Capítulo 23

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Camila's Pov

Sentí una mano acariciándome suavemente el hombro, pero no me moví. Continué sintiéndolo, hasta que comencé a tener cosquillas y me di la vuelta hacia el otro lado, deseando que cesaran.

–Camz… –la voz de Lauren en mi oído no me hizo abrir los ojos, ni tampoco la suave sacudida que me dio en el hombro. –Oye, Camila–continuó insistiendo, pero la ignoré. Después, comenzó a darme golpecitos en el brazo, hasta que abrí un ojo e intenté fulminarla con la mirada.

-Déjame –farfullé, colocándome boca abajo, hundiendo mi rostro en la almohada.

-Vamos, Camila, despierta –me pidió, sin dejar de darme golpecitos.

-Ya estoy despierta –mis palabras casi no se entendieron por culpa de la almohada, pero supe que ella me había entendido cuando la escuché reír entre dientes.

-Pues cualquiera lo diría.

-¿Cómo no voy a estarlo si no dejas de molestarme? –protesté, levantando la cabeza a regañadientes y apoyándome en mis antebrazos. Me di cuenta de que ya estaba vestida, y el único pensamiento que se adueñó de mi mente en aquel momento fue el de volver a desnudarla.

-Necesito que me acompañes a la jefatura –me explicó, sacándome de aquella ensoñación tan pervertida en la que me había sumido.

Alcé una ceja, sin comprender.

-¿Por qué? ¿Es que acaso me vas a detener? –pregunté, sin ser muy consciente de lo que le decía. Se podía decir que mi cerebro continuaba dormido.

-No, pero tengo la intención de esposarte a la cama esta noche –me informó con una sonrisa traviesa que a punto estuvo de derretirme allí mismo.

-¿Ah, sí? ¿Y qué pasará si no me dejo? –me recoste boca arriba, dejando que la sábana que me cubría se deslizara inocentemente por mi cuerpo hasta mi cintura.

-No puedes negarte a la orden de una oficial –se colocó sobre mí, pero sin tocarme, situando sus manos a cada lado de mi cabeza. Sonreí lentamente, empezando a parecerme interesante la idea de que ella estuviese vestida y yo continuara desnuda bajo la sábana, por lo que sin poder resistirme, le rodeé el cuello con los brazos y la besé, comenzando a notar el latido incesante de mi corazón. –Tenemos que ir a la jefatura de verdad –me dijo con la respiración agitada, separándose lo justo de mí. Cuando la miré a los ojos, me di cuenta de que ella tampoco tenía muchas ganas de moverse, pero si se trataba de algo serio, no podíamos quedarnos en casa.

-De acuerdo –dejé que se alejara de mí, y cuando lo hizo, me incorporé en la cama hasta que quedé sentada. – ¿Es que ha pasado algo?

-No, simplemente tengo que ir a recoger unos informes sobre tu caso y no voy a dejarte aquí sola.

Asentí, comprendiendo su preocupación. Y, después de la historia que me había explicado la noche anterior, no iba a poner en duda su intranquilidad y su eficacia. No iba a ponerme en peligro sólo porque deseara quedarme durmiendo un rato más.

Me estiré lentamente y me puse en pie con la sábana alrededor del cuerpo, dispuesta a entrar en el cuarto de baño, pero cuando pasé por delante de ella y me di cuenta de que me estaba observando fijamente, dejé que la sábana cayera al suelo y le dediqué una mirada coqueta por encima del hombro. La vi negar lentamente con la cabeza, con una sonrisa divertida en los labios. Cuando estuve dentro del cuarto de baño, me asomé por el marco de la puerta y la observé con las cejas alzadas, haciéndole una pregunta silenciosa.

-No pienso entrar ahí, porque si lo hago, no saldremos en todo el día –me advirtió, caminando lentamente hasta la puerta que daba a la sala.

-Tú te lo pierdes –le saqué la lengua y me encerré en el cuarto de baño, dispuesta a darme una ducha relajante.

Burning Heart (Adaptación Camren G!P) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora