El bendito mensaje.

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—¿Qué significa esto?—preguntó Escorpio, tomando el post-it que yacía pegado en la puerta de su casilla. Piscis, que estaba junto a él, también tenía una pegada. La sacaron al mismo tiempo.

—A los del club de "vete a tu casa", se les cita esta tarde a las cua-

—Sé leer, Piscis.

—¡No seas pesado!—. El pez le pegó el papelito en su espalda, y el escorpión estuvo un buen par de minutos intentando quitárselo, humillándose en el proceso, hasta que llegó Cáncer y se lo quitó.

—¿También lo recibieron?—preguntó, y ambos asintieron—. ¿Iremos o no?

—No—él abrió su taquilla, sacando su mochila y rápidamente colgándosela al hombro—. Quedamos en ver una película.

—¡Podemos verla otro día!—corearon los otros dos signos de agua, a lo que el escorpión rodó los ojos—. ¡Quizás sea importante!

—Parecéis gemelos.

—¡Nos queremos mucho!—y ambos chicos se abrazaron con ambos brazos. Esta vez no rodó los ojos: los puso en blanco.

—¡Anda, Escor!

—¿Qué consigo?

—¡Yo...—Cáncer apretó los labios, pensativo. Miró a Piscis en busca de ayuda, que no fue dada—... los invito al cine cuando vayamos!

—Hecho—ni lo pensó, y solo estrecharon sus manos firmemente. Entonces Escorpio miró su reloj digital de muñeca y frunció el ceño—. Deberíamos partir ya, por mucho que lo odie.

—¡Yo te llevo la mochila, Escor! ¡Tú tranquilo!—a Piscis le lanzó su bolso y a Cáncer su chaqueta, provocando que se tambaleasen largos segundos antes de seguirlo.

A ese jodido club que no debía ni hacer reuniones.


Sagitario abrió, sacó sus cosas y cerró su taquilla antes de notar que ésta tenía pegada un papelito rosa chillón. Sus ojos, ansiosos, devoraron con dificultad (pues no llevaba lentillas) cada letra antes de lanzar un grito de alegría, pues no era un papelito con cosas molestas: ¡era uno que le avisaba sobre una reunión!

¡Una reunión! ¡De su club! ¡Para hacer amigos!

Dando saltitos con el post-it pegado en la frente, chocó sin querer al rubio que los estaba pegando en los lockers restante, mas no lo notó y siguió derecho hacia el negocio, pues quería comprar un jugo. Virgo, por su parte, bien estaba acostumbrado a los despistes sagitarianos (como todos) y siguió en su tarea.

Uno, mortalmente ansioso por la junta y otro, que conocía un poco a los miembros de su club, esperando que la hora acordada nunca fuese.


—Hoy está más lindo que ayer—babeó Géminis, apretando su chaqueta para "controlar" el latir de su corazón. Acuario, a su derecha, rodó los ojos.

—Siempre está lindo—corrigió, y como ambos coincidieron voltearon a ver nuevamente al cangrejo, que se marchaba con sus dos amigos. Suspiraron con gozo, satisfechos con su minuto de "placer" (consistente en ver a Cáncer y escuchar su voz). La pecera frunció el ceño—. ¿Dónde va? No parece que se larga a su casa.

—Ah, va a la reunión de su club—murmuró su amigos, de cabello rosáceo. Él lo miró como si viese a un chico borracho bailando desnudo en la taza del váter.

—Su club es nuestro club—dijo cuando dejó pasar unos segundos.

—Ah.

—¿Y no es el club que no hace nada?

El club [Zodiaco yaoi/gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora