarle a alguno de los youkai por la pintura.
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Desgraciada alma
FanfictionUn dios protector y a la vez vengativo. Una ofrenda. Un sacrificio. Un cambio en sus vidas. ▶▶▶▶▶▶▶✘◀◀◀◀◀◀◀ -Occ -UA -Los personajes no me pertenecen. -KatsuDeku -Portada temporal.