El club [Zodiaco yaoi/gay]

Miércoles

HOLAAAA <333 VOTA Y COMENTA POR FAVOR Q ME HACE MUY FELIZ LEERLES

—¿Te vas a quedar aquí?—Aries dijo que sí—. Vale, entonces dejaré abierto. Volveré cuando empiecen los clubes, ¿sí?

—Síííí.

—Si ocurre algo, sabes dónde estoy.

—Sííí—repitió, con el mismo desgano. Lucía palmeó su cabeza y se fue de la enfermería, quedando Aries solo. Otra vez, hm. Apoyó su cabeza entre sus brazos y cerró los ojos, queriendo dormir un poco antes de irse a casa, pero pensamientos invadieron su mente.

Los miércoles no tenían club, razón por la que no tenía excusa para quedarse en el insti. Además, Leo estaba ocupado "molestando" al presi. Menos excusa para quedarse en el insti planeando estupideces.

Es decir, que no había razones por las que no estaría en su casa.

Y sin Leo no sabría dónde ir. No le gustaba mucho deambular solo.

Así que Aries se escondía en la enfermería mientras las horas pasaban, ayudando a Lucía o mirando a los de otros clubes haciendo ejercicios en la pista. ¿Estudiar? Es para idiotas. Se la pasaba mejor durmiendo.

Era obvio. Aries se sentía solo.

¿Qué podía hacer? A Leo le gustaba el presi y andaba tras él (aunque no lo admitiera), y el carnero sabía que el presi correspondía, de alguna forma extraña (Aries era muy perceptivo), por lo que esos dos tenían que avanzar. Él no podía meterse a hablar con Leo porque se sentía solo.

Si empezaran a salir, ¿qué sería de Aries? Apenas y se llevaba con los chicos del club si no era jugando videojuegos en el móvil. Retorció sus pies con ansiedad. Debería interactuar con ellos, más. Más allá de los videojuegos. ¿Con quién? Aries no quería estar solo.

—Hey.

Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. Asustado, volteó a Escorpio. El signo agua le había saludado desde la ventana, donde estaba apoyado y mirándolo.

—E-Esc...—frunció el ceño, molesto por lo asustado que latía su corazón—. Tú.

—Yo. —Le sonrió—. Buenas tardes.

—Q... Hoy no hay club... ¿Qué haces aquí?

—¿No puedo estar en el insti si no hay club?

—Es tarde.

—No son ni las cuatro.

—¿No estás persiguiendo a Libra?

—Hm, no. Tenía entrenamiento.

—¿Y qué hará luego? Parece que sabes todo.

Escorpio puso los ojos en blanco.

—Supongo que irse a su casa—Aries rio con burla, molestándolo más—. Ríete lo que quieras. Cuando te guste alguien, yo seré peor.

—Suerte.

El pelinegro blanqueó más los ojos.

—¿Y qué haces tú acá? Dudo que en la enfermería traten tu estupidez.

—Solo paso el tiempo.

—Te veías bastante depresivo desde la ventana.

Aries titubeó, para luego sonreír.

—Deja de drogarte.

—Nunca más me preocuparé por ti, eh.

Fingió que no le entristeció. Escorpio dio media vuelta, deprimiendo aún más a Aries. Podría pedir perdón y contarle algo, para no perderlo. Quería que se preocuparan por él, aunque le daba vergüenza cuando lo hacía. Por eso, no abrió la boca. Bajó la mirada acuosa y tomó aire. ¡Vamos, Aries, ponte feliz! ¡A nadie le importa que estés triste!