Cap. 66| Amor En El Aire

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Octubre 14, 2020

Adexe.

— ¿Así que Anita la huerfanita? — reí.

Hace aproximadamente una hora he estado hablando con Ana, no hay día que no hable con ella, siento que es lo mejor, así su ausencia no causa tanto impacto y dolor en mi, pero me alegra que este bien, al menos un poco.

Me llena de felicidad verla aunque sea a través de una pantalla, sus ojos muestran ese destello feroz y vibrante que tanto me encanta. Mi cara de enamorado desaparece al ver quien — literalmente — se tiro a la cama de Ana y luego girar a verme sin vergüenza alguna.

Desgraciado.

— Hola rata de alcantarilla.

Samuel.

Ese cabrón de mierda, si.

Me da una sonrisa de boca cerrada notaba tan burlona, me cae bien, no digo que no. Está con Ana, con mi Ana y eso me cabrea, él está con ella y no yo.

Aparte de sentirme cabreado me siento un poco triste, digo, ella es mía.

— Hola perro sarnoso — tomé un sorbito de mi café, rode mis ojos hasta la laptop en la cual se encontraban dos figuras.

— Pero qué mierda de apodos son esos —Dice Ana con el ceño fruncido.

Solté un suspiro. tenía un poco de sueño, desde hace algunos días no he podido conciliar el sueño, estoy más que cansado.

— Equis— esta vez la voz que se hizo presente fue la de Samuel, reí sin hacer ruido y negué con la cabeza.

— Somos chavos. —seguí yo.

admito que vi esa frase en instagram, y al escuchar que Samuel dijo " equis " hizo recordarme a eso.

— Increíble.

— Oye, Samuel— lo llamé, cuando su atención quedó en mi hablé—. ¿Nos dejas a solas unos minutos? —pregunte lo más amable posible.

Él pensó un poco, o eso creí, al pasar unos segundos que para ser honesto los sentí una puta eternidad. Me dedicó una sonrisa burlona y negó con la cabeza.

Maldito.

— Samuel, largo— le sonríe—. Ahora.

— Pero... — Ana cubre su boca con una de sus manos.

— Por favor— hizo un puchero.

Mis celos incrementaron de manera sorprendente, es estúpido lo sé, pero no puedo hacer nada en contra de mis celos, solo aparecen de la nada... bueno de la nada no, pero yo soy muy exagerado.

— Esta bien, pero que quedé claro que estás cambiando a tu amigo por un chico que huele a culo — finge llorar llevándose una mano —exageradamente— a su boca.

Esa fue como la gota que derramó el vaso, no dejo que nadie me insulte a no ser que sea mi hermano, mis amigos y Ana.

— Para empezar, el que huele a culo eres tú, maldito fósil de mierda, segundo tú no eres su amigo, eres su ex y tercero —hice una pausa—. ¡¡VETE A LA MIERDA!! —le saque mi dedo de en medio.

Ana cogió de la oreja al fósil y lo saco arrastras de su habitación.

Esa es mi chica.

— Adexe —regaño mientras soltaba una risa.

Me crucé de brazos.

— Ningún Adexe, sabes bien que él empezó todo.

— Y tú que le sigues. Infantil — gruñí.

Esclava Sexual +18 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora