~Dudas~

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Narra Jotaro:
Habíamos vuelto de la playa. Mi madre no dejó de preguntar sobre cómo nos la pasamos, ya que me encontraba de buen humor decidí contarle, sin entrar en detalles, sobre todo lo que hicimos y ella escuchó pacientemente con una sonrisa en su rostro.

-Y eso fue todo.

-Suena genial. Me alegra mucho que se divirtieron y decidieras llevarte mejor con tu primo.

-Solo lo soporté para no arruinar el viaje ni darle un disgusto a kakyoin.

-¿Cómo está él? Pensé que vendría a visitarnos hoy para compartir su experiencia.

-No lo sé, debe estar cansado supongo -aún recordaba las palabras que lleno de valor me confesó. No podía dejar de pensar en lo que eso me convertía... Cierto tipo de culpa llenaba mi alma- Iré a dormir.

-Descansa Jotaro. Te despertare a la hora de la comida -y tarareando una canción de su época salió del cuarto para dejarme solo.

A pesar de tener bastante sueño me fue imposible pegar el ojo. Un sentimiento de incomodidad conmigo mismo. ¿Qué clase de persona era? Kakyoin me había confesado sus sentimientos, algo que es tan importante para él y yo solo pude quedarme mudo sin decir nada... ¿Acaso él espera tenerme a su lado? ¿Puedo hacer algo así? Al principio no tenía intención alguna de formar un vínculo especial entre nosotros... El beso fue algo bastante repentino, ni siquiera sé porque lo hice. Sin duda podía transmitir una sensación de calidez y calma, podría quedarme horas viéndolo hablar o hacer cualquier cosa pero eso no es amor, tampoco sé si sea cariño. No hay duda que me siento bien a su lado pero ¿no es eso solo para evitar pensar en mi soledad?. Pensar demasiado las cosas era frustrante, por más que le diera vueltas al asunto nunca llegaba a una respuesta segura. Tampoco podía hablar de eso con nadie... La única persona que tenía era... Kakyoin.

Dando de vueltas en mi cama de un lado a otro finalmente decidí que era hora de darme un baño y despejar mi mente. Sintiendo las gotas de agua resbalar por mi espalda mientras recargaba mis manos en la pared pensaba en la remota posibilidad de que mi obsesión con kakyoin hubiera llegado más lejos de lo planeado. Y en todo caso de que llegara a ser algo como amor o gustar... ¿Qué me aseguraba que él sentiría lo mismo? Cuando lo besé el me evitó completamente, incluso llegué a pensar que se sintió asqueado por mi acto, existía la posibilidad de que ni siquiera le gustaran los hombres pero ¿A mi realmente me gustaban? No podía seguir con esa tortura ¿cómo sabría los sentimientos de kakyoin si no entendía los míos? Todo estaba mal, ahora que lo sé todo debo ser un soporte para él, estar ahí para cuando me necesite sin embargo estoy llenando mi mente con pensamientos extraños. Pero es que las acciones y la forma en que brillan sus ojos cuando estamos solos...

Soltando todo en un gran suspiro cerré la ducha y salí solo para fumarme un cigarro con apenas una toalla amarrada a mi cintura, quizá con eso podría acomodar todas las ideas que bailaban en mi cabeza.

Había pasado un día y no tuve ningún contacto con kakyoin, ni un mensaje o llamada, igual y eso era lo mejor, de esta manera nada interferiria en la decisión que tome. Mientras fumaba sentado en el patio miré como mi madre salía con una gran canasta de ropa la cual al segundo ya estaba cargando yo.

-Mira por dónde pisas

-Oh gracias Jotaro.

Me senté junto a ella mientras la miraba colgar la ropa bajo el sol sintiendo la fría brisa del agua que chocaba con mi cara gracias al viento. Se veía tan feliz y plena con esa simple tarea, sin ningún tipo de preocupación o remordimiento.

-¿Oye, puedo preguntarte algo? -pareció sorprenderse pues dejó lo que hacía para mirarme casi al borde de las lágrimas.

-Claro que sí, no sabes cuanto tiempo he esperado que me digas esto Jotaro. Adelante.

Un bocado más [Jotakak]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora