~Heather~

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Sentía su ritmo cardíaco acelerarse a medida que giraba su cabeza para encontrarse con él chico quien le miraba con una inmensa tristeza en sus pupilas.

-Jotaro... —el nudo en su garganta no le permitía hablar con claridad, realmente no quería estar ahí y menos a solas, tenía miedo de todo.

-realmente no pensé que formalizarian todo tan rápido —llegando hasta su lado para estirar su mano— ¿Me das uno? —pidiendo un cigarrillo, kakyoin aceptó y le entregó la cajetilla completa alejándose, aún sentado en aquella banca, algunos centímetros pero no tanto como para dejarlo sentarse.

-Él así lo quería.

-¿Y también es lo que quieres tú?

-Pienso que fue repentino... Pero no me molesta, es una familia increíble.

-Claro... Siempre eres así. —dejando salir el humo entre sus labios— Poniendo por encima a los demás antes que a ti.

Kakyoin entendía que el motivo por el cual Jotaro dijo aquello era porque buscaba pelea, pero él no cedería, al final si quería empezar de nuevo también debía aclarar las cosas con su amigo.

-Tienes razón, pero Dio es una buena persona, me ha puesto como prioridad muchas veces... No estaría mal que yo hiciera lo mismo.

Un comentario que molestó al Moreno quien casi se ahoga con el humo.

-¿Realmente lo amas? ¡Es una basura de persona, él no está contigo porque verdaderamente te quiera! Su padre lo pondrá en la herencia una vez que formalice algo con alguien. Todo lo hace por el dinero, jamás será por ti.

Miraba a kakyoin molesto por no poder hacerle entender que su relación estaba mal, para su sorpresa eso no lo impresionó demasiado pues solo agachó la mirada unos segundos y retomó su postura inicial.

-Bueno, también veía raro que alguien como él tuviera un fuerte interés en alguien como yo —por fin Kakyoin se dignó a mirar a Jotaro— finalmente estoy lleno de defectos y siendo sinceros jamás sería un buen prospecto como pareja. Aún así espero ser de ayuda por ahora.

Jotaro no entendía aquella reacción, solo lograba enfadarle más y en un movimiento brusco de tomarlo del cuello de su camisa miró como Nori cerraba los ojos y trataba de alejarse deteniéndose de hacer otra estupidez, la última vez su misma actitud había llevado las cosas hasta ahora.

-... Lo siento —se alejó un poco pero sin perder el hilo de la conversación— ¿Entonces realmente lo amas tanto como para permitir que te use?

-Cómo te dije antes, él me ha apoyado demasiado... Y de no ser por él seguramente estuviera muy mal —no era un sentimiento de querer superarlo todo como con Jotaro, si no más bien era el no mostrarse totalmente vulnerable ante Dio— y se lo agradezco. Al final terminé más solo de lo que empecé entonces tampoco debería molestarme tanto.

-Yo no lo entiendo... Tú no eres el Kakyoin que conocí...

-Jotaro —dijo su nombre sin vacilar y con un tono dominante— No hagas eso, no me recuerdes a mí antiguo yo porque si a alguien le duele más que a nadie es a mi... Si alguien sabe como era, soy yo. Así que al menos espero que te disculpes como yo lo haré y ya —sin levantarse del asiento encendió un segundo cigarro para tomar el valor de hablar— Lamento desaparecer por tanto tiempo sin comunicarme, sé que les causé problemas a todos preocupandolos. No pondré excusas así que espero que me disculpes por eso... Tampoco pediré perdón por lo sucedido aquella noche, quizá fue muy idiota de mi parte el visitarte y hacer como si nada pasara pero creeme que no podía decirte lo que sucedía, no porque no confiara en ti, si no porque no quería causarte lástima.
En verdad me duele que una amistad como la de nosotros termine de esta manera tan cobarde y siendo completos extraños pero si es lo que quieres no me quejare.

Un bocado más [Jotakak]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora