Capítulo 24. Luz y Oscuridad

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Hoy citaré la palabras de un escritor de Venezuela, su nombre es anónimo, él dijo: “La vida se mide con besos, de esos que se van. A veces siento siniestros, de esos que quedarán”. Sí, existen momentos agradables, en lugares agradables, como esos besos que se van. Yo he vivido eso, Jacob me da libertad, amor, pasión, sin él no podría vivir, las veces que he hecho el amor con él han sido momentos inolvidables, le entregué mi virginidad, mi todo, en los pocos lugares que he estado con él han sido especiales, pero como dice el escritor: “Llegan siniestros que quedarán”. Es que la luz no podría ser perfecta sin la oscuridad, y Jacob es de esos, con toque de misterios, esos que me angustian, que estrujan mi corazón y de los que me han sacado lágrimas. Es evidente, cuando dos personas se unen para compartir sus vida, aparecen los choques de personalidad, puede que uno sea tímido y el otro extrovertido, o uno sea fuerte y el otro sea débil, estos choques pueden generar conflictos, sobre todo sino se saben canalizar los sentimientos que se expresan, por ejemplo: un chico tímido puede que sea así por algún trauma que tuvo en el pasado, o simplemente así definió su personalidad, como fue mi caso, las tantas prohibiciones en los Testigos me volvieron tímidos, eso hace que el chico tímido le cueste comunicarse con su novio o con los que conforman su círculo de amigos, en la gran mayoría de los casos; nuevos amigos. El novio extrovertido tal vez sin intensiones puede que avergüence a su novio tímido con algún chiste o actuación, esto generará problemas en la relación, la clave está en que ambas personalidades se fundan creando una nueva, la timidez puede ayudar a la extroversión a comportarse en algunos sitios, mientras que lo hiperactivo puede ayudar a lo tímido a ser más comunicativo y en algunos casos, más atento con su pareja.

El choque entre Jacob y yo, es que yo suelo ser más expresivo y atento, y al mismo tiempo tímido, es extraño, y no se como definir ese tipo de personalidad, si tuviera a un psicólogo a mi lado él podría explicarlo mejor, pero como soy yo, lo defino así, pongo un ejemplo; tal vez algo no me gusta y lo hago saber de inmediato, pero al mismo tiempo suelo callar en cosas que me incomodan, y a pesar de eso me preocupa lo que sucede a mi alrededor y trato de resolverlo. En cuanto a Jacob, lo poco que he visto referente a su personalidad es que es más expresivo que yo, tiene más creatividad y es algo extrovertido, pero no expresa sus sentimientos tan fácil, todo lo malo que sucede de inmediato lo guarda, y puede guardarlo por mucho tiempo, de por sí, eso lo hace fuerte porque vivir con tantos fantasmas ocultos en la cabeza debe ser atormentador. Ahora somos él y yo, debemos fundir nuestras personalidades para crear nuevas, o tal vez no crear nuevas, sino usar correctamente las que ya tenemos.
 
   Me despertó una sutil voz en mi oído...

—Buenos días. Despierta príncipe de mis cuentos de hadas —Decía.

—Buenos días. ¿Cómo amaneciste? —Pregunté sentándome en la cama y recibiendo un beso en mis labios.

—Bien. Mira, te preparé el desayuno.

—Genial. Viste que es fácil cocinar.

    Jacob colocó la bandeja sobre mis muslos, en ella habían pan tostado, huevos con queso revueltos, tocineta, un vaso con jugo de naranja y decorado con una pequeña Margarita.

—Preparé lo más fácil —Tomó el tenedor, lo introdujo en los huevos y luego lo llevó a mi boca, fue muy bonito el detalle, él me alimentaba.

—Eres muy tierno —Dije.

—Agradezco que te tomarás la molestia de comprar los alimentos, mi cabeza no daba para atender esa necesidad.

—Descuida, esas cosas son muy fáciles para mí.

—Hoy amanecí amándote un poco más, esos labios tuyos los deseo con mucha fuerzas.

—A veces pienso que te quieres comer mis labios, eso es aterrador.

—Son un manjar exquisitos —Sonrió.

—Voy a hacer lo posible para que hoy conozcas a una persona especial para mí. Entre mis amigos, Arnold estaba en la cima, y esta persona estaba en el segundo lugar, no hemos tenido tiempo de hablar de él, todo ha sido tan rápido.

—¿Lo conozco?

—No. A pesar de que él era parte del mundo igual era mi amigo, llegó cuando más lo necesitaba, en el tiempo justo, sabe mucho de mí.

—¿Le haz hablado de mí?

—Todo el tiempo, quiero que se conozcan porque creo que pueden llevarse bien.

—¿Tú crees?

—Si claro, él es un buen chico.

—Si es tu amigo en el segundo puesto, debe ser una buena persona, ya quiero conocerlo.

—Hoy será. ¿Qué día es hoy?

—Lunes, ¿Por qué?

—Cada día que pasa nos acerca más al día en que seremos expulsados, donde se hará público nuestro retiro.

—Trato de olvidar eso cada vez que te veo.

—Ayer, me conseguí en el supermercado a Rogelia con dos chicos Testigos y pues, fue algo incómodo y bochornoso, además que yo andaba con mi amigo, ellos no me hablaron y yo sí, les dije que se salieran de esa religión, que estaban a tiempo, uno de los chicos me dijo que yo era un pecador y que me esperaba destrucción eterna...

—¿Y ese tipo quién se cree, el hombre perfecto? —se alteró Jacob.

—Mi amigo también se alteró, casi le cae a golpes, es solo que yo los separé.

—Era lo más lógico.

—Claro que no, igual yo comencé todo, luego ellos se fueron.

—Tu amigo puede que me caiga bien.

—Eso espero.

     Se levantó con la bandeja después de comer. Antes de salir me dijo:

—Vístete que saldremos.

—¿Iremos a ese lugar especial?

—Si.
    
       Rápido me levanté, me vestí lo más sencillo posible y lo más cómodo.

Salimos, él manejaba el auto. Pasamos Central Park, hasta llegar a un rincón de Broadway.

A fuera se veía llegar gente elegante, era un local bastante pretencioso.

—¿Se presentará aquí una obra de teatro? ¿Cuál? — Pregunté entrando al lugar.

—Ya verás.

     Mucha gente comenzó a vernos, lo que me puso muy incómodo, por eso le dije a Jacob:

—Todos nos ven.

—¿Será porqué nos tomamos de la mano? —Dijo Jacob y soltó una sonrisa.

Un muchacho hermoso se acercó a nosotros, ni reía, ni estaba serio, estiró su mano y la estrechó con la de mi amado.

—Como siempre tan puntual...

—Que bueno verte, amigo, a pasado tanto tiempo —Se abrazan.

—Dos años, aunque siempre hemos estado en contacto, es como si no lo fuera. Te he extrañado un montón.

—Digo lo mismo... Te presento a...

    Jacob no terminó su oración porque el chico prosiguió.

—Cuéntame ¿Qué escondes en los cuadros? Iba a entrar a la galería y se me prohibió la entrada, como a todos.

—Descuida, ya estoy aquí.

    No comprendía nada de lo que hablaban, así que Jacob entendió mis expresiones y me dijo al oído.

—Te traje a una de mis exhibiciones

—Si ya lo noté... Me hubiera vestido un poco más formal.

—Tranquilo, a nadie le importa eso. Por cierto, el chico que viste se llama John, es un buen chico.

—Y un grosero —Dije. Jacob rió y dijo:

—Llegó ayer de Londres, esta es mi primera exhibición en físico, y él quiso verla. Pasemos a la galería.

   Todos al ver que nos dirigimos a ese lugar comenzaron a seguirnos. La galería tenía decenas de fotos urbanas como era el estilo de Jacob, con varios chicos de esos típicos en él. Pero, entre esas obras, me encontraba yo, fotos de mí se mostraban como las demás, todo era tan hermoso, las tomó desde el principio, a mis espaldas. La gente se emocionó especialmente al ver mis fotos colgando de las paredes, el tal John, se acercó a nosotros, me vió de pie a cabeza y dijo:

—Tuviste que hacer muchos arreglos para que salieran buenas fotos, porque el modelo no se parece en nada al de las fotografías.

—No hice ningún arreglo, él es perfecto.

El tal John calló su boca. Jacob me vió y dijo:

—Esta es mi sorpresa. En cada descuido tuyo las tomaba, fui muy sigiloso.
 
      Puse mi mano en su cachete, reí, y lo besé delante de todos. Luego dije:

—Prometí cachetearte, pero no soy tan valiente.

Entonces, las personas comenzaron a acercarse para felicitar al artista y a su modelo, el tal John quedó en un cuarto plano a partir de ese momento. Jacob comenzó a presentarme a mucha gente, claro, ninguno era Testigo, todos eran gente del mundo, muy buenas personas, y agradables. Después, Jacob comenzó a pasearme para que viera mejor las fotos mías y comenzó a explicarme en qué momento las tomó.

Una mujer se acercó a nosotros y le dijo a Jacob.

—Jacob, compraron la obra 12, el hombre que compró pidió que se la enviaran en este mismo momento.

—Háganlo —La mujer se retira —Vaya, eres muy popular ahora.

—Gracias por este gesto tan bonito. ¿Y, cuál es la foto 12? —Pregunté curioso.

—Está por aquí, ven a verla antes de que la descuelguen.
En un rincón de la sala, estaba la fotografía.

—Me acuerdo de ese momento.

—Estabas desnudo, te sentaste en el marco de la ventana, afuera estaba nevando un poco, el cristal de la ventana empañado, el urbanismo al fondo, las luces de colores, tu perfecto cuerpo… La tomé en tu descuido, como hice en todas.

—Nunca pensé que cada vez que llegabas misteriosamente con la cámara, era porque me fotografiabas.

—Quiero que todos sepan que el amor que te tengo es genuino. Y qué mejor forma de hacerlo que plasmándote en mi trabajo.


  Mi celular comenzó a sonar, era una llamada de Ann, rápido contesté.

—Hola amiga... Es Ann —Le susurré a Jacob.

—A pasado algo, Nathan.

—¿Qué pasó?

—Consiguieron muerta esta mañana a Rogelia.

—¿Qué? —Jacob escuchaba, yo me senté en una silla, Jacob continuó la conversación.

—¿Cómo fue eso posible?

—Todavía no se mucho, al parecer se suicidó, le consiguieron las muñecas cortadas, para cuando sus padres la vieron, ya se había desangrado. Tenía en sus manos, una nota que decía: "Es prohibido besar a una chica".

—Le gustaban las chicas —Afirmé.

—Al parecer, y tengo la sospecha de que tenía algo con Martha.

—Que trágico, debemos tener cuidado.

—No se les ocurra acercarse por el hospital o por la casa de Rogelia, todos están muy traumados y muchos piensan que lo que sucede es por su rebelión.

—Maravilloso —Dije sarcásticamente.

—Gracias por informarnos —Dijo Jacob.

—Ann, ¿Y no han dicho nada nuevo referente a Arnold?

—Todavía no, sin sospechas, sin culpables.

—Okey. Gracias.
 
     Jacob se sentó junto a mí en la otra silla, recosté mi cabeza en su hombro. Las personas aún veían las fotografías sin sospechar por lo que pasábamos.

—Si se están dando cuenta que no es la religión verdadera. ¿Por qué se suicidan?.

—Por tanta presión, tantas prohibiciones, tú y yo sabemos de eso. Te contaminan la conciencia y esta pelea con la realidad, es crisis de consciencia, sólo eso.

Profundamente Prohibido (Gay. Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora