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CHRISTOPHER

Desperté en una habitación oscura, pequeña, comencé a buscar mi teléfono pero no le encontré. Mire alrededor y tampoco encontré el resto de mis cosas, escuche el sonido de la puerta y me senté en la cama llevando mis rodillas a mi pecho.

—El chico bonito despertó—observe como un chico con cabello negro me hablaba—. Vas a ser un entretenimiento para los clientes.

—¿Clientes?

—Si, bonito—se acercó a mi y acarició mi mejilla—. Van a pagar muy bien por pasar tiempo con vos.

Quite su mano—. Solo quiero ir a casa, por favor

—Eso no va a ser posible, ahora vas a hacer lo que te diga, ¿si?—me mostro que tenía un arma y sentí más miedo.

—Mi papá puede darle dinero, puede pedirle un rescate, va a pagarle.

—Sé quien es tu papá, chico bonito pero así no es esto, tengo una persona muy interesada en tenerte—sonrió—. Ahora vas a ponerte esto, y luego nos vamos—observe como tiraba una camisa demasiado grande y  salía de la habitación. Deje mi remera un lado y me puse la camisa, haría lo que me dijeran, no quiero morir o no quiero que les hagan algo a mis padres por no seguir sus órdenes.

Unos horas más tarde, donde me dediqué a intentar buscar una salida y luego a mirar el aburrido techo gris, volvió a ingresar el chico de cabello negro y me daba una mirada negativa—Sin tus pantalones, chico bonito.

Asenti poco convencido pero todo sería para poder salir de aquí y mantener a mis padres a salvo. Se acercó a mi y cubrió mis ojos con un pañuelo, escuché su voz diciéndome que ahora haríamos un pequeño viaje, me mantuve en silencio. Luego escuche unas cuantas voces más, tomo mi brazo y me subió a una camioneta, minutos después ya no escuché el sonido del motor por lo que supuse que habíamos llegado.

Volviendo a tomar mi brazo,me bajo de la camioneta y caminé unos cuantos pasos más, sentí como me lanzo hacia la cama y me quitó el pañuelo de los ojos. Observe como la habitación era más grande, estaba en una cama matrimonial, escuchaba música a lo lejos, ¿acaso sería un striper?

—Muy bien, chico bonito pronto va a venir tu primer cliente, más te vale comportarte—asenti y él solo se fue. Mire el techo y ahora era de color blanco, tenía miedo no iba a tener sexo con un desconocido, que posiblemente estaba casado y le excitaban chicos secuestrados.

Me senté en la cama a esperar mi destino, escuché la puerta siendo abierta y mi miedo aumentó. Observe al chico parado frente a mi, no debía tener más de 30, cabello rubio, alto y no parecía estar casado, aunque probablemente se quitó su alianza.

—¿Christopher?—escuche mi nombre salir de sus labios.

—No me haga daño, solo quiero ir con mis padres—. Me escondí debajo de las sábanas de la cama, esperando que no me hiciera daño.

—Christopher, estoy aquí para ayudarte—hablo y comencé a quitar la sábana que me cubría, ¿él venía a ayudarme?

—¿No sos uno de esos viejos sádicos que les excitan chicos secuestrados?—pregunte mirándolo a los ojos y éste solo río, ese sonido me dio cosquillas en el estómago.

—No, aparte no crei que me veía tan viejo—sonrió—. Tal vez es el traje.

Le sonreí apenado—. ¿Cómo vas a ayudarme?

—Soy policía Christopher, me llamo Zabdiel—extendió su mano y la estreche.

—¿Me va a sacar de aquí?

—Voy a hacer todo lo posible—me dio una sonrisa cálida y se la devolví.

Escuche como hablaba bajito, lo mire y él solo me volvió a sonreír. Luego escuche un estruendo, como si se hubiera roto algo. Zabdiel se acercó a mi y me tomó de la mano cuando escuché disparos.

—No te alejes de mi Christopher— comenzó a arrastrarme fuera de la habitación. Observe a varios policías esposando a muchas personas, mire como estaba el chico de pelo negro y Carlo también estaba allí, ¿qué hacía Carlo en ese lugar? Cuando Zabdiel logró sacarme de lo que había identificado como un club, dirigi mi mirada hacia la multitud de policías y ambulancias que estaban afuera del lugar, identificando a mis padres esperando cerca de dos policías. Solté la mano de Zabdiel y corrí hacia ellos, mi madre me recibió con los brazos abiertos y cuando sentí como me envolvía en un abrazo comencé a derramar pequeñas lágrimas.

Había sido un día de terror, sentí como mi padre dejaba un beso en mi cabello y se unía a nuestro abrazo. Escuche la voz de una chica, que al parecer era una paramédica que me haría una revisión geneal, solo para asegurarse que todo estuviera bien.

Mis padres me dijeron que buscarían a la sargento para agradecerle lo que había hecho, asenti, tomé asiento en la parte trasera  de la ambulancia y  la chica comenzó a hacer su trabajo. Unos minutos después me dijo que todo estaba normal, le sonríe y ella se dirigió hacia otra víctima. Vi como se acercaba Zabdiel, se sentó junto a mi y le dediqué una sonrisa.

—Gracias por salvarme Zabdiel.

—No tenes que agradecerlo Christopher, solo hago mi trabajo.

—Podes decirme Chris, así me llaman mis amigos.

—¿Somos amigos?—me dio una mirada burlona, me sonroje y agache la mirada.

—Christopher suena muy formal, Chris es mejor—asintio en comprensión. Observe como mis padres se acercaban junto a una mujer pelinegra, de mi estatura y con una placa de policía, seguramente ella era la sargento.

Me sonrió y yo le devolvió el gesto, escuche como mis padres le volvían a agradecer y ella solo decía que había hecho su trabajo. También vi como le daban las gracias a Zabdiel, él solo les sonreía y les decía que solo cumplía con su trabajo.

—Todo está en orden, pueden volver a su casa familia Vélez—nos informó la sargento, mi padre asintió y comenzó a caminar junto a mi madre. Antes de que me subiera al auto me acerqué a Zabdiel y lo abracé, sintiendo como correspondía a mi abrazo le susurre un gracias antes de separarme y dirigirme hacia el auto.

ZABDIEL

El abrazo de Christopher me había tomado por sorpresa, le correspondi y escuchar su voz en un susurro me provoco muchas emociones de repente. Mantuve mi compostura y lo mire subirse al auto junto a sus padres e irse, seguido de una patrulla que cuidaría de la familia Vélez por unos días.

—Al parecer alguien tiene mariposas en el estómago—escuche la voz burlona de Lu.

—Estas imaginando cualquier cosa—le conteste serio.

—Aww, lo vas a negar porque sino vas a ponerte rojito—continuo burlándose.

—Lu, ya basta—hable y me reí.

—Zab, es tan obvio que te gusta—oi la voz de Joel, genial ahora serían dos personas que me molestarian.

—No me gusta Christopher—negué y comencé a caminar hacia la patrulla.

—Vamos Zab, ese chico te trae loco desde que viste su foto en el pizarrón—Joel se colocó en frente de mi cruzo sus brazos.

—Joel, estás imaginado cosas—también cruce mis brazos.

—Sé que me estas mintiendo, ¿cuál es el problema de que te guste?

—No quiero que corra peligro, no me perdonaría si algo le pasara Chris—antes de que pudiera corregir mis palabras, Joel me dio una sonrisa victoriosa. Había admitido mi atracción por el castaño.

—Lo sabía, ¿qué vas a hacer al respecto?

—Guardarme mis sentimientos, no voy a verlo más.

—Negativo compañero, Christopher tiene que ir a la estación para declarar e identificar a los sospechosos.

Maldita sea, volvería a verlo pero tenía que evitarlo a toda costa. No podía involucrarme con Christopher, no hasta que sepamos quien estaba detrás de todo esto.

Sobrepasar los límites Donde viven las historias. Descúbrelo ahora