Burning Heart (Adaptación Camren G!P)

Capítulo 30

Camila's Pov

El lunes siguiente decidí que ya había sufrido bastante. Ya había pasado una semana desde lo ocurrido, y había empezado a estar harta de dar pena. Ya era hora de que volviera a retomar mi vida por doloroso que resultara. No podía continuar aprovechándome de la preocupación de mis padres, a pesar de que estaba muy agradecida por todo lo que habían hecho por mí. Por eso, en cuanto les expliqué mi decisión de volver a mi departamento, mi madre se negó completamente:

-Es muy pronto, cariño.

-No es pronto. Ya va siendo hora de que continúe con mi vida, ¿no crees?

-Sólo ha pasado una semana, hija. Quédate aquí unos cuantos días más… –sonreí al percatarme de la sobreprotección de mi madre.

-Sabes que me encantaría quedarme, pero cuanto antes recupere mi anterior vida, mejor será para todos –le aseguré, acercándome a ella para darle un abrazo.

-Creo que te estás precipitando –insistió, ceñuda, y sonreí con diversión mirando a mi padre.

-Pues yo creo que está tomando una buena decisión –me apoyó él, rodeando con un brazo a mi madre para consolarla. –Es cierto que le costará un poco retomar su anterior estilo de vida, pero lo hará, porque es una mujer fuerte y porque todos nosotros la apoyaremos.

-Eso, tú anímala –me reí ante la mala cara que mi madre le dedicó a mi padre, y los abracé a los dos a la vez, sintiéndome agradecida por tener una familia como esa.

-Todo saldrá bien –les aseguré, abrazándolos con fuerza.

Finalmente, mi madre aceptó mi decisión, con mala cara, eso sí, pero al final pudimos convencerla de que aquello sería lo mejor para mí, y me fui esa misma tarde, prometiéndoles que les llamaría si me sentía sola o si necesitaba cualquier cosa.

En cuanto pisé el portal del que había sido mi edificio durante varios años, comencé a sentirme nerviosa. Temí que los recuerdos me agobiaran y me hicieran dar marcha atrás, pero me mantuve firme en mi decisión y subí en ascensor hasta mi hogar. Me sorprendió excesivamente encontrarme a Becky bajando algunas maletas y bolsas por las escaleras, y en cuanto me acerqué lentamente hasta ella, me di cuenta de que estaba llorando. Me miró durante un segundo y, acto seguido, dejó caer todas las mochilas que llevaba y me abrazó, echándose a llorar con más fuerza. Desde luego, no había esperado encontrarme con tal recibimiento.

-Siento mucho lo que ha pasado –me dijo entre sollozos, y a mí me costó entenderla, pero cuando lo hice, me sentí mal. No había pensado en ella en ningún momento, y no había pensado en lo mal que le sentaría enterarse de que su novio estaba involucrado en negocios turbios.

-No te preocupes –le contesté, dándole suaves palmaditas en la espalda para consolarla.

-Yo jamás supe lo que Austin tramaba, te lo juro. Yo nunca quise que te hiciera daño –me aseguró sin soltarme, y yo asentí en silencio.

-Lo sé. Jamás te hubiese culpado.

Ella asintió y se alejó un poco de mí, frotándose los ojos para detener el torrente de lágrimas.

-Y… ¿ahora cómo estás?

Me encogí de hombros.

-Podría estar mejor, pero también podría estar peor. He decidido que ya es hora de empezar de cero, porque estoy cansada de sentirme dolida y triste –ella intentó esbozar una sonrisa, pero no lo logró. –Siento mucho lo de Austin. Tú no te merecías que te engañara.

-Pensé que me quería, pero no era así. Sólo me utilizó –comenzó a llorar de nuevo, sin poder evitarlo, y yo le tendí un pañuelo que encontré en mi bolso, sintiéndome mal por ella. Becky siempre había sido una buena chica que me había ayudado cuando lo había necesitado. No se merecía sufrir.