Tan solo un respiro

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Ahí se encontraba el omega, a merced del alfa, quien lo trataba como si de porcelana se tratase mientras que el omega intentaba dejarse llevar por las sensaciones que le brindaba el alfa.
Se encontraban en la cama justo en el centro, en el nido que había creado el alfa hace poco para su omega.
El alfa acariciaba cada parte del cuerpo del omega, trataba con delicadeza sus cicatrices, las besaba y tocaba con cierta tristeza que el omega no pudo pasar desapercibido.

-Que.. que pasa...? No te gusta mi cuerpo...? Por.... mis... cicatrices?
-No es eso bonito... no puedo creer que Ren... bueno yo.... te hiciera eso... debiste sufrir mucho...
-Jajaja
-Que pasa? Que es graciosos?- El alfa le brindo una pequeña sonrisa de confusión. Pero ver a su omega feliz le hacía sentir bien.
-Es solo que se siente extraño.
-Que cosa?
-Bueno, la persona que me lastimaba ahora me esta haciendo sentir muy feliz y todo parece un bonito sueño que desea engañar a mi soledad.
-Omega, sabes que no soy la misma persona... o bueno si... tú me entiendes
-Claro que si, a pesar de estar en el mismo cuerpo de esa persona, tu personalidad es diferente y tus ojos muestran una diferente ventana tuya, y me siento muy en confianza contigo.
-Oh... que hice para merecerte...
-No lo se, tal vez fue solo el destino.
-Jm si, tal vez

El omega y el alfa rieron un poco abrazados pero el omega enseguida cambió a un semblante un poco deprimente.

-Que pasa ahora?
-Es solo que... desearía que esto dure para siempre..
-Yo también... pero por ahora, hay que disfrutar el momento.
-Alfa tonto...

Se volvieron a fundir en un necesitado beso, mientras el alfa bajaba sus manos acariciando de nuevo cada extensión del cuerpo del omega, mientras el contrario jadeaba bajito con un fuerte sonrojo en sus mejillas hasta sus orejas. Tabiki no podía negar que se sentía un poco incómodo, osea, iba a hacer el amor con su alfa, si, pero esa misma persona tan solo unos pocos días atrás lo había lastimado y humillado era la misma cara que le estaba acariciando con delicadeza y cuidando como nunca antes, pero bueno, no se quejaba, necesitaba mucho a su alfa y ahora lo tenía y podía disfrutar el momento, y aunque pareciera un sueño... quería disfrutarlo un poco... solo un poco más.
Ronald retomó su trabajo y comenzó a besar cada centímetro del cuerpo del omega, sacándole suspiros de satisfacción al contrario, bajo al miembro semierecto del omega y toma su miembro y lo acerca a su la boca a este rozando la punta para comenzar a lamerlo y luego introducirlo a su boca comenzando a masturbarle con un vaivén a veces chupaba, mordiendo un poco de la piel de los testículos para darle mejor satisfacción y placer. De un momento a otro el omega era una máquina de suspiros y gemidos incontrolables. Tabiki se corrió en la boca del alfa soltando un agudo gemido, y el alfa no hizo más que tragarse la magnífica esencia de su omega.

-Simplemente delicioso..
-No digas eso... es vergonzoso
-Y aún ni hemos comenzado, te haré sentir mucho mejor
-C-como? Ah!

Ronald había metido un dedo en la suave y rosada entrada del omega lubricada; el suave interior del omega envolvía su dígito con calidez y suavidad. Quería sentir esa misma calidez envolviendo su ya muy despierto miembro. Pero tenía que tener paciencia, no quería lastimarlo así que metió dos dedos más y el omega dio un gemido de dolor por la intromisión extra, el mayor no movió sus dedos en el interior hasta que su omega se acostumbrara, recibió un movimiento de las caderas del menor y comenzó a simular suaves embestidas con sus dedos, intentando buscar ese punto que haría saltar de placer al menor.

-Aaaah!
-Lo encontré

Siguió embistiendo en ese punto con sus dedos  mientras que se escuchaban gemidos fuertes por toda la habitación. El omega apretaba las sabanas con sus manos, haciendo que sus nudillos se vuelvan blancos, rompiendo las sábanas con sus garras lobunas y abriendo cada vez mas las piernas para recibir a su alfa.

Luna de sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora