Burning Heart (Adaptación Camren G!P)

Capítulo 25

Camila's Pov

-¿Qué están haciendo aquí? –les preguntó Lauren, separándose un poco de mí y alejando la mano que todavía tenía bajo mi camiseta. Yo no pude levantar la cabeza para mirarlas, pues estaba más roja que un tomate y a punto de echarme a llorar por la vergüenza de haber sido descubierta como si fuese una adolescente en pleno apogeo hormonal.

-No, esa no es la pregunta idónea. Lo que yo quiero saber es, ¿desde cuándo están así de románticas? –Veronica no permitió que su hermana desviara el tema, y supe sin verla que no dejaba de observarnos fijamente, examinándonos. Por suerte, la marca que aún tenía en el cuello ya no se veía tanto como antes, y con un poco de maquillaje desaparecía por completo a simple vista.

-Vero, eso no te importa –Lauren resopló y se sentó en la manta, rascándose la cabeza.

-¡¿Que no me importa?! –gritó ella, en medio del bosque. –Eres mi hermana y Camila es mi mejor amiga, ¿y dices que no me importa?

-Son cosas nuestras –me atreví a intervenir, deseando que no se molestara.

-Cariño, creo que ellas tienen razón –jamás hubiese esperado que Keana se pusiera de nuestra parte, y más con ese tema. Se suponía que era ella la que siempre hacía las bromas pervertidas sobre todo el mundo, y el hecho de que quisiera defendernos de los gritos de su mujer me hicieron tener ganas de abrazarla. –No es de nuestra incumbencia. Ya son bastante grandecitas como para decidir si quieren decirle lo que hacen o lo que dejan de hacer a los demás.

La boca de Vero se abrió casi tocando el suelo.

-No puedo creerlo. Se supone que tú tienes que estar de mi lado –fulminó a su esposa con la mirada, y a mí me entraron ganas de reír por aquella situación tan absurda en la que nos encontrábamos.

-Mira, Vero, –me puse en pie para poder cargar m a Scott. – ¿qué es lo que quieres saber? –le pregunté, empezando a cansarme del tema. Si quería que habláramos, eso haríamos.

Mi amiga me observó parpadeando seguidamente, como si no creyera lo que le estaba preguntando, y después me entregó al niño, que estiró los brazos hacia su tía, que se encontraba sentada en la manta. Dejé a Scott en el suelo para que pudiera ir con Lauren, mientras esperaba a que Vero hablara.

-Pues… no sé. Es que me ha sorprendido ver las tan… juntas. Pensaba que no se llevaban bien.

-Nos llevamos muy bien –me encogí de hombros.

-Y… ¿desde cuándo…?

-¿Desde cuándo nos llevamos bien? –me entraron ganas de sonreír ante aquellas formas de hablar en clave. Vero asintió. –Desde la noche de la fiesta de sus padres.

-¡Lo sabía! –ella dio un aplauso y después se mostró orgullosa de sí misma. –Lo sabía. Y estaba segura de que no me había equivocado. Aunque es normal, porque aquella noche estabas deslumbrante, y mi hermana no es de piedra…

-Oye, sigo aquí –le comunicó Lauren, malhumorada, mientras jugaba con Scott.

En ese momento, me di cuenta de que Keana se había sentado al lado de su cuñada y que estaba comiendo algo que había tomado de nuestras bolsas.

-Detalles –Vero le quitó importancia al asunto con un movimiento de mano, y después enroscó su brazo alrededor del mío. –Pero bueno, Lauren, piensa que todas tus cosas están en casa de Camila, así que puedes plantearte lo de vivir con ella oficialmente –aquel comentario me hizo sonrojar, y supuse que a Lauren le incomodó, porque palideció al instante.

-¿Todas mis cosas?

-Sí. Llevé algunas de tus cajas a casa de Camila antes de que te fueras a vivir con ella. ¿Te acuerdas? –me preguntó, y yo asentí en silencio. Lauren se quedó en un mutismo un tanto extraño, pero no le di importancia porque Vero volvió a retomar la conversación: – ¿Qué te parece si tú y yo vamos a dar un pequeño paseo mientras ellas se quedan aquí, vigilando a Scott?