~Familia~

221 41 9
                                    

Narrador omnisciente:
Tan pronto como sintió el olor a carne frita entrando por su nariz, Iggy saltó de los brazos de kakyoin para visitar la cocina y recibir su desayuno a manos del francés.

-En lo que sirvo tu comida ve a despertar a kakyoin. Debe por lo menos beber un vaso de agua.

A regañadientes el a perro volvió a la sala dónde ladró un par de veces hasta ver cómo su objetivo abría los ojos lentamente para volver en sí. Ambos entraron a la pequeña cocina dónde ya un buen tazón con comida le esperaba con algunos "premios" por haber acompañado a kakyoin en su sueño por parte del peliplata, obviamente Iggy no reclamó nada y comió todo tan rápido como pudo.

-Buenos días dormilón ¿Tienes hambre?

-Buenos días... -miró la comida en la sartén y a punto de decir que no observó la expresión de su amigo lo cual le hizo cambiar de opinión- Sí, bastante. Gracias.

Entendió qué aún si era cierto no debía presionarlo. Solo puso un huevo duro con algunos espárragos en su plato acompañados de una taza de café extra caliente.

-He preparado el baño, puedes tomar uno cuando termines de comer. También te dejé algo de ropa arriba de la vitrina que seguramente te quedará... No puedes andar con el mismo olor todo el día -riéndose pero el menor sintió una extrema vergüenza, no había notado su hedor hasta ahora, seguramente era un reto para Polnareff e Iggy comer con él ahí- lamento no poder estar contigo hoy... Pero conseguí un trabajo de verano y mañana será mi último día. Debo ir hoy por mi paga.

-No, no tienes que preocuparte por eso. Ya hiciste demasiado.

Polnareff aún tenía muchas dudas pero seguramente ya kakyoin le explicaría todo a su debido tiempo. Por el momento sólo eran ellos tres acompañados por las canciones que salían de la vieja radio de la vecina anciana que vivía con 20 canarios diferentes y todos los días salía a barrer para disfrutar el sol y charlar con la gente, sin duda era un ambiente bastante agradable que el menor agradecía, aún así no podía evitar pensar en todo lo que sucedió en esa semana.

Al terminar tal y como se lo indicaron, tomó un merecido baño, trataba de relajarse en aquella pequeña tina pero era imposible con los dolores que causaba el jabón con sus heridas. Su cabello no tuvo mucho remedio, era como un montón de malesa con nudos por todos lados. Igual no se sentía con ganas de salvarlo así que con un impulso de estrés tomó las tijeras de la vitrina y comenzó a cortar tanto como pudo hasta dejar su característico mechón mucho más corto y el cabello casi pegado a su cráneo. Sentía que se veía aceptable pero empezaba a arrepentirse de su decisión.

También trató todos sus cortes y moretones. Se había acabado las vendas del botiquín de primeros Auxilios así como las gasas, de estar en su casa no le hubiera importado pero ahora era necesario mantenerlas escondidas. Su cara aún era un desastre pero no hizo el esfuerzo de cambiarlo, sentía que ya había echo suficiente. La ropa que Pol le había prestado aún era grande pero no le incomodaba en absoluto, al contrario, le parecía perfecta. Era un pans gris y su sudadera café claro que había olvidado que existía. Al salir de aquel baño miró como su amigo peleaba con su perro por recuperar sus zapatos que estaban bastante mordisqueados.

-Gracias por esto -al escucharlo ambos detuvieron su persecución.

-Te ves mucho mejor... Pero dime ¿te sientes mejor?

-Sí, muchísimo.

-¡Perfecto! Yo tengo que irme -arrebatando sus zapatos de aquel canino que en su descuido había soltado- volveré a las 8pm. Traeré la cena, pero en la nevera hay mucho para la comida... Por si tienes hambre o quieres comer algo. -parecía querer comentar algo sobre su cambio de imagen pero decidió guardarselo por esta ocasión.

Un bocado más [Jotakak]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora