Esclava Sexual +18 ©

Cap.64| Me Vengaré

Febrero 25, 2020

Adexe.

Querer a alguien está bien, que sea correspondido te hace feliz, estar juntos es estar en paz, separase unas horas es triste, que la persona que quieres viva al a medio mundo de ti te destruye.

Las personas son complicadas, por eso la mayoría no entiende las cosas del amor, para otros es una cosa común y sin importancia, cuando una persona comienza a gustarte no dejas de pensar en ella, en que estará haciendo, si está triste, como se siente, se preocupan por lo que le pase a la otra persona.

Si bien no entiendo mucho sobre eso, tendré mil amores más, conoceré a más personas, pero con ella, con Ana me pasan un sin fin de emociones, me preocupo por ella, sé que ella también se preocupan por mí y eso hace que la quiera aún más.

Verla a través de una pantalla sin poder abrazarla, darle un hombro para que recueste su cabeza y llore o besarla es lo más jodido que puede pasarme en la vida.

Está mucho más delgada, perdió el color de su piel está más opaco, sus labios resecos y sin ese rosa natural, tiene ojeras y unas leves bolsas, su cabello no está cuidado y si, se ve en un estado deplorable, yo digamos que estoy casi igual a ella, digo "casi" porque ella está peor, no es que este mal, Ana se sigue viendo hermosa así de mal-arreglada.

Y es que cuando te gusta alguien no te importa como se vea, como actúe o como hablé.

Sus ojos que por lo que note por unos segundos estaban apagados, cuando susurro mí nombre estos se abrieron y reflejaron cierto brillo que hizo mí corazón latir como loco.

Ana dio una mirada rápida hacia en frente, por lo que vi y note tomo la tablet y corrió hasta llegar a una habitación, yo me encontraba con Nau a mí lado, como Ana y yo somos casi iguales, imité lo que ella hizo, mí hermano, para mí suerte reacciono tarde por lo que para cuando el dio un paso yo había llegado hacia las escaleras, y ahí llegue más rápido de lo que canta un gallo a mí habitación.

—¿Cómo estás? —murmure.

Tuve que aclarar mí garganta un par de veces para evitar el nudo en mí garganta, ahora más que nunca debo de ser fuerte o al menos aparentar serlo. Ella lleva una mano a su boca, mira a otro lado, desde la posición en la que estaba su tablet se podía notar como las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos, admito que fue doloroso verla en ese estado y no poder consolarla, pero mierda ¿Qué puedo hacer?  No puedo hacer nada, soy un simple ser humado.

— Te extraño. —baja su cabeza.

— Yo igual. —muerdo mí labio inferior un poco fuerte.

—¿Por qué?

— Por tu bien.

— Eso no... Eso... Es absurdo. —suelta una risa sin gracia.

— No lo entiendes... Es tu futuro, lo más importante es eso.

— Lo más importante para mí eres tú.

—  Tú también, por eso quiero que hagas tu vida, que hagas lo que tengas que hacer.

— Yo no quiero estar aquí. —sorbe su nariz.— Mis hermanas y madre, todo lo que quería estaban aquí. — Niega con su cabeza.— Ahora todo lo que quiero está a kilómetros de mí, yo quiero estar contigo, verte todos los días la puta cara. —admito que eso ultimó me dio un poco de risa.— joder, Entiendeme.

— Y tú entiendeme a mí, si tú estabas aquí no solo me reprocharía todos los días, me sentiría culpable de verte todos los días sabiendo que puede haber hecho algo para que tu vida fuera mejor. —suelto, iba a hablar pero sigo.— Y no digas que pensé en mí al decirte que me sentiría culpable, porque en todo momento pensé en ti, no entiendes, yo también me siento de la verga lejos de ti, cada maldito día siento que mí vida no tiene sentido si no estás ahí... Despierto cada día con un poco de esperanza esperando verte a mí lado, tu deseandome los buenos días, me quedo horas frente a la puerta esperando a que llegues y me digas que todo terminó, que no hay porque seguir sufriendo, ¡Mierda! Puede que esto sea solo un amor de adolescentes sin sentido pero duele como el infierno.

El nudo en la garganta ahora se sentía aún más y con ninguna otra cosa se iba a quitar, quería llorar y gritar, eso de "los hombres no lloran" me la pasan por el culo, yo lloró si quiero, y una mierda la opinión de los demás.

Mire a Ana que aún tenía sus manos en su boca, secaba sus lágrimas, sus manos estaban mojadas, sus ojos rojos e hinchados.

Nau entro a la habitación, salvado por Nau, podía escuchar a los angeles cantar, lo mire con los ojos húmedos, me levanté de la cama dejando la laptop a un lado. No tenía el valor suficiente para seguir viendo a Ana llorar y no poder hacer nada.

Salí de la habitación, no espere que Nau me siguiera y si lo hacía, iba a mandarlo lejos porque no tenía humor para lidiar con las personas, quiero estar solo, tranquilo y sin molestías —no es que mí hermano sea una—. Llegué hasta la casa en la que Ana y yo, pues ya saben.

Me tiré a un sofá boca arriba, cerré mis ojos mientras trataba de calmar mí respiración.

No sé que de todo lo que le dije a Ana es lo que me afectó, si en que pude decirle lo que sentía, nuestra vulnerabilidad o la sinceridad en todo.

Su rostro rojo, sus mejias mojadas era una imagen que no podría borrar de mí mente, me sentí mal hacerla llorar pero tenía que decírselo, me iba a morir si no lo soltaba.

Menos mal que mí hermano llegó justo a tiempo para que se quedara con Ana, mí hermano en bueno dando consejos sé que sabrá decirle las palabras correctas.

Me sorprende lo mierda que fue Diego al hacer ese contrato, nos acorraló a todos, a los padres de Ana, a sus hermanas, a la propia Ana, a Nau y a mí. Diego sabe jugar bien sus cartas, pero el ahora ya no tiene ningún mando, si Ana está a mí control como lo decía en este nuevo contrato puedo hacer lo que yo quiera.

De alguna manera Diego va a pagar todo lo que nos hizo a todos, lo que les hizo a sus hijos. Su hermana —mi madre— sabrá el monstruo que es su hermano y el concepto e imágen que tiene de el se va a saber y todos verán al verdadero Diego Hernández.

Yo me vengaré.

****

Me encuentro acostado bajo un árbol, con mis manos bajo mí cabeza, sirviéndome de un intento de almohada.

— ¿Y bien? —dice Nau sentándose a mí lado.

— La vida es una mierda, Nau.

— Lo es. —murmura.

— Voy a vengarme de Diego, y tú me vas a ayudar. —sonrio en grande.

— Ni lo dudes.

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¡Kiubooo!

Vuelvo a esta historia luego de meses
Sin actualizar, admito que me tardo una
Perra eternidad al subir un capítulo.

Me sentí mal de ver qué no había actualizado
Hace meses, y yo sé que es esperar por un
Próximo capítulo.

Hay que cruzar los deditos para
Que Ana y Adexe vuelvan a
Estar juntos pronto.

No tengo nada más que decir, chau.

—Pao❤️

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