Christopher comenzó a despertarse lentamente, abrió sus ojos y notó que Zabdiel no estaba en la cama.
Se levantó de la cama y se dirigió al baño para lavar su rostro, cepillar sus dientes y peinarse un poco. Al salir del baño, tomo una camiseta de Zabdiel y se colocó un bóxer y caminó hacia la cocina.
Observo a Zabdiel y sonrio, estaba bailando al ritmo de una canción que estaba pasando en la radio, mordió su labio al ver que su novio no tenía camiseta.
—Buenos días Zabdi—hablo tímidamente.
—Buenos días precioso—se acercó a su novio y dejó un beso en sus labios—. ¿Querés desayunar?
El castaño asintio y fue a buscar los platos los puso en la mesa y minutos después los dos se encontraban desayunando dándose muchos mimos.
Al terminar lavaron los platos y ambos fueron a vestirse, Chris soltó un pequeño grito cuando Zabdiel lo cargó y lo llevó a la habitación.
—Te amo mucho pequeño.
—Te amo mucho más Zabdi.
Zabdiel sonrio y lo dejo en la cama, tomo una toalla y cuando quiso dirigirse al baño Chris lo detuvo, dirigió su mirada y su novio y notó que estaba sonrojado.
—¿Que pasa bebé?
—¿Podemos ducharnos juntos?—el rubio asintio y tomo otra toalla para Chris, tomo su mano y ambos se dirigieron al baño.
Unas horas más tarde el rubio conducía hacia la casa de la familia Vélez, era hora de despedirse de Christopher por unos días. El castaño apreciaba la vista por la ventana del auto, no quería despedirse.
—Bonito, llegamos.
—No quiero decir adiós Zabdi—el castaño hizo un pequeño puchero mirando a su novio.
—Yo tampoco bebé pero no quiero ponerte en peligro.
El castaño desabrocho su cinturón y se subió al regazo del rubio. Extrañaría a su novio.
—Te amo
—Te amo más—abrazo con fuerza a Chris, extrañaría hablar con él a diario, sus besos, su risa. El castaño comenzo a moverse tentadoramente sobre el regazo de su novio.
—Bonito no me provoques—sintió los labios del ecuatoriano en su cuello—. Si lo hacemos ya van a ser tres veces, ¿no te cansas?—el castaño negó y continuo besando el cuello del puertorriqueño.
Zabdiel río y separó a Chris de su cuello, mirándolo a los ojos junto sus labios en tierno beso.
—Tengo que irme.
—Voy a extrañarte amor
—Yo igual precioso pero aún nos podemos enviar mensajes, hacer pequeñas llamadas, solo van a ser unas semanas—acercó su rostro al de Chris rozando sus narices. El castaño sonrio y se bajo del regazo de su novio, salió del auto, agitó su mano en forma de despedida y entró a su casa.
Escucho murmullos venir desde la sala, curioso entró y se encontró con Marco y su padre, el señor Torres, amigo y socio de su padre.
—Campeón que bueno que llegaste—Leonardo se acercó y abrazó a su hijo.
—Hola señor Torres, hola Marco—saludo a los invitados de su padre.
—Chris podes decirme Miguel, somos como familia—el castaño le dio una sonrisa incómoda.
—Campeón, ¿por qué no vas a tomar una siesta? Te ves cansado, más tarde podemos salir a cenar.
Christopher asintió y se despidió de Marco y su padre, subiendo las escaleras e ingresando a su cuarto se lanzó sobre su cama y sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente.
ESTÁS LEYENDO
Sobrepasar los límites
Roman pour AdolescentsDonde Zabdiel es policia y Christopher es la víctima de una red de prostitución