El club [Zodiaco yaoi/gay]

Jueves

bUENASNOCHES Y FELIZAÑO NUEVO.

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Cáncer salió de la conversación de WhatsApp, dio vueltas en la pantalla de inicio, suspiró y escondió su cabeza entre las rodillas.

La vida era una mierda.

Tauro le había dejado el visto la noche anterior.

¿Qué había dicho mal? ¡Hasta había buscado en Internet la respuesta más adecuada a lo que el toro había dicho! ¡Pero, joder, ¿cómo debía seguir una conversación luego de un "jajaja"?! ¡Claramente "xd" era lo más confiable!

Aunque, un "xd" se asociaba a los niños rata. ¿O era otra cosa...? Jaló de sus cabellos desesperado. ¡Quizás debió escoger un Emoji, o preguntar alguna cosa...! Quizás, "¿te gusta el agua?" Aunque a todos les gustaba. Si Tauro decía "sí", ¡se quedaba sin tema de conversación otra vez!

¡Qué desesperante! En su vida Cáncer había estado bajo un estrés semejante. Suspiró amargamente. No era como para yo llorar, y de hecho ganas tampoco tenía, pero se sentía melancólico y triste. Quería salir con el toro, pero éste ni lo miraba, se demoraba en contestarle a las conversaciones... ¿Por qué? No era por sonar engreído, pero muchos chicos querían salir con Cáncer. Entonces, ¿por qué el toro no? ¿Por qué era tan cercano con Libra y a él lo trataba como si tuviera lepra? Corrección de pregunta: ¿qué tenía Libra que él no? ¡Ni... Ni siquiera era tan lindo!

Qué mentira. Era malditamente lindo.

Infló las mejillas y pataleó. Ya había conversado con Escorpio y Piscis, pero los chicos no le permitían permanecer en drama más de media hora: de inmediato le animaban, o le reprochaban su negativismo. Cáncer necesitaba drama. Le hacía sentir más vivo, le hacía pensar más. Los chicos eran los mejores amigos que podía pedir, pero en esos momentos, prefería estar solo.

—¡Con mi barquito zarpamos a navegar...—Cáncer alzó la vista, ofendido por semejante ridícula interrupción—, yo izo las velas, tú empiezas a pescar...!—Géminis reparó en él, congelándose con un pie al aire. Su rostro se puso coloreado, más que su cabello, y empezó a balbucear—: ¡C-C-C-Cáncer! ¡Tú a... aquí!—sonrió forzosamente—. ¡Qué... casualidad!

Sonrió un poco. Al parecer, esconderse tras el gimnasio no era muy eficaz.

—Linda canción—murmuró—, ¿cómo se llama?

—¡L-La inventé yo!—la tensión en el cuerpo geminiano era divertida. Parecía como en filas del ejército—, ¿te gustó?

—Se la cantaría a mis hermanos.

—¡Wah!

Sin pedir permiso, Géminis se sentó a su lado ruidosamente. Llevaba en una mano una cuerda de saltar, que tiró al piso frente a sus pies. Cáncer no tuvo el valor para decirle que quería estar solo.

—¡Tienes hermanos!

—Sí... Cuatro—y era un incordio, ¡y eso que no era el mayor! En su casa no existía la privacidad, ni el silencio, ni el orden. Quizás por eso Cáncer era tan maniático por la disposición de las cosas.

—¿Cuántos años tienen?

—Esto... cinco, nueve... Catorce—¿o ya había cumplido los quince?—, y veintiuno.

—¿Eres el segundo?

—Sí...

—¡En mi caso, yo soy el mayor!—Géminis aporreó su pecho. Sip, al parecer, ser hermano mayor era motivo de orgullo—, pero solo tengo una hermanita. ¡Es muy tierna!