~summer~

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Narra Jotaro
Había llegado el verano, con temperaturas mayores a 30 grados, los niños atrapando cigarras en el bosque y los ancianos fuera de sus casas a esperar la hora de su muerte con la tranquilidad que sólo puede ofrecer los alrededores de tokyo.
Kakyoin y yo nos reunimos casi todos los días para ir al Árcade hasta terminar en banca rota. También para estar en una mini tienda de conveniencia cerca de nuestras casas a comer helado y hablar de idioteces o leer cómics.

Hoy era de esos días dónde nos veríamos para hacer absolutamente nada. Sentados en una banca bajo la sombra de un gran árbol en el parque mientras de fondo sonaba irónicamente “summer” de Calvin Harris en la radio de unos mocosos que patinaban no muy lejos de nosotros.

-el calor me matará —sabía que no lo decía de forma metafórica, lo había visto desmayarse o sangrar por golpes de calor— quiero que el otoño llegue rápido

-También yo —mientras encendía un cigarrillo dispuesto a fumar, antes de ponerlo en mi boca fue arrebatado por el pelirrojo a mi lado—

-No me mires así, te salvo del cáncer —con una risilla comenzó a fumar—

Desde hace un tiempo el tomó cierta curiosidad por el y poco a poco le tomó el ritmo, incluso antes que me diera cuenta compartíamos el mismo cigarrillo. Me gustaba cuando devolvía el cigarro y tenía el ligero sabor a cerezas en el filtro, pero después de aprender él dejó de hacerlo, es eso lo que más me molesta, incluso más que robe los míos.

-Dentro de unos días Volveremos a la escuela. —recargandome en la banca prendiendo otro— preferiría no hacerlo.

-Igual yo

-Deberíamos irnos

-¿a dónde?

-No lo sé, lejos, tanto que no puedan encontrarnos. Un lugar cerca del mar, yo puedo ir a pescar todos los días nuestra comida.

- Y yo te esperaré en casa para comer juntos.

-Exacto —nos miramos unos segundos y comenzamos a reír— ¿sueno cómo un  idiota?

-para nada, te seguiría si hablaras en serio. —desde hace un tiempo noté que tenía problemas en su casa, tal vez por ello prefería pasar el tiempo con alguien como yo, pero nunca me animé a preguntar, pensaba que no era de mi incumbencia.—

-¿Qué pasaría con tu trabajo de modelo?

-Más que trabajo es un pasatiempo, he pensado mucho tiempo en dejarlo pero el dinero propio sabe mejor, quiero depender lo menos posible de mi familia.

-Entonces deberíamos escapar. —en todo momento el miraba el cielo mientras el humo salía entre sus labios, mientras su cabello se movía delicadamente con el suave viento. Kakyoin era la viva imagen de la perfección. En ese momento recuerdo pensar “desearía ser artista para poder pintar esto y que todo el mundo sea capaz de ver lo que yo”. — ya sé, vayamonos unos días. Antes de que acabe el verano, visitemos el mar.

Se veía sorprendido, tanto que el humo tardó en salir para darle un ataque de tos y reincorporarse bebiendo un poco de agua.

-¿en serio?

-Sí, claro que si tienes otros planes lo entenderé y... —lo pensó unos segundos para responder—

-De acuerdo

-¿Sí?

-Claro. —de un tiempo para acá lo veía sonreír de manera más sincera, me alegraba verlo así—

-Bien.

El sol comenzaba a ocultarse, era momento de separarse, siempre lo acompañaba hasta unas calles antes de su casa y está vez encontramos a una plaga peor que las de Egipto.

Un bocado más [Jotakak]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora