Narra Nico
Elara había me había estado evitando. Me estaba evitando. Evitando. Si en una cabaña donde nuestras camas estaban una enfrente de la otra. Era sinceramente bastante cómico. Siendo sincero conmigo mismo, no creo que fuese lo más divertido del mundo, pero sin duda, al ser lo único que destacaba en el día, al estar encerrados, pues me mantenía con una sonrisa en la cara.
Era cómico asta que llegó la noche. Y Elara me había estado evitando de tal forma que no había estado comiendo nada, solo para evitar ter algún tipo de contacto conmigo. Lo que antes era gracioso ahora era irritante. Si irritante. Le había estado dando vueltas a todo lo sucedido para saber que había pasado para que ella me estuviese evitando de esta forma, pero no encontraba nada que hubiese hecho para que ella me estuviese evitando.
Cuando ya iba a ser la hora de la cena decidí que esta tontería tenía que terminar en este momento. Por lo que la busqué, dado que después de estar media tarde en el baño encerrada, decidió ponerse otra vez en la dichosa ventana dibujando, otra vez.
Cuando me acerque pude ver como Elara tenía aun más dibujos que por la mañana y como varios estaban tachados justo encima de la cara de lo que parecía un hombre. Todos estaban tachados asta que ella percibió mi presencia detrás suya y pude ver como se levantaba algo de lo que estaba dibujando, en ella se podía ver a dos hombres uno de ellos aún a medio hacer, los dos jóvenes y para mi sorpresa, uno de ellos era alguien que yo conocía.
Narra Elara
No me había dado de cuenta de que Nico estaba detrás de mí asta que lo oí soltar el aire de golpe. Por la mañana la situación después de descubrir que había dibujado las puertas del infierno había sido algo tensa. Para mi sorpresa, aunque el ambiente era tenso, no me sentía de la misma forma que con mi "madre", me sentía raramente cómoda, aunque alerta.
Durante todo el día había tenido en mí cabeza la imagen de dos personas una de ellas era ese hombre que había visto en la tienda, por alguna razón el día de hoy estuvo todo el tiempo en mi mente. El otro hombre no lo había visto nunca, pero su apariencia por alguna razón no se iba de mi cabeza, era un hombre alto de piel exageradamente blanca, pero sin duda lo que más destacaba de él eran sus intensos ojos negros. A este por alguna razón no tuvo dudas al momento de dibujarlo, al contrario de el hombre al que había visto varias veces, el cual por más veces que lo dibujaba no lograba plasmar la gran belleza que este tenía.
- Las puertas del infierno las he visto hace poco en sueños. – dijo mientras Nico seguía sin apartar la mirada de los dibujos que había estado haciendo. Él no dejó de mirar los papeles cuando le hizo una pregunta seriamente. – ¿Cómo sabes cómo es Hades? ¿Cómo sabes cómo es mi padre Elara?
Esa pregunta había la había dejado con la mente en blanco. Realmente era estúpido responder que simple y llanamente había tenido su imagen en su mente todo el día, además de ser francamente extraño. Pero aún se quedó más en silencio, cuando Nico salió de su ensoñación y le dijo que tenían que ir para la cocina, porque pronto estaría la cena.
La cena fue francamente incomoda. No sabía que decir. Por lo que sin pensarlo mucho decidió explicarle todo a Nico mientras terminaban de cenar. Cuando había terminado de comentarle todo había esperado que se riese en su cara o hubiese hecho cualquier tipo de comentario relacionado con la locura que había soltado. Pero cuando tuvo el suficiente valor para mirarlo pudo ver como él simplemente estaba pensando.
- ¿Me crees? – fue una pregunta que salió sin pensarlo de su boca. Claramente en ese momento le ganó la boca al cerebro. En otras situaciones no hubiese soltado eso, simplemente hubiese expuesto su idea y hubiese esperado a que le lloviesen las críticas.
- Elara, estás en el Campamento Mestizo, aunque te parezca algo de lo más descabellado créeme que nada parece lo suficiente raro por aquí. – eso fue lo único que dijo Nico mientras se levantó y se puso a recoger las cosas.
Para Elara esa oración dejó abierta una puerta para nuevas preguntas que serían resueltas para su suerte durante esa noche.
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La hija de Eros- Nico Di Angelo
RomanceSi estas leyendo esto solo hay dos posibilidades o eres un semidiós y alguno de los dioses ha bajado a la tierra a divertirse, y recemos para que no sea Zeus y no tener una guerra con Hera, pero si no es esa solo puede ser que alguno de los Stoll lo...