Capítulo 18

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Camila's Pov

El día de la temida fiesta llegó antes de que me diera cuenta, y con ello, también hicieron acto de presencia los nervios y la impotencia. Veronica vino por la tarde, porque se había empeñado en peinarme y en maquillarme para la ocasión, alegando que iba a dejar a todos con la boca abierta. Pero yo no quería eso: sólo deseaba pasar desapercibida.

Dos días antes había ido a su casa para probarme algunos de sus vestidos, y tenía la intención de prestarme uno hermoso, pero demasiado revelador para mi gusto. Y por eso, volví a insistir con el tema:

-Vero, no puedo ponerme ese vestido -casi le rogué, queriendo que se apiadara un poco de mí.

-Tonterías. Ese vestido te queda perfecto -y era cierto. Era tan ceñido, que temía rasgarlo si me movía mucho. -Y ahora, deja de moverte -me pidió, mientras continuaba maquillándome. Le había pedido que no se excediera demasiado con el maquillaje, pues tenía la sensación de que con el vestido ya sería más que suficiente distracción. Un rato después, noté que empezaba a toquetearme el cabello, y yo le dije que no era necesario que se esforzara, pues no lograría nada con el. Yo misma ya me había rendido, y por eso casi nunca me peinaba. Pero no me hizo caso, como siempre. -Bueno, ya puedes ponerte el vestido -me indicó al cabo de un rato.

-¿No puedo mirarme en el espejo antes? ¿Por si hay algo que no me gusta...?

-¡Claro que no! Estoy segura de que te encantará lo que te he logrado. Y a mi hermana también -añadió en voz baja, cuando me di la vuelta para tomar la prenda de vestir, aunque yo la escuché perfectamente.

Observé de nuevo el vestido y fruncí el ceño. Suspiré, resignada, me desnudé y me lo puse con cuidado, intentando no arrugarlo ni desgarrarlo. Lo que menos me gustaba de el era que, a causa de su diseño, no podía ponerme brasier, y eso me incomodaba excesivamente. En silencio, le pedí a Vero que me lo atara por detrás, y después me lo estiré un poco, intentando taparme lo máximo posible.

-Vaya... -musitó cuando estuve lista, observándome de arriba abajo.

-¿Qué? Estoy ridícula, ¿verdad? -pregunté, nerviosa.

-¿Qué?. ¡Estás deslumbrante! -me estiró de la mano y me colocó delante del espejo. En el primer vistazo, no me reconocí, pero cuando enfoqué bien mi mirada, me di cuenta de que la mujer que me observaba al otro lado del espejo era yo.

Vero había colocado un par de horquillas muy discretas adornadas con brillantitos en mi cabello, que lucía brillante y suave alrededor de mi rostro. Había acertado con el maquillaje, pues se notaba que iba maquillada, pero de forma muy natural, a excepción de los labios, que resaltaban suavemente con un color rojo opaco. Y el vestido, simplemente parecía estar hecho a mi medida, a pesar de que había sido de ella anteriormente. Era de color negro y largo, pues me tapaba incluso los pies. Se ataba detrás del cuello con un broche, por lo que dejaba toda mi espalda al descubierto, y en la parte frontal, lo que más destacaba era el escote en forma de pico, que dejaba ver más carne de la que yo deseaba. Por último, la cintura del vestido estaba adornada con una pequeña tira ribeteada de pedrería que le daba un toque elegante a la prenda.

-¿No es muy excesivo? -le pregunté, sin atreverme a mirarme de nuevo. No parecía yo, pero era yo. Y eso era lo que más me asustaba.

-No. Es perfecto -insistió ella, dándole unos cuantos retoques a mi cabello.

-¿No crees que voy a hacer el ridículo? -inquirí de nuevo, comenzando a ponerme nerviosa. - ¿Y qué pasará si me caigo por culpa de los tacones? -le mostré los zapatos negros, aunque ella ya los conocía, pues también eran suyos.

Burning Heart (Adaptación Camren G!P) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora