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Christopher habia despertado temprano ese dia, se sentia muy feliz y emocionado.

Habian pasado 3 meses desde la adopcion y las cosas iban relativamente bien, algunas pequeñas peleas pero nada alarmante.

Hoy era el cumpleaños número 17 de Carla, salió de la cama y fue a darse una ducha.

Se vistio rápidamente y se dirigió a la cocina, comenzó a preparar el desayuno.

Zabdiel y los niños bajarían en cualquier momento, preparó una torre de panqueques, le puso pequeños trozos de frutas y un poco de miel.

Le coloco una vela color blanca y sonrió, habia quedado muy bien.

—Te quedo muy bonito amor—Christopher sonrió y sintió las manos de su esposo rodear su cintura—. Buenos días.

—Buenos días Zabdi—volteo y junto sus labios con los del boricua en un pequeño beso, se separo y ambos sonrieron—. ¿Despertaste a los niños?

—Si, Lucas y Julian estaban terminado de vestirse y Carla solo me dijo que estaba despierta.

—¿Crees que le guste?

—Creo que le va a encantar—Zabdiel dejo un beso en la frente de su esposo.

—¿Crees que le agrade la idea de la fiesta?

—Le dijimos a la familia que íbamos a preguntarle, no queremos que ella se sienta incomoda.

Christopher asintió y escucharon voces a lo lejos, sonrió cuando Lucas y Julian aparecieron en la cocina.

—¡Buenos días papás!—ambos adultos sonrieron cuando Lucas se lanzó a sus brazos.

—Buenos días campeón, veo que alguien tiene mucha energía.

—¡Hoy vamos a ir al acuario!—comento emocionado el pequeño castaño.

—Buenos días Julian—Christopher dejo que Zabdiel cargara a Lucas.

—Buenos días señor Christopher—murmuró el pequeño rubio, miro en la mesa una torre de panqueques decorados con una vela—. ¿Eso es para mi hermana?

—Si, ¿crees que le guste?—Julian asintió, los panqueques eran el desayuno favorito de Carla.

—Julian, papi Chris compró gorritos por el cumpleaños de Carla—Lucas bajo de los brazos de su padre y tomó un gorrito de fiesta para Julian.

El pequeño rubio sonrió y se lo colocó, Lucas imito su acción.

—Creo que ahí viene—todos se quedaron en silencio, Zabdiel se colocó delante de los panqueques, Julian y Lucas tenían papelitos en las manos y Christopher terminó de ordenar la mesa.

Carla ingreso a la cocina y observó a Christopher y Zabdiel sonreírle. Le devolvió la sonrisa y luego soltó un pequeño grito cuando Lucas y Julian salieron de su escondite y le lanzaron papelitos.

—¡Feliz cumpleaños!—gritaron los dos niños.

Carla río y se agachó, abrió sus brazos y ambos niños la abrazaron. Lucas le tiro más papelitos mientras Julian seguía abrazando a su hermana.

—Lucas, cariño es suficiente—el pequeño castaño asintió y fue a sentarse a su lugar.

Carla se separo del abrazo de Julian y el pequeño rubio fue a tomar asiento a lado de Lucas.

—Feliz cumpleaños cariño—Carla sonrió cuando Christopher se acercó a abrazarla.

—Muchas gracias—Christopher sonrió y Zabdiel se acercó con el plato de panqueques en la mano.

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