Palabras y Fantasías

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-Dijiste biblioteca- murmuró Vegetta mientras Rubius reía y aparcaba cerca del acantilado en el que ya habían estado aquella vez.

-Bueno, por aquí también hay recuerdos, ¿no?- le habló al oído, haciéndolo gimir bajito. Rubius se rió, le encantaba ver a su novio así, ¿era algo egocéntrico? Sí, pero que él se deshiciera con un simple toque suyo, lo hacía sentirse el dueño del mundo.

-No empieces algo que no quieras terminar, Doblas- susurró Vegetta contra sus labios.

-No en unas cuantas horas...- concordó el alfa antes de volverlo a besar, Vegetta terminó el beso sonriendo y se acomodó los lentes.

-Exacto... A parte, me has dejado preocupado por la casa- suspiró y el alfa sonrió, bajó del auto y él lo siguió. Vegetta se sentó sobre el auto, burlándose de la mirada agónica de su prometido hacia su adorado Volvo.

-¿Quieres que me baje?- preguntó, abriendo un poco las piernas. Rubius se colocó entre ellas y lo besó.

-A veces me asusta lo que podrías hacer conmigo- murmuró mientras el omega sonreía. Lo abrazó y miró hacia el panorama que tenían frente a ellos.

-¿Qué les vamos a decir?- preguntó Vegetta de repente. Rubius se alejó un poco y lo miró, sabía a lo que se refería y sinceramente no tenía la respuesta.

-Si quieres, no les decimos nada- respondió al fin.

-No, no quiero secretos, ni mentiras, esto es demasiado increíble para que este oculto así...- Rubius acarició su mejilla.

-Les diremos la única verdad, que nos enamoramos sin buscarlo, que yo había sido todo menos el hijo perfecto que ellos esperaban hasta que te conocí- Vegetta lo miró y se mordió el labio desviando la mirada-. De Luque...- llamó el alfa, y él lo miró, antes de cerrar lo ojos.

-¿Y si no lo aceptan? ¿Y si Auron fue sólo un atisbo de lo que se nos viene? ¿Y si tus padres piensan que no te convengo, que casi no me conoces? ¿Si se llegan a enterar de lo que te pedí, de...?- Rubius puso sus pulgares sobre sus labios y sus manos rodearon su nuca.

-Nuestro acuerdo es privado y sólo nuestro... Yo jamás me arrepentiré de él, y mis padres te quieren, todos ellos... No por ser mi novio, o mi futuro esposo, te quieren por ser tu... ¡Por los Dioses, Sr. Cupido! ¡Sólo basta ver lo que has hecho por mis hermanos!- exclamó Rubius y él sonrió.

-Como me vuelvas a llamar así, Doblas, dormirás en el saloncito...- amenazó enfurruñado.

-Bien, también hay recuerdos ahí- bromeó él, Vegetta abrió la boca, para terminar cerrándola y sonrojándose un poco.

-Debería darte vergüenza- contestó entre dientes, haciéndolo reir...

-Vamos, antes de que se pongan a fabricar sobrinitos...- murmuró Rubius, ayudándolo a bajarse del Volvo.

.

-¿Por qué no me dijiste eso?- preguntó Mónica, mirando a Auron, que estaba sentado sin mirarla a su lado. Podía ver su perfil, su expresión seria, le costaba haber dejado al descubierto sus temores.

-No lo se amor, sólo que entre más lo pensaba, más me atacaban las dudas. ¡Vamos! Tu sabes que no soy el mejor esposo que se diga, ni el mejor alfa... No soy ordenado, no soy cuidadoso, no cuido mis palabras la mayoría de las veces. ¿Cómo podría ser un buen padre?- preguntó Auron, Mónica tragó el nudo que se formó en su garganta, primero por el alivio de saber que él aún la amaba, que no era por todas las tonterías que ella se había imaginado por lo que se comportaba así, y luego, por el amor al escucharlo. La hicieron levantarse y arrodillarse para quedar frente a él.

🔞Acuerdo Perfecto🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora