XVI

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Pov Katsuki

-¡No lo defiendas, maldita sea! -mientras sentía cómo Izuku tiraba de mí ropa desacomodando las capas de tela en que esta consistía, pero no me aparté de la persona en el suelo- Voy a matarlo, ¡hoy definitivamente se muere!

-¡Ya detente, por favor! No me interesa lo que diga él Kacchan, pero por favor detente, no quiero que tú salgas lastimado... -sus brazos rodearon mí cuello y noté cómo se apoyaba en mí hombro, sintiendo la zona humedecerse, el olor salado llegó a mí nariz por lo que suspirando dejé caer mis brazos a mis costados y levantando la vista mire el techo unos segundos.

-Ya no llores Izuku, ya me detuve, no seguiré... -levanté mí mano queriendo acariciar su cabello, pero vi bastante sangre en ella por lo que me detuve.

Me pare lentamente, teniendo cuidado de que la persona aferrada a mí cuello no se golpeara. Quise apartarlo de mí pero tampoco lo logré, así que sosteniendo sus piernas logré cargarlo en mí espalda. Al dar vuelta vi cómo todos estaban en la habitación y pasillo, observando detenidamente todo lo que sucedía, aunque el único que se animó a intentar separarnos había sido Izuku.

-¡¿A dónde crees que te llevas a mí hijo Bakugou bastardo?! -detuve mis pasos y sin voltear a verlo le respondí.

-Inko estaría muy decepcionada de ti si estuviera con vida.

Luego de eso simplemente me llevé al peliverde a mí habitación, apenas llegamos pude hacer que bajara de mí espalda y se recostara en la cama, sus ojos y nariz estaba irritada por llorar, limpié los mejor que pude sus mejillas con mí manga derecha y me vió fijamente a los ojos.

-No dejes que me case con esa persona Kacchan, por favor. -no dude en abrazarlo, ese niño que criamos, el que sonreía continuamente ya no estaba, diez años de no tan buenos tratos y una noticia que dictaba su futuro se lo habían llevado.

Sentí nuevamente sus brazos rodearme. Sinceramente no sabía que hacer, el imbécil de su padre insistía en arruinarle la vida, nosotros quienes lo criamos queríamos protegerlo, pero no había ninguna otra solución más que desaparecer al hombre y eso no era posible porque de cierta manera lastimaría a Izuku.

Lo levanté para acostarme y que quedara sobre mí, acaricié su espalda, intentando calmarlo, mientras tarareaba la misma canción que antes él había usado para calmar al pequeño bebé. Escuché una débil risa pero de todas maneras no me detuve.

Después de varios minutos en la misma posición y sin detener las caricias ni el tarareo todo su cuerpo se relajó, por lo que asumí que ya estaba dormido.

Kirishima entró por la puerta en ese mismo instante, con una notable cara de preocupación. Cerró la puerta detrás de si y se acercó a la cama.

-Katsuki, no podemos dejar que ese animal case a Izuku con un completo desconocido contra su voluntad. -me moví observando el rostro del peliverde cerciorandome que en verdad estuviera dormido y lo acomodé dejándolo en la cama.

-Hablemos de esto en otro lado.

Asintió y salió de la habitación, aunque yo no lo hice de inmediato, miré a la persona que seguía en la cama y luego si seguí al pelirrojo.

En el salón, todos o la mayoría que consideraba los más confiables estaban sentados alrededor de la mesa esperándome. Yaoyorozu, tenía al pequeño bebé entre sus brazos, a su lado Todoroki vigilaba a su pequeño hijo que estuviera bien, Kaminari estaba frente a ellos, Sero y Mina también se encontraban ahí, todos con el mismo gesto de seriedad.

-Bakugou, no sé que sucederá, pero... No puedo dejar que Izu-chan sufra, no es mí hijo, pero es nuestro pequeñito, ya no quiero verlo llorar. -Todoroki a su lado acariciaba su espalda mientras ella apoyaba su rostro en la pequeña mejilla de su hijo.

Desgraciada almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora