Capítulo 20. Desesperación

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No pude conciliar el sueño, pensaba en todo lo que sufrió mi mejor amigo, quería saber quién era el hombre del Camaro, y quién era el tal Jacob. Los médicos forenses todavía no revelaban la verdadera razón por la murió Arnold, lo único que dijeron fue que se había suicidado, pero en la nota de voz habían junto a él dos hombres, me pregunto: ¿Lo torturarían? ¿Lo golpearían?. Nunca pregunté cómo fue el velorio, si había alguien sospechoso... Mi pobre Arnold.

A las siete de la mañana llegué a la estación de policía, Jacob, no había aparecido aún, y esa mañana sí que le escribí y lo llamé, pero, no recibí respuesta. Ya habían interrogado a mi papá, a Ann, a la tal Zara, y a otros más que no conocía.
En el momento que llegué le entregué a la detective Ariadna la nota de voz. Al rato, me imagino que después de interrogar a los citados y después de analizar la nota de voz, me llamaron, pero no a la sala de interrogación, sino, a la oficina de la detective.

Ahí con ella estaban dos hombres, me senté, la detective se levantó de su asiento y me comenzó a interrogar.

—Sabes que si tú esposo no llega el día de hoy pasará a ser un sospechoso.

—¿Por qué? Arnold decía en la nota que Jacob no tenía nada que ver en su muerte.

—Desde que me diste la nota, hace ya dos horas, la he escuchado más de cien veces, y en ninguna parte Arnold no acusa a Jacob, de hecho, con quién tiene la discusión es con él, minutos después, Arnold aparece muerte. No te has preguntado, ¿Que discutían?

—Ahí lo dice claramente, discutían por la relación entre Jacob y yo. Además, eso no es lo relevante, dos hombres y no Jacob, mataron a mi amigo.

—Esperemos y veamos que responde Jacob —Habló uno de los hombres allí.

El otro hombre interviene.

—Entonces eras el mejor amigo de Arnold, y no sabías que era gay, ni que fumaba, se emborrachaba, ni que dejó a una mujer embarazada... Me parece raro todo esto.

—Nunca me dio razones para creer que tenía ese estilo de vida. Nunca vi su homosexualidad.

—Un dato curioso para ti, Nathan, la homosexualidad no se ve... La cuestión es que, Arnold no se suicidó, lo mataron, el último informe forense concuerda con la nota de voz. Pero antes de eso...

Una secretaria entró en la oficina diciendo:

—Disculpen pero el último para ser interrogado llegó.

—En hora buena. Que pase a la sala. Ruíz, López, interróguenlo, yo iré luego.

Sabía que era mi Jacob. La detective se sentó y dijo:

—Arnold fue violado por dos hombres, y luego lo arrojaron del edificio.

Mi mundo colapsó estrepitosamente, no salía palabra alguna de mi boca, seguramente me puse pálido porque la detective me ofreció agua y yo la acepté.

—¿Cómo fue eso posible? —Logré preguntar.

—Ahí está lo malo de criarse en una religión donde los escudan de la realidad, el mundo real es éste, Nathan, por eso queremos que todo lo que sepas, que nosotros no, lo digas, porque así podremos atrapar a esos malditos que andan sueltos... Los "suicidios" que te dije, fueron iguales a los de Arnold, todos violados y asesinados. Existe alguien afuera que odia a los Testigos que se están revelando, y lo triste es que por ustedes muchos jóvenes se están saliendo de esa religión, y pues la Policía de New York los apoya y felicita por tomar esa iniciativa de valentía y fortaleza, pero no podemos ayudar si su organización calla y si no tenemos pruebas, por eso Nathan, no cayes si sabes algo.

Quise contar que al final del audio, Arnold menciona a un Jacob, pero existe la posibilidad de que mi Jacob sea detenido por un error. La ví a los ojos tratando de no levantar sospechas y dije:

—Lo que sé, ya se lo he dicho.

Ella suspiró, por su gesto suponía que yo sabía algo más, o que podía aportar evidencias al caso. Entonces, se dirigió de nuevo a su asiento y dijo:

—¿Viste en algún momento a Arnold como alguien con quien podías tener sexo, o una relación de pareja?

—Jamás detective. Él para mí era mi hermano, mi amigo, mi confidente.

—¿Conociste al novio reciente de Arnold?

—No. De no ser por la nota de voz, no hubiera sabido de él.

—Él está muy dolido, se ve que amaba mucho a Arnold, de hecho, creo que le afectó más su muerte que a ti quien dices que eran amigos íntimos.

Fue como un golpe bajo, ella sospechaba algo que me podía vincular, algo que ni yo sabía. Le dije.

—Usted no está en mi cabeza y en mi corazón para saber lo que siento.

—¿Por qué no asististe al velorio de Arnold, si era tu mejor amigo?

—No quería verlo en un ataúd, era para mí muy difícil verlo muerto.

—¿Dolor?. ¿Miedo?. O ¿Culpa?. ¿Cuál de los tres sentimientos tenías?

—Dolor, porque mi amigo no estaba. Miedo, porque me sentía perdido, sólo. Culpa, porque de haberle dicho que yo era gay, él me hubiera contado de sus sentimientos y nada de eso hubiera sucedido, estaría con él en estos momentos, y no siendo interrogado como un vil villano.

Ella me observó fijamente a los ojos, liberó una sonrisa y dijo:

—Eres muy inteligente, Nathan Park... Deberías ir a la casa de Arnold, Ann, debe mostrarte algo... Cualquier cosa que recuerdes llámame a mi teléfono personal. Quiero que sepas que mi equipo y personalmente yo, estamos entregando cuerpo y alma para descifrar lo que se esconde detrás del asesinato de Arnold —.Me entregó una tarjeta de contacto.

—Gracias —Dije tomando la tarjeta y guardándola en un bolsillo.

Salí del lugar, ahora necesitaba ir a donde Ann. Ví mi auto estacionado afuera, lo que comprobó que era Jacob quien estaba dentro, no quise esperarlo, tomé un taxi y me fui a donde Ann. Mi cabeza giraba y giraba como un disco, esto de Arnold se estaba volviendo más enredado, ya veo que el guardar secretos puede causar muchos problemas, no sé cómo querer ser libre puede derrumbar la valentía de alguien fuerte. Me siento perdido, atrapado, como si quisiera salir de un pozo profundo que me asfixia con cada segundo que pasa, y ahora Jacob me la pone más difícil, se va y me deja solo en estos momentos tan difíciles para mí, lo quería a mi lado, que fuera ese refugio al cual acudir en tiempos de angustias, ni él se refugia en mí, ni deja que yo me refugie en él. Me parece que no se ha preguntado cómo me siento yo con todo lo que estoy pasando. Si sigue con esa actitud, me voy a la casa de playa de Adrián, lo dejaré por un tiempo solo, haber si así comprende que ya somos dos.

Llegué a la casa de Arnold, ya le había pasado un mensaje a Ann para que me esperara, ella me recibió en la entrada de la casa.

—¿Cómo te haz sentido, Nathan?

—Confundido —Le dije. Entramos a la casa. Ella me dijo con ojos tristes:

—Todavía me siento sola, es difícil adaptarse a vivir sin mi compañero.

—Te comprendo, Arnold sólo lleva días dormido.

—La muerte de Arnold sigue siendo un misterio, de ser un suicidio ahora es un asesinato. Pobre de mí hermanito, sólo quería ser libre y compartir su vida con un hombre... Lo que te voy a mostrar a continuación, te dejará más confundido, Nathan. Pero la detective Ariadna, me dijo que era lo mejor.

Me encontraba a la expectativa. Ann me llevó al cuarto de Arnold, un cuarto al cual casi nunca entré porque él siempre iba a mi casa. Ann abrió la puerta y me dejó pasar. No creía lo que veía, casi caigo para atrás al ver aquello.

—Tenía rato sin entrar al cuarto de Arnold —Relataba Anne— Se volvió muy hermético, pero el 31 de diciembre, entré, y descubrí todo esto.

Todo lo que ví era alusivo a mí, fotos de ambos pegadas en la pared, fotos mías por doquier, notas, cartas, frases, palabras, como por ejemplo: "Te amo mucho como para admitirlo", "Eres mi luz entre las tinieblas", "Tu y yo juntos", "Arnold y Nathan", "Dios nos unió, Satanás no podrá con nosotros", "Te amo Nathan". En el techo había pegado un póster grande que al acostarse en la cama se podía ver mejor, era una foto mía, él la tomó en un descuido mío mientras almorzábamos en un café, yo llevaba mis lentes de lectura, un suéter negro, sonreía, porque él me hizo reír, al fondo se veían transeúntes pasar ya que la mesa estaba ubicada fuera del local, creo que fue una de mis mejores fotos. Me doy cuenta muy tarde que me amaba en un secreto indescifrable. Es horrible tener esta sensación, una sensación de desgarre, me siento totalmente fracasado como amigo, soy un maldito ciego. Yo era el único que podía salvar a mi amigo y no lo hice, de haberle contado que era gay, él me hubiera contado lo suyo y tal vez todo fuera distinto. Si no hubiera estado con Jacob haciendo el amor aquel día, posiblemente no fuera apagado mi teléfono y hubiera escuchado la nota de voz de Arnold a tiempo y esos bastardos no lo fueran lastimado. Realmente soy el culpable de la muerte de mi mejor amigo, sólo yo.

—Por mi culpa Arnold está muerto, Ann. Yo lo maté sin darme cuenta.

Salí corriendo del lugar, estaba llorando, pero era un llanto que me asfixiaba, sentía un dolor inexplicable en mi alma. Escuché que Ann me seguía tratando de ayudarme, pero corrí muy fuerte, ella quedó atrás. Seguí corriendo hasta que llegué al metro donde me subí, no tenía un rumbo fijo, no tenía a donde ir, quería estar solo, llorar y llorar hasta que se apagara mi alma, lo que siento es muy profundo. La gente me veía llorar en el metro, alguien me preguntó qué me pasaba, yo solo me aparté de ahí.

Llegué a un destino, bajé, salí a la calle, caminé bajo aquella lluvia fría, una lluvia que congelaba mis huesos y los hacía más pesado, casi no podía caminar. Vi un muelle a orilla de la playa, me acerqué a él, las olas golpeaban fuerte, me llamaban a gritos que saltara, sería una muerte dolorosa, pero rápida. Pensaba en el dolor que padeció mi amigo y yo pudiendo hacer algo, no hice nada, sólo pensé en mi.

Jacob, no era para mí como lo había soñado siempre, me doy cuenta justo hoy. Es un egoísta, solo piensa en él. Si estuviera conmigo en este momento todo fuera distinto, estaría llorando en su hombro y sus palabras me darían vida, pero no, estoy solo, y solo vine al mundo, y solo me iré del mundo. Alcé mi cabeza al cielo y dije en sollozos.

—Según tú dices que todos tenemos un propósito en la vida. ¿Era el propósito de Arnold morir de esa manera? Tu lo viste y no hiciste nada, como siempre, callas y te cubres los oídos. Cómo te haces llamar nuestro padre amoroso, si Arnold te gritaba en ese momento que lo ayudarás, te suplicaba Dios, que lo ayudarás, viste como dos hombres lo lastimaban, y tú... Yo di mi vida a tu servicio y ¿Qué?, ¿También me verás morir?, Si realmente eres el Dios de amor, y estás de mi lado en esto que siento por Jacob, sálvame de lo que estoy a punto de hacer.

Me subí en el borde del muelle, abrí mis brazos y salté al agua agitada, el agua gélida que me quitará la vida de a poco. Sentí como las poderosas masas comprimían mi cuerpo llevándome a lo profundo. Sentí como el agua entraba por mi nariz y mi boca, ardía todo aquello, escuché como mis pulmones se llenaban de agua, ya no había espacio para el aire, vi mi fin. Mi cuerpo comenzó a convulsionar en esa profundidad. Entonces, se cerraron mis ojos y... Me apagué.

Profundamente Prohibido (Gay. Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora