Capítulo 31

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Camila's Pov

Un mes y medio después, mi vida había vuelto a ser la misma de antes. Más o menos. Se podía decir que había vuelto a acostumbrarme a vivir sola, aunque mi madre todavía se preocupaba por mí e intentaba no dejarme mucho tiempo a solas, cosa que agradecía. Por las noches, solía evadirme de la realidad recordando los buenos momentos que había pasado con Lauren, y por eso siempre terminaba llorando. Pero había decidido que ya era hora de que dejara de torturarme. Lo que había pasado entre nosotras se había acabado, ya era hora de que lo aceptara, y estaba segura de que todo me iría mucho mejor sin ella.

Por otra parte, estaba entusiasmada con los preparativos de la boda de mi hermano, y solía pasarme las mañanas que no trabajaba yendo de un lado a otro, arreglando y ultimando todos los detalles para la ceremonia, pues sólo faltaban tres semanas para el gran enlace. Todos estábamos histéricos, y yo más que nadie, casi. Eso de ser la dama de honor era algo complicado, pero no podía quejarme, pues estaba muy feliz por poder organizar la boda de mi hermano y de mi mejor amiga.

También había recuperado mi anterior trabajo y, desde hacía varias semanas, intentaba esforzarme al máximo para agotarme y llegar rendida a casa. Así, en lo único que pensaría en cuanto me metiese en la cama sería en dormir. Y por el momento, aquella táctica funcionaba.

Me encontraba recogiendo artículos para bebés de la entrega que nos habían hecho una hora antes para colocarlos en sus respectivos lugares, mientras observaba atentamente cada juguete, cada chupete o cada biberón. Estaba pensando en hacerle algún regalo a mi futura sobrina o sobrino, porque con todo el ajetreo de la boda, me había olvidado un poco de él o ella. Entonces, recordé que aquella misma tarde Sara tenía cita con su ginecólogo para que le hiciesen algunas pruebas y para que le dijeran el sexo del bebé. Por eso, decidí esperarme hasta que supiera si sería niño o niña, y así le compraría algo en concreto.

Guardé carritos y ropita de bebé en el almacén, y volví a la tienda para continuar ordenando la entrega. Ally se encontraba detrás del mostrador, tarareando la canción que sonaba en la radio mientras llamaba a las empresas distribuidoras para que nos trajeran algunos de los productos que nos faltaban. Entonces, de repente, se me revolvió el estómago bruscamente, y tuve que dar media vuelta para correr hacia el cuarto de baño. Cerré la puerta con rapidez y me incliné sobre la taza del váter para vomitar lo poco que había desayunado. Llevaba algunos días encontrándome mal y muy cansada, pero imaginaba que se trataba de un resfriado veraniego o de alguna especie de alergia extraña, por lo que no me preocupé. Pero claro, si aquello continuaba así, debería ir al médico, porque no podía pasarme las mañanas encerrada en el cuarto de baño cuando debía atender a los clientes.

-¿Camila? –escuché la voz de Ally a través de la puerta cerrada, y me levanté a duras penas, apoyándome en el lavamanos. Me lavé la cara y me enjuagué la boca para después respirar hondo. Menudo asco. – ¿Te encuentras bien? –preguntó con preocupación cuando abrí la puerta lentamente.

-Sí, ahora sí.

-Tienes mala cara –me colocó la palma de la mano en la frente. –Pero no parece que tengas fiebre.

-No es nada, sólo se me ha revuelto el estómago –le aseguré, caminando de vuelta a la tienda.

-Pues últimamente se te revuelve muy seguido. Si no fuera porque sé que es imposible, diría que estás embarazada –bromeó, soltando una risa que me puso nerviosa.

Me detuve en seco al escuchar sus palabras y me quedé inmóvil, pensando en si aquello que acababa de decir podía ser posible. Mierda, podía serlo. No recordaba con seguridad si la última vez que Lauren y yo lo hicimos tomamos precauciones, pero aquel mes no me había venido el período, y yo solía ser muy regular con aquel tema. Tragué saliva con dificultad y volví a sentir náuseas. Esto no podía ser cierto.

Burning Heart (Adaptación Camren G!P) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora