Capítulo 18. Especulaciones

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El ambiente de fiesta estaba creciendo con cada minuto que pasaba. Harry y Thomas se fueron a Time Square, mientras que nosotros nos quedamos esperando que fueran las once de la noche para subir a la azotea, como nos dijo Sandra, que por cierto nos atendió muy bien. Hablamos con varios chicos, todos eran parejas, habían unos en particular que nos cayeron muy bien, y es que venían de un mundo parecido al nuestro, ambos eran Evangélicos, llevaban un año alejado de ese mundo, y fuera de él, les iba maravilloso, este grupo religioso era bastante extremistas, de hecho, pienso que cada religión tiene pizcas notable de radicalismo, una más que la otra; qué alejado estamos los seres humanos de lo que vino a enseñar Jesús, nunca menospreció a nadie y nunca aplicó reglas estrictas o prohibiciones absurdas.

El primero se llamaba Richard, y el otro se llamaba Peter, se veía el amor entre ambos. Peter tenía 39 años, era tierno como un osito de peluche, era gordito como osito de peluche, mientras que Richard, era delgado y alto, negro como el color con un brillo especial en la piel que encantaba, tenía 28 años. Peter era latino de Colombia, y Richard era de Trinidad y Tobago. Nos encontrábamos en la azotea del edificio. Se abría ante nosotros una vista llena de colores procedente de luces y de fuegos artificiales.

—Pueden sacar sus móviles para que guarden estos hermosos momentos —Nos dijo Sandra.

Jacob sacó su cámara y comenzó a capturar el momento, él se alejó un poco de mí, mientras yo quedé en el borde del edificio, (protegido por un muro), con Peter y Richard.

—Todas las religiones son como una gran empresa, esas donde el trabajador sube de niveles hasta llegar a la cima de la pirámide, es ahí donde se creen superior a Dios —Hablaba apesadumbrado Peter —Y lo saco a colación porque a los diecisiete años comencé a trabajar en una empresa así, y al compararla con mi ex religión, descubrí que era lo mismo. En esa religión era obligatorio dar el diezmo, los que lo dábamos quedábamos con los bolsillos vacíos y los de la cima de la pirámide, se hacían más ricos.

—Nuestro Pastor tenía un Jet privado —Continuó la conversación Richard—, relojes de oro, una casa en la playa, mientras que los que dábamos el diezmo, usábamos el transporte público. Lo triste de todo es que los desgraciados mueven masas.

—Claro, mientras usen el nombre de Jesús en todo lo que hacen, la gente irá a ellos —Participé yo —Con los Testigos era distinto, nunca se pedía el diezmo, o colectas, todo se daba por voluntad propia, eran "colaboraciones", pero si te dicen en casi todas la reuniones que debido al amor que sentimos por Cristo y a Dios debemos dar más de nosotros, porque ese amor a ellos, nos debe obligar a dar "voluntariamente", entonces desde ahí nos sometían a dar, obligatoriamente.

—Los Testigos no aceptan transfusiones sanguíneas, ¿Cierto? —Preguntó Richard.

—Ni una gota, es preferible que muera el ser querido, a aceptar sangre.

—Pero, eso es asesinato, contribuyen a la muerte del ser querido —Respondió Peter.

—Si, siempre estuve en desacuerdo, luego te dicen que verás a tu ser querido resucitado en el paraíso y que eso debe fortalecer la fe.

—¿Y qué tal si no existe el tan mencionado Paraíso?  —Preguntó Jacob, acercándose. Y continuó— Con los Testigos todo parece una película de ciencia ficción: "Un grupo escogido por Jehová, que vivirá en el cielo con Jesús, serán sus guerreros, guerreros que batallarán con el enemigo de Dios, Satanás y sus aliados, Jesús defenderá a los humanos que estén de su lado y les promete a cambio una tierra paradisíaca, pero antes deben vivir pruebas de fe; apartarse de los seres queridos que no son Testigos, dejar morir a los que son Testigos si hay que transfundirle sangre, no participar en la política, no celebrar festividades paganas, ser inmaculados, no ser homosexual, no ser prostitutas... Luego, viene una crisis mundial, las religiones y sectas serán destruidas por la ONU, luego los gobiernos destruirán a la ONU, ya al final se formará una coalición de naciones, para eliminar a la única religión sobreviviente; los testigos de Jehová, pero antes de que sean destruidos por esta coalición de naciones, Jesús llegará con sus guerreros y destruirá a todos los gobiernos, Satanás será abismado por mil años junto a sus demonios, los seres humanos opositores serán aniquilados, así sea que entre esos humanos estén niños inocentes, personas que siempre hicieron el bien, o seres humanos como nosotros, que simplemente nos amamos, los cuerpos de todas estas personas quedarán descuartizados y desparramados por todas partes, las ciudades destruidas, todo lleno de fuego, días después las aves de rapiña, por orden de Dios se comerán los cuerpos desparramados, entonces, la tierra se transformará en un paraíso, donde solo vivirán los testigos de Jehová.

—Wow. Podrías escribir un libro de todo eso, seguro en Hollywood hará una película taquillera —Bromeó Peter.

—¿De verdad, eso le dicen?—Interrogó Richard.

—Si —Dije.

—Deben vivir aterrados —Continuó Richard.

—La cuestión es que tienen un poder de convencimiento impresionante. Lo bueno es que Nathan y yo, nos estamos dando cuenta de ello. Y cómo siempre digo: si todo eso es verdad, que el Armagedón nos tome a mi esposo y a mí, en la azotea de un edificio como este, él y yo tomados de la mano, con la frente en alto, llenos de amor, y satisfechos por haber vivido esos últimos días juntos.

Me acerqué a Jacob y lo besé, le dije:

—Nunca dejaré de decirte que te amo.

—Yo te amo más.

—Son tan tiernos. ¿Puedo tomarle una foto?

—No me gusta fotografiarme —Dije

—De verdad es difícil hacerlo, no tengo fotos de él, y es frustrante cuando uno es fotógrafo —Dijo Jacob.

—Cierto ¿Por qué no te gusta si eres tan bello?

—Simplemente no me gustan las fotos mías, siento que eso no es realismo.

—Eres muy retrógrado —Me dijo Peter riéndose.

—Chicos falta diez minutos para las doce. Hemos preparado un espectáculo de fuegos artificiales solo para ustedes —Habló Sandra, llegando al lugar junto a varios chicos, entre ellos el dueño del local, un hombre que rondaba los 30 años, con una barba corta bien arreglada, algo árabe, luego me enteré que era de Marruecos, era alto, delgado y cuerpo definido, como un atleta, especialmente de natación, lo describo de esta manera porque no dejaba de verme, y no le estaba dando motivos para que lo hiciera, y eso de por sí, me ponía nervioso.

    Jacob me abrazó por detrás, me dijo al oído; él veía el horizonte.

—Pienso que cuando llegue Armagedón será en una día como hoy, un día donde todo el mundo este celebrando.

—¿Cómo en los días de Noé? —pregunté.

—Si. Todos estaban “comiendo y bebiendo. Los hombres casándose y las mujeres siendo dadas en matrimonio, [...] Y no hicieron caso hasta que vino 'Armagedón' y los barrió a todos.”

  Tomé sus manos juntas a las mías y las apreté fuerte a mi pecho, entonces le dije:

—Si viene que sea así, tú y yo juntos. Que nadie ni nada nos pueda separar. Sea justo hoy, porque mañana...

—¿Qué pasará mañana? —Preguntó.

—Puede que sea demasiado tarde.
  
    Nos besamos y entonces llegó la hora, los fuegos artificiales explotaron por doquier, la gente aplaudía, lloraba, gritaba, reía, nosotros; Jacob y yo, sólo nos besábamos, para él y para mí, era como si flotáramos en el infinito universo, rodeados de estrellas, de un silencio único, de una esperanza, rodeados de amor, él y yo, solos aquí, esperando que la luna se convierta en nuestra casa para irnos a vivir alejados de todos.
Cuanto lo amo, siento que sería nada sin él, un nada, como cuando él no había llegado a mi vida, él le a dado propósito a mi existir. Una música para los dos en este momento tan especial, una que nos recuerde este momento... “Count on; Shallou &Colin”.

Los fuegos artificiales duraron hasta la una y media, mi esposo y yo nos fuimos a dormir al apartamento a las tres de la madrugada. Peter y Richard tuvieron la amabilidad de llevarnos en su automóvil.

Jacob y yo, llegamos durmiendo, el alcohol había hecho efecto, para unos novatos como nosotros, el alcohol nos había vuelto un poco desquiciados, yo vomité al llegar al apartamento. Lo cierto fue que dormimos como unos bebés.

Profundamente Prohibido (Gay. Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora