Capítulo 20

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Capítulo 20

Narra Nico

Supe que las cosas no iban bien desde el momento que vi cómo se movía de forma continua en su cama. Podía ver desde mi cama como ella daba vueltas constantes en su cama, tantas que llegó a tirar un paquete de pañuelos que había puesto esta mañana en su mesita.

En ese momento, hice lo que me pareció mejor y fue levantarme. Levantarme y rápidamente recoger lo tirado mientras la incitaba a que se durmiera. Error. Un gran error. De un momento a otro Elara pasó de estar dándome una excusa, que me pareció la cosa más sincera que había visto en mucho tiempo a estar en mis brazos sin poder respirar.

Miedo. Tenía miedo. La agité y no respondía. La tumbé en cama y mientras seguía una serie de pasos que los hijos de Apolo se habían encaprichado en enseñarnos el pasado verano, pude observar que esto necesitaba de gente, que de verdad tuviese un mayor conocimiento de medicina que alguien que apenas prestaba atención a las clases de Will.

Sin pensarlo mucho, y de forma bastante insensata, hice un viaje sombra con Elara en brazos a la enfermería. Desde que había empezado la cuarentena nadie había salido de su cabaña, incluso los pequeños cuadros de contagios que había estaban en su propia cabaña aislados lo máximo posible.

Cuando llegué a la enfermería lo único que hice fue gritar por Will que era el único que se quedaba por la noche en la enfermería. Él vino corriendo bastante alarmado. La dejé encima de una de las camillas y él me recomendó que volviese para la cabaña, mientras él la llevaba a una sala aparte.

No lo hice. Me quedé allí. Eso sí, intentando tocar todo lo mínimo posible. Podía escuchar a Will moverse agitadamente de un lado a otro de la sala continua. Me acerqué lentamente a la puerta para intentar ver como se estaba a desarrollar la situación.

La realidad es que estaba bastante nervioso, no recordaba ninguna vez donde hubiese sentido este nivel de ansiedad por alguien a la que apenas conocía. Comencé a darle vueltas a todo lo que hizo durante el día, para saber que pudo haber pasado para ahora estuviésemos en esta situación y solo había una cosa distinta a los otros días. Yo le había pedido hacer cosas que ella normalmente no hacía.

Cuando ya había estaba comenzando sentir cierta culpa por la situación que había ocasionado, Will se acercó y me dijo que ya podía llevarme a Elara, que lo que había pasado era que había tenido un ataque de pánico, me preguntó qué estaba haciendo cuando sucedió todo pero mí respuesta no era algo que cuadrase para Elara llegase a esta situación. También me dijo que íbamos a tener que someternos a una prueba los dos en unos días para saber si mi acción había provocado que nos hubiésemos contagiado cualquiera de nosotros.

Cuando me acerqué a Elara, que estaba sentada en la camilla, pude ver como había recuperado cierto color en sus mejillas. Cuanto ya estaba a su lado pude ver como ella estaba mirando fijamente sus manos, las cuales estaban puestas en sus piernas. No levantó su cabeza cuando yo estaba acercándome me a ella y cuando estaba justo enfrente de ella tampoco lo hizo.

-Elara...-no tuve el tiempo suficiente para decir nada más, cuando ella empezó a llorar mientras me decía una y otra vez que lo había intentado, que ella de verdad lo estaba haciendo.

No dije nada, realmente me impactó la situación que tenía delante de mí. Lo único que hice fue acercarme a ella cogerle la mano y llevarnos por un viaje sombra a nuestra cabaña. Cuando llegamos la iba acercar a su cama cuando de repente comenzó a ponerse otra vez muy nerviosa y respirando con mucha fuerza.

-Tranquila Elara, no va a pasar nada. -dije mirándola fijamente.

-La cama. La cama. No. No. Por favor. -dijo con dificultad mirándome con ojos llorosos.

No sabía que estaba pasando. Estuvimos alrededor de dos horas de pie asta que propuse a Elara que nos sentásemos, aunque fuese en el suelo. Finalmente, a las cuatro de la mañana Elara cayó dormida con el cansancio, quedándose dormida apoyada en mí. Estuvimos todo lo que quedaba de noche y parte de la mañana sentados en suelo. Yo me desperté cerca de las doce del medio día y pude como después de mucho tiempo como Elara estaba dormida en mis piernas. No sabía cómo había pasado de estar apoyada en mi hombro a estar en mis piernas, pero no dije ni hice nada. La dejé ahí tumbada en mis piernas, no sabía en que momento había empezado a jugar con su pelo. Cuando me di de cuenta, pude ver como ella me estaba mirando con ojos cansados. Ninguno dijo nada, pero Elara se levantó un poco y me abrazó. Estuvimos en esa posición un largo rato y cuando parecía que ella iba a decir algo, alguien comenzó a tocar como loco la puerta de la cabaña y metiéndose como si fuese su casa.

- ¡Nico!¡Elara! ¿Como habéis pasado la noche? Vengo a comprobar que estéis bien y avisaros que...-eso fue lo único que dijo cuando paró abruptamente viendo como estábamos abrazándonos en el suelo.

Nos levantamos rápidamente y pude ver como Elara se sonrojó ligeramente. De repente en ese momento no podía apartar la mirada de ella. Fue la misma sensación que tuve en la enfermería y cuando miré hacia Will pude ver como a él esta cosa también le estaba afectando. Pude ver como de un momento a otro Will la estaba mirando embobado y dejando esta fuerza que sentía a un lado, noté como me molestaba que alguien la mirase así.

Por Hades...Me molestaba que Will la mirase de esa forma...Me molestaba que mirase así a una chica...Me molestaba que la mirase a ella...Oh por los dioses...¿Qué me estaba pasando?

La hija de Eros- Nico Di AngeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora