Capítulo 6

730 44 0
                                    

Capítulo 6

No fallaba con mi intuición y sin lugar a dudas hoy no parecía ser el día que comenzase ha hacerlo. Cuando llegue a la entrada del bosque, como ya había hablado con mi abuela, ya era tarde, casi no veía nada. El conductor del taxi cuando me dejó me preguntó varias veces si de verdad quería quedarme allí, me advirtió de lo peligroso que podía ser el bosque. Pero yo solo pensaba en encontrarme con mi abuela y descubrir toda esta locura que estaba sufriendo.

Lo primero que hice fue encender la linterna del móvil y ponerme a buscar a mi abuela. Todo estaba oscuro, puedo dar gracias de no asustarme fácilmente por la falta de luz. Todo estaba tranquilo, o por lo menos eso parecía hasta que me encontré con mi abuela. Cuando la vi, corrí hacia ella y la abracé. Ella no paraba de mirar que no estuviese herida y de preguntarme si estaba bien.

- ¿Seguro que estás bien? Cariño tienes que escucharme- de repente el bosque que se encontraba en un profundo silencio, se comenzó a escuchar una serie de ruidos escalofriantes- tienes que buscar el campamento, tienes que correr, porque esos monstruos vienen y yo... yo no podré defenderte de ellos.

- Abuela, no te entiendo, ¿qué está pasando?, ¿de qué campamento estás hablando?, ¿y esos ruidos?, abuela yo no...- y en ese mismo momento, descubrí que debería haber salido corriendo.

Del bosque salieron unas mujeres con el pelo en llamas, la piel blanca, los ojos rojos, colmillos, una pierna de bronce y otra de burro.

-Kelly, hace tiempo que no tenemos una buena cena

-Tammi, hoy podremos elegir, que prefieres, ¿humana o semidiosa?

Tan pronto dijo eso mi abuela me empujó y me gritó que huyese al campamento. Yo por instinto me fui corriendo, cuando pude darme cuenta, descubrí que nunca me había dicho donde estaba. Además, había huido y había dejado a la única persona que me importaba en este mundo. Cogí un palo y decidí regresar a por mi abuela.

Cuando regrese solo pude ver a esas mujeres rodeadas por sangre. Mi abuela no estaba. Y eso solo podía significar una cosa. Me quedé estática observando ese desastre, lo que provocó que una de esas mujeres me viese. Era algo extraño, pude ver como se relamía los labios y como sus ojos demostraban el deseo de hacerme daño. En ese momento, decidí que debía huir y que tenia que encontrar ese campamento. Solo tenía un pensamiento. Correr. Sin parar. No puedo parar. Si paro... Parar, no es una opción. Tengo que llegar. Solo un poco más. Si solo la hubiese escuchado... Ella aun estaría aquí diciéndome que debo hacer, bueno, mejor dicho, que debo hacer para sobrevivir. Pero ahora no hay tiempo para lamentarse de nada, me están a punto de atacar y lo importante ahora es sobrevivir. Algo irónico en mí, sí me paro a pensarlo.

Cuando todo parecía perdido pude ver a lo lejos un pino, uno que destacaba entre la multitud del bosque. Cuanto más me acercaba, algo dentro mío me decía que iba en buen camino y así fue como pude ver una piedra con algo escrito que decía "Campamento mestizo".

La hija de Eros- Nico Di AngeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora