Cap.63| Alma En Pena.

1.2K 64 39
                                    

Febrero 25, 2020

Ana.

Sentada en el piso frío, al lado de mi cama, con la mirada perdida y una expresión inerte en mi rostro. Con mis brazos abrazando mis piernas, mis ojos caen en la ventana, trago en seco.

Mis labios están resecos y pálidos, al igual que mi piel, fría y pálida, mis ojos rojos y con ojeras, mi garganta seca.

Mis ojos caen la ventana.

Puedo notar que el cielo está gris, está haciendo frío y pequeñas gotitas de agua caen la ventana.

Trago en seco.

Mi garganta duele, mis ojos pesan, entreabro mis labios un poco. Aparte la mirada, perdiendome entre mis pensamientos.

Un mes y 23 días han pasado desde que deje Tenerife.

No es muy díficil adivinar como me siento, es más que claro.

Tocan la puerta.

No digo nada, no quiero hacer nada.

Una lágrima baja por mi mejía, ni si quiera me tomé la molestia de quitarla de mi mejía. He pasado varios días así, soy como una especie de alma en pena.

Estoy muy decaída, he perdido peso, me siento débil, es como si me hubieran arrancado las ganas de vivir.

He hablado un par de veces con Ade, tengo que poner una expresión alegre, pero ya estoy perdiendo las ganas de fingir estar bien, cuando no lo estoy.

Con el tengo que fingir, los demás saben cómo me encuentro, eso incluyendo a Nau.

El ha sido testigo de las veces que he llorado por videollamada con el, también me ha consolado virtualmente.

—Buenoa días. —dice Diana, muy animada.

Cómo desearía tener esa energía o ese estado de ánimo, hacer como si no hubiera pasado nada y seguir con mi vida. Pero no puedo, estoy aquí, sentada mientras me consume la depresión.

Suspiró y giro mi cabeza un poco para verla, ella hace una mueca.

Sé que a nadie le gusta verme en este estado pero no me interesa, ella deja la bandeja con lo que supongo es mi desayuno, sobre la cama.

Se pone de rodillas frente a mi y limpia lágrima seca en mi mejía. Ella suelta un suspiro.

—Sé que estás deprimida, no quieres hablar con nadie, sientes que tu mundo se vino abajo, pero ve el lado bueno de esto, estás con mamá y nosotras, puedes retomar por un tiempo tu vida de antes...

—No quiero eso... No me malentiendas, me alegra en el fondo estar con ustedes, pero me volví cercana a Adexe, me acostumbré a verlo todos los días... —sorbo mi nariz.—  extraño nuestras peleas en broma, verlo sonreír, pasar tiempo juntos, comer juntos, extraño todo... —suaurro mientras cierro los ojos y hago hacia atrás la cabeza.— mi vida cambió desde ese contrato, cambió desde el momento en que lo conocí, cambió todo... Y quiero estar con el, me he dicho mentalmente que todo estará bien que sólo serán unos meses, pero y si cuando llegó el ya ha encontrado a otra chica. Adexe me importa mucho, me importa más que mi propia vida... —abro mis ojos notando lo tan cristalizados que se encuentran, al instante mis mejías se encuentran mojadas.

—Sabes... Me duele verte así, a Gissell y a nuestros padres nos duele... Ver como cada día pierdes más las ganas de sonreír y te vas aislando, odio ver qué estás cayendo en una gran depresión, y no puedo hacer nada, soy tu hermana mayor... Y no sé que diablos hacer para que estés bien, no sé que decirte... Solo que todo estará bien y que si Adexe consigue otra chica pues no vale la pena... Pero conocemos a Adexe...y sabes que no lo hará... —su voz sale tan segura y fuerte, habla con tanta naturalidad, pero muy en el fondo suena triste.— así que te vas a levantar del piso, te darás una ducha, te cambiarás, comerás tu desayuno, y luego pasaremos un gran día con mamá. —me mira sería.— ¡PARA YA, ANA! —agarra mis muñecas, haciendo que me levanté del piso.— te bañas o te baño. —entrecierra los ojos.

Esclava Sexual +18 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora