Capítulo 19

516 33 5
                                    

Hola...Antes de nada quiero disculparme. Se que había puesto en anteriores capítulos que habría capítulos más seguidos, pero, debido a  la cantidad de trabajos que me han mandado mis profesores eso me ha sido imposible. 

De igual forma, para compensar, os traigo un capítulo más largo de lo normal. Espero que os guste y que esteis bien.

Capítulo 19

Narra Nico

Desde que se tumbó no volvió a abrir los ojos, sabía por su respiración que no estaba dormida. Por lo que, pude ver como ella hacía lo que muchas veces había hecho yo con mis amigos. Nunca me había sucedido. Pero ahora sabía lo que ellos sentían. No me gustaba. Quería respuestas. Sí. Yo que nunca quería hablar ni me interesaba lo más mínimo en nada ni en nadie, estaba ansioso por conseguir algún tipo de respuesta.

Cuando llegó la noche, Elara, no se levantó para comer nada. Estuve por un momento pensando en avisarla, pero ella ya debía saber por mis movimientos que algo estaba pasando. Eran cerca de las doce de la noche y antes de quedarme dormido me quedé pensando en si esta noche ella también se despertaría asustada, pero debido a las altas horas decidí no darle más vueltas y mientras que me quedaba dormido miré hacia su cama viendo como ella seguía haciéndose la dormida.

Esta noche pasó rápida. Cuando me desperté la cama de Elara estaba vacía. Me levanté rápidamente y pude ver como ella estaba sentada al lado de la ventana. Desde mi cama pude ver como estaba ligeramente un poco más pálida que ayer y con unas sombras bajos sus ojos, que demostraban que no había dormido en toda la noche. El día pasó rápido y volvió a llegar la noche. Elara y yo habíamos hablado exclusivamente a la hora de la comida, me estuvo preguntando que cosas se solía hacer en el campamento, a la noche, a pesar de que fui avisarla decidió no cenar. Me estaba preocupando. Y eso era extraño, ya que, yo suelo comer poco, pero lo de ella parecía que estaba en un extremo que no podía ni imaginar.

Al día siguiente, cuando me desperté ya era casi la hora de la comida. Podía ver como Elara había hecho su cama y recogido la zona de su cama. La busqué con la mirada y la volví a encontrar cerca de la ventana. Con el paso de los días pude ver como las ojeras que tenía aumentaban paulatinamente. Había llegado a la conclusión que ella no quería dormir. Lo que pasaba era que no sabía que pasaba para que ella no quisiese hacerlo. También pude observar como había bajado de peso y como de forma inconsciente cada vez la chica estaba más cansada, aunque ella no quisiese admitirlo.

Sin darnos de cuenta fuimos entablando cada vez más conversaciones. Podía ver como cada vez que parecía que nos íbamos entablando una mayor relación, ella daba un paso hacia atrás, cada vez que parecía que nos íbamos llevando mejor ella decidía apartarse. Ella solo se quedaba mirando por la ventana.

El día decisivo. El día que iba decirle que tenia que comer y dormir un rato. Ese día cuando me acerqué a ella, ella se giró y me miró fijamente, y como nunca me había pasado, excepto con mi padre, me quedé paralizado. Y sólo dijo.

- ¿Tienes algo para dibujar?

Después de estar todo el día sin escucharla, cuando habló me quedé ciertamente paralizado. Menos mal que mi cuerpo reaccionó solo, porque cuando quise dar de cuenta tenía unos folios y un lápiz en mi mano, seguro que habría parecido un estúpido si me quedó delante de ella viéndolo como un atontado.

Cuando se la iba a dar y ella ya había estirado la mano, la retiré rápidamente para aprovechar la oportunidad.

- Te lo daré si te levantas de ahí de una vez y te comes conmigo en condiciones y después descansas un rato. -dije mirándola fijamente, vi como por un momento su cuerpo tembló, pero pude percibir un pequeño asentimiento. No sé cómo se sentirán los chicos cuando logran sonsacarme la información, pero, sin lugar a dudas, esta era un triunfo.

La hija de Eros- Nico Di AngeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora