Soñé. Soñé con Jacob. Corríamos por un bosque iluminado por un sol cálido y agradable, yo lo perseguía, jugábamos, lo tomaba por los tirantes del pantalón, lo recosté de un árbol de pino enorme. Entonces, lo besé, reímos, me separé de él, le di la espalda, al voltearme a verlo, él se encontraba con Arnold, le cortaba el cuello con un afilado cuchillo, la sangre corría, Jacob sonrió y me dijo:
—Era lo mejor, así evita sufrir por causa de ellos.
Me desperté loco, tenía en mi cuerpo cables y tubos que arranqué de tirones. Vi en ese estéril cuarto de hospital a mi mamá, a Hilary y a Jacob, tratando de evitar que me quitara esos aparatos. No tenía que ser así, debía estar muerto, tendría que estar descansando para siempre.
—¡No quiero estar aquí! ¡Quiero morir! —Gritaba.
—Ya mi amor, aquí estoy yo —Me dijo Jacob. Traté de tranquilizarme y solo porque necesitaba saber cómo era posible que del océano, esté en éste hospital.
—¿Quién me trajo aquí? —Pregunté después de media hora de estar en calma.
—Fui yo. Activé el GPS y te localicé en el muelle, llegué justo a tiempo...
—¿Por qué? —Pregunté.
—Te ibas a ahogar —Respondió Hilary.
—Era lo que quería.
—No digas eso, Nathan —Habló mi madre con lágrimas en los ojos.
Evité miradas con mi madre y ví a Jacob.
—Que raro, Jacob, cuando más te necesito te desapareces, y cuando no quiero que estés, llegas... Quiero irme de aquí, ya que no me dejaste morir, deja que por lo menos la soledad acabe conmigo.
—Hijo, debemos estar pendiente de ti, si Jacob no puede nosotros si lo haremos —Habló mamá tomando mis manos.
—Mamá por favor, saben que no me pueden ni dirigir el saludo, ¿o no recuerdan? Soy un anormal, parte del mundo soy ahora.
—Debemos cuidar de ti ahora hermanito, tu vida es muy importante.
—No lo creo —Dije. Me encontraba desanimado de verdad —Quiero irme de aquí, Jacob. Por lo menos agiliza mi salida de este lugar.
—Saldré a hablar con la Doctora.
Jacob salió de la habitación. Mi madre y Hilary me veían, sé que querían decir algo, yo volteé la mirada a otro lugar tratando de evitarlas.
—Deposité en tu cuenta bancaria el dinero que te corresponde por tus días de trabajo en la empresa, te servirán para que sobrevivas unos siete meses, mi mamá y el hermano Patricio te dieron algo de sus ahorros, pero en silencio, si no estás cómodo en ese pequeño apartamento que compartes con Jacob, puedes alquilar uno más grande y cómodo —Explicaba Hilary, como si eso me importara, en estos momentos no quiero pensar en nada, me gustaría dejar la mente en blanco, no pensar en nadie, no pensar en nada.
Entonces, entró Jacob con la Doctora.
—Que bueno verte despierto, Nathan, nos diste un susto. Jacob te encontró, nos dijo que resbalaste en el muelle y caíste al agua, de no ser por él no estarías aquí con nosotros.
—Quiero irme a casa.
—No tan rápido. Primero te haremos unos análisis y depende de los resultados te irás con tu esposo.
Respiré profundo, estoy seguro que Arnold está mejor que nosotros; descansando. Me duele saber que estuvo enamorado de mí y yo no lo percibí, no olí aquellas fragancias llenas de amor, nunca lo vi llegar, como dijo la detective Ariadna; la homosexualidad no se ve, y es cierto, existen miles de personas que son homosexuales, que nadie sabe su secreto, por cierto, si alguien ve a Jacob y a mí, nadie sospecharía que somos gay, porque los dos somos muy varoniles y, ese es el problema, muchos gays son identificados porque son afeminados, existen muchos estereotipos.
A las horas, la Doctora me dio de alta del hospital. Jacob me llevó a mi auto, me despedí de mi hermana y de mi madre con un fuerte abrazo, las extrañaba mucho, pero no quería que lo supieran.
En el recorrido del hospital al apartamento, Jacob y yo no hablamos, de verdad yo estaba molesto con él.
Llegamos al apartamento, fui directo a la cama, después de quitarme la ropa.
—¿Quieres algo de comer?
No le di respuesta. Gracias a Dios el teléfono no se me daño, por eso lo encendí, en el momento que lo encendí entró una llamada, la respondí de inmediato, todo para ignorar a Jacob.
—¿Buenas?
—Buenas tardes. ¿Me comunico con Nathan Park? —Preguntó la mujer del otro lado.
—Si, él habla.
—Hola, Nathan, soy Sandra, espero me recuerdes, los atendí en la fiesta de fin de año.
—Claro que recuerdo. ¿Cómo estás?
—Muy bien. Estoy llamando de parte del señor Alí Mohamed, él fue el anfitrión de aquella fiesta, tal vez lo viste, se enteró que eras diseñador de interiores y quería ver si tú lo podías ayudar en algunas cosas que quiere hacerle a su Pent-house del centro.
—Bueno... Estoy sorprendido.
—Él vió que tienes buenas recomendaciones y como ya no trabajas para tu familia, pensó que podrías ayudarlo.
—¿Cómo sabe todo eso?
—Al señor Mohamed, no se le escapa nada. ¿Te interesa? —Preguntó la mujer.
—Si, estoy interesado. ¿Qué debo hacer?
—Reúnete con él mañana a las nueve de la mañana, te estaré pasando la dirección del Pent-house para que asistas. ¿De acuerdo?
—Bien, no hay problema.
—Entonces te dejo, Nathan. No desaproveches esa oportunidad con el señor Alí, es buena persona.
—Gracias.
Colgué. Si una puerta se cierra, diez se pueden abrir. Jacob no escuchó la conversación porque había salido en el momento que yo comencé a hablar con la mujer.
Al rato entró a la habitación con una bandeja con comida, yo ya estaba casi dormido.
—Ven, siéntate, debes comer algo —Me dijo.
—¿Qué quieres de mí, Jacob? —Le pregunté, él se sorprendió un poco y dijo:
—Quiero que comas.
—Hablo de verdad. ¿Quién eres? ¿Qué quieres? ¿A dónde fuiste ayer?
—Necesitaba despejar la mente. No puedo pedir disculpas porque sé que no es suficiente. Todo por lo que estoy pasando es muy fuerte.
—¿En algún momento te preguntaste cómo me sentía yo? Mi mejor amigo fue violado y asesinado por dos asquerosos hombres, fui expulsado de la religión que me vio crecer, descubro que mi mejor amigo; ese que violaron y mataron, estuvo enamorado de mí, y cuando busco a mi esposo para que me dé ánimo, para que esté conmigo, no hay nada, a mi lado solo hay un vacío, una soledad que aprieta dejándome sin aire. Dime, ¿Dónde estuviste todo este tiempo?
Él solo obvió la pregunta, como si lo que acababa de decir no tenía valor.
—Esta sopita de pollo te levantará el ánimo.
Me levanté furioso, agarré la bandeja y la arrojé contra la pared, regando toda la comida, entonces me puse frente a él, y le pregunté:
—¿Qué discutías con Arnold? En el vídeo que tiene la policía vi como lo empujabas y él a ti, la detective me dijo que la discusión se veía acalorada. ¿Qué discutías? Sé la respuesta, pero quiero oírlo de ti. Sé que hay algo más.
—Quería que dejara su mal proceder...
—¿Mal proceder?
—Necesitaba que dejara a esa gente oscura, sobre todo que se alejara de esa mujer.
—¿Qué mujer?
—La que el dejó embarazada.
—O sea, ¿qué te importaba la vida privada de Arnold si apenas lo conocías? No podías hacerlo cambiar de parecer cuando tú y yo teníamos sexo. ¿Con qué moral le exigías? Sé que ocultas algo más y lo voy a descubrir —Tomé la sábana para irme a dormir en el sofá, al fin y al cabo ese apartamento no es mío. Entonces, me detuve en la puerta de la habitación y le pregunté —¿A dónde fuiste todo este tiempo?
—Estuve en casa de Harry, si no me crees llámalo, ellos me prestaron una habitación y me encerré en ella hasta que tuve que salir por lo de el interrogatorio.
—¿Cuánto tiempo llevas conocido a Harry, quince días y ya lo consideras tu mejor amigo?
—Son buenas personas.
—Estamos rodeados de buenas personas, y no todos son nuestros mejores amigos... Así no podemos vivir, que cada vez que nos suceda algo salimos huyendo, se supone que somos esposos, debemos confiar el uno del otro.
—Discúlpame, no ocurrirá más.
—No quiero perderte, Jacob.
—Estaba muy asustado cuando te saqué del agua y no reaccionabas, si morías, yo moriría detrás de ti —Se le puso un nudo en su garganta.
—De verdad quería irme, estaba solo, en esos minutos me sentí débil, con ganas de no existir más, nadie estaba conmigo, me sentí insignificante —Lloré, él se acercó y me abrazó.
—No lo vuelvas hacer mi amor.
—Nunca me dejes, recuerda que no tenemos a nadie más, sólo nos tenemos tu y yo, si tú caes yo también caeré.
—Hay que ser fuertes para cuando lleguen las pruebas más difíciles. Eso nos lo enseñaron en nuestra religión.
—Arnold dejó...
Estuve a punto de contarle lo de la nota de voz que me envió Arnold, pero callé, no era conveniente andar diciendo eso. ¿Qué si no confío en Jacob? Sí confío en él, es sólo que en estos momentos presiento que Jacob oculta algo, no sé si son paranoias mías, pero así lo siento.
Me sentía muy agobiado, así que me fui a acostar, mañana tenía una entrevista de trabajo, mi primera en el mundo, con el señor Alí Mohamed y, necesitaba dar una buena impresión. Mientras yo estaba en la cama, Jacob se quedó recogiendo algunas cosas, entonces me llegó a la mente algo y dije:
—Antes de saltar del muelle le dije a Dios algo...
—¿Cómo? Es que no escuché bien —Dijo Jacob, entrando al cuarto.
—Antes de saltar del muelle le dije algo a Dios, que si realmente él era el Dios de amor y estaba de mi lado en esto que sentía por ti, que me salvara de aquel final... Y llegaste tú... No hizo nada por Arnold, a pesar de que Arnold le dedicó su vida a servirle y, estoy seguro que Arnold le gritó en ese momento por ayuda.
—Pero según me dices, te demostró que si está de nuestro lado, en esto que sentimos. Dios es maravilloso, ¿Cierto? —Él se sentó a mi lado en la cama, tomó mi mano y dijo —¿Crees que hicimos bien? ¿Dejarlo todo, a nuestros amigos, nuestra religión, a Jehová?
—Fue lo mejor Jacob, siento que estuvieron lavando nuestro cerebro todo este tiempo con tanta literatura.
—Toda esa información proviene directamente de Jehová y Jesús.
—Eso dicen ellos, ¿Quién nos lo garantiza?
—La Biblia. Si pudiera volver lo haría.
—Claro que puedes volver, pero sin mí, Arnold murió y fue por la presión impuesta por esa religión, por sus dirigentes. Piénsalo bien Jacob, sabes que juntos no podemos regresar, lo que significaría que se acabaría todo esto tan bonito que a surgido entre los dos, y créeme, a pesar de todo, no quiero que se acabe.
—Vamos a dormir —Me dijo acostándose a mi lado.
Jacob tenía una forma de concluir las conversaciones de una manera tan rara y misteriosa, reflejaban su personalidad. Después de mi intervención él hubiera dicho algo como: "Si amor hemos creado vínculos hermosos estos días que llevamos conociéndonos, tus besos y tus caricias son difíciles de borrar de mi piel, por eso sigamos juntos hasta fin" , pero no, simplemente ignoró lo que yo dije y a cambio dijo: "Vamos a dormir"... Me es incomprensible.
Mis días han sido locos, ya no sé que pensar de la vida, del amor, de Dios, me siento decepcionado, no sé si es por esta depresión que cae sobre mi, pero lo admito, el misterio de Jacob, la muerte de Arnold, mi expulsión de los Testigos, mi vida en un mundo que no conozco, todo eso choca conmigo directamente y me deja sin ánimos, sin fuerzas, sin ganas de ver la vida de manera bonita. Soy tan inocente y, estoy tan indefenso que a veces creo que es una prueba de Dios para ver hasta dónde puedo aguantar. Todo es tan confuso, me siento aislado, como si durante toda mi vida, viví encerrado en un cubo donde no conocía a nadie más, si no a los que veía a través de una pequeña ventana y, eran pocas las personas del otro lado, donde todos ellos sonreían forzosamente y se hacían pasar por mis amigos, y todas esas personas se encontraban en un cubo igual al mío, y de pronto, mi cubo de cristal se rompió dejándome expuesto en un mundo irreconocible, donde todos reían, eran libres de verdad, sin hipocresía, pero que a pesar de todo eso, por ser algo nuevo para mí, me siento perdido, con miedo y solo. Porque este nuevo mundo está lleno de violencia, aunque sean libres. Está lleno de mentiras, aunque no son hipócritas. No sé si hice bien en aceptar mi realidad, en aceptar quién soy, ¿Era mejor mi mundo dentro del cubo?
ESTÁS LEYENDO
Profundamente Prohibido (Gay. Completa)
RomansaAdéntrate en una apasionante historia llena de decisiones difíciles y emociones encontradas. Nathan, un joven testigo de Jehová, descubre que su amistad de niño, Jacob, se está transformando en un amor inesperado y profundo. Ambos se encuentran en...