Capítulo 11

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Camila's Pov

-¿Adónde has ido? –pregunté, cuando Lauren se alejó de mí y pude volver a pensar con normalidad.

-A la jefatura. Tenía que ir a recoger algunos papeles y a comprobar que mi jefe no me había dejado ningún encargo más –me explicó, sentándose en el sofá y dejando una carpeta sobre la mesita que tenía delante.

-Y… ¿te ha dejado algún encargo? –por alguna razón desconocida, no quería que me dijera que sí. ¿Qué ocurriría si me decía que ya no tenía que seguir protegiéndome? ¿Qué pasaría si la cambiaban de caso? No quería que eso sucediera. Ya me había acostumbrado a ella.

-No, y no creo que lo haga. Ahora mi prioridad eres tú –me gustó esa frase. Mucho. Aunque era consciente de que no se refería a lo que a mí me hubiera gustado. Sacudí la cabeza disimuladamente. ¿Qué rayos me pasaba?

-Lo siento –me disculpé, sintiendo que debía hacerlo. No me había movido de donde estaba, y continuaba apoyada en la mesa de madera que adornaba el centro del salón. Necesitaba sujetarme a algo, y aquello era lo más próximo que tenía. Se podía decir que aún no me había recuperado del susto.

-¿Qué es lo que sientes?

-No sé. Todo, supongo. Haber abierto la puerta sin mirar, haberme puesto en peligro de una forma tan tonta…

-No ha sido culpa tuya –me aseguró ella observándome detenidamente. Parecía que quería acercarse a mí de nuevo, pero también daba la sensación de que se estaba resistiendo a hacerlo. –No es muy normal que un… ladrón vaya llamando a los timbres, sinceramente.

-¿Quieres decir que es alguien que me conoce? –me alarmé, pensando que quizá tuviera razón.

-Tal vez. Puede ser cualquiera, Camila –no me gustaba esa afirmación. –Pero lo importante es averiguar qué es lo que quiere.

-Ya te lo he dicho. Una caja. Una caja que no tengo. Y ni siquiera sé qué hay dentro.

-Pues tendremos que averiguarlo –Lauren me miró atentamente, pero esa mirada no me gustó.

-No sé qué estás intentando decirme, pero no me gusta que me mires así.

-Camila, tienes que lograr que te diga qué hay dentro de la caja.

Parpadeé, sorprendida y algo irritada. ¿Me estaba pidiendo que me pusiera en peligro sólo para averiguar qué era lo que querían de mí? Genial. Simplemente genial.

-No lo haré. No pienso dejar que vuelvan a atacarme.

-Camila, no te va a pasar nada. Yo estaré contigo y no voy a dejar que nadie te haga daño –fruncí el ceño. No me iba a convencer con palabras bonitas. –Pero bueno, piénsalo de todos modos. Creo que podemos esperar un poco para averiguar qué es lo que quieren.

Negué con la cabeza y me senté en una de las sillas que había detrás de mí.

-Voy a ir a ver a mis padres esta tarde –murmuré, apoyando mi cabeza en mis manos. Estaba agotada, y eso que no me había dado tiempo de hacer nada.

-Iré contigo. Después de lo que ha pasado hoy, no pienso dejarte sola –carraspeé, algo incómoda. ¿Era necesario que viniera a casa de mis padres? Y como si hubiese leído mi mente, añadió: –Pero no voy a entrar en la casa, claro. Sólo te acompañaré y me quedaré por allí hasta que quieras regresar.

Me gustaría que conociera a mis padres. No sabía por qué, pero me gustaría. Seguramente se llevarían bien. Aunque, pensándolo bien, ya se conocían, por lo que dejé de pensar en tonterías y decidí centrarme en lo importante.

Burning Heart (Adaptación Camren G!P) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora