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Zabdiel

Habían pasado unas semanas desde la última vez que había visto a Christopher. Semanas en la que nos mandamos muchos mensajes, cada día descubría más cosas de Chris y cada vez me enamoraba un poco más.

Joel se burlaba de mi cada vez que tenía la oportunidad, terminamos de patrullar y nos dirigimos hacia la estación, era viernes así que probablemente iríamos a tomar un trago. Descansariamos el fin de semana para próximamente acordar la reunión con Javier. Lu había estado de un lado para otro, lo que no me dio tiempo de hablar con ella, necesitaba un buen consejo así que la invitaría a tomar algo con nosotros.

Llegando a la estación, baje de la patrulla e ingrese, encontrándome con Richard. Lo saludé y charlamos, lo invité a ir al bar con nosotros y accedió. Joel llevaría a Erick, solo faltaba invitar a Lu.

Toque la puerta de su oficina y escuche un pase e ingrese.

—Sargento—hable y ella me miro—¿Le gustaría ir a un bar?

—Zab, somos amigos no creo que esto sea correcto—se burlo y yo solte una carcajada.

—Creo que te hace falta distraerte un poco, además Richard dijo que si va—observe sus mejillas teñirse de rojo y contuve mi sonrisa.

—¿Por qué me interesaría si va Camacho?

—Mm... porque estas enamorada de él desde hace tiempo.

—Bien, si voy a ir—se cruzó de brazos y me miro—Ahora fuera de mi oficina de Jesús—miro hacia la puerta y antes de salir le dije que nos iríamos en una hora. Joel se acercó a mi y le informé que Lu iría, asintió y terminamos de ordenar unos papeles y pasó el tiempo.

Llegado el momento de irnos, toque la puerta de la oficina de la sargento y ella salió, dejándonos con la boca abierta. Lu traía un bonito vestido azul que se ajustaba a su cuerpo, dejando su pelo suelto nos sonrio y comenzó a caminar a mi lado.

—Es extraño que me miren así—agacho la mirada.

—Lu, estás preciosa,

—Gracias Zab—me sonrio y subimos a mi auto y comencé a conducir hacia el bar. Llegamos y Lu llamó la atención de varios dentro del bar. Ella solo les sonreía amablemente, no estaba acostumbrada a recibir ese tipo de atención, siempre se interesó en su trabajo antes que en las relaciones, teníamos eso en común.

Joel, Erick y Richard nos esperaban en una mesa, esperamos a que nos atendieran y unos minutos después llegaron nuestras bebidas.

Comenzo a sonar música en el lugar y Erick se llevó a Joel. Observe como Lu miraba su vaso mientras que Richard miraba el suyo, voy a ayudar a este par de tontos enamorados. Porque si Richard estaba enamorado de Lu.

Mire alrededor y observe a un chico castaño de unos 27 observando a mi amiga, se acercó a la barra y al parecer estaba por enviarle un trago a Lu, mi teoría fue confirmada cuando la chica que nos había atendido anteriormente se acercó con un trago margarita.

—Señorita, esto le manda el caballero que está en la barra—Lu dirigió su mirada hacia él y le sonrió. Richard solo se levantó y fue a buscar más alcohol.

—¿Crees que deba acercarme a ese chico?

—No lo se, Richard parecía molesto.

—No me dijo nada desde que salimos de la estación, tal vez no le intereso—bebió de su copa y miro hacia otra mesa, volviendo su vista hacia mi—Creo que acabo de ver a un lindo hombrecito.

Dándole una mirada confundida, voltee hacia donde estaba mirando y reconocí a Christopher con varios amigos.

—Tal vez podrías acercarte y hablarle—negué—. Vamos Zab, si vos lo haces yo prometo hacer un movimiento con Richard.

La mire divertido—¿Vas a llevarlo a bailar?

—Si eso hace que te acerques a tu hombrecito entonces si— antes de responderle, vi como se acercaba a Richard y lo tomaba de la mano dirigiéndose a la pequeña pista de baile en el centro del bar. Coloco sus manos en el cuello de Richard y el pelirrojo en la cintura de Lu, comenzando a bailar lentamente.

Sonreí, ahora era mi turno. Mire de nuevo hacia la mesa de Christopher y solo se encontraba con un amigo, decidí acercarme con cerveza en mi mano.

—Hola Chris—él volteó y me sonrió

—Hola Zabdiel—observe como su amigo carraspeaba, Christopher me lo presentó y le sonreí, luego llego el resto de su grupo—. Ellos son Alan, Gabriel y Pilar—señaló a cada uno y los salude.

—Creo que mejor vamos a bailar—Pilar arrastro a los tres chicos dejándome solo con Christopher. Le di una mirada coqueta y él mordió su labio.

—¿Siempre venis a este bar?—me preguntó.

—Casi siempre, ¿es tu primera vez aquí?—asintió, me acerqué y le susurré—. Muero por besarte Christopher.

—No es correcto oficial de Jesús—me susurró y rei bajito. Joel se acercó a nosotros y saludó a Chris. Me despedí cuando sus amigos se acercaron a él nuevamente.

Unas horas más tarde, Erick estaba bastante borracho, reímos por las cosas ridículas que le decía a Joel. Comenzamos a caminar hacia la salida y me encontré con dos amigos de Christopher, la chica castaña se acercó a mi.

—Zabdiel, ¿verdad?—asentí—Christopher un poco borracho y solo quiere hablar con usted—mire alrededor y lo encontré junto a otro chico. Me despedí de mis amigos y caminé hacia Christopher.

—Chris, ¿qué es lo que te pasa?

—¿Podes llevarme a casa Zabdi?—pregunto mirándome a los ojos—asentí y comencé a guiarlo hacia mi auto, abrí la puerta y le coloqué el cinturón. Di la vuelta y me subí al auto—Bonito, tomaste demasiado.

—No en realidad, solo un poquito de vodka, whisky y otro trago que pidió Pilar.

Negué divertido y continué conduciendo hacia la casa de Christopher, me estacione al frente y le quité el cinturón. Quedando frente a frente, podía sentir su respiración.

—Creo que dijiste que morias por besarme—se burló y junte nuestros labios en un beso lento, disfrutando del sabor de la boca de Christopher. Al separarnos me sonrio y le devolví la sonrisa, dándome cuenta que no estaba borracho.

—¿Me mentiste?

—Tal vez—mordió su labio y antes de que pudiera protestar volvió a besarme, subiéndose sobre mi regazo, coloque mis manos en su cintura.

—Bonito, es mejor que entres a tu casa— me separe pero Chris negó y comenzó a besar mi cuello y a moverse tentadoramente sobre mi, lo detuve—Chris, no.

—¿No puedo besarte?—hizo un puchero.

—Si, bonito pero no estás jugando limpio—me dio una mirada coqueta.

—Chris es mejor que te detengas porque voy a cometer una locura—le conteste sincero.

—Bien—se bajo de mi regazo y salió del auto.

Oh no, mi pequeño se había enojado, salí del auto y lo llamé—¡Chris!

—¿Qué?

—¿Por qué estás enojado?

—Porque al parecer no te intereso—se cruzó de brazos frente a la puerta de su casa. Me acerqué y negué, Christopher me volvía loco por eso quería hacer las cosas bien.

—A ver, tal vez sea un poquito mayor pero no quiero que sientas que solo quiero pasar una noche con vos y luego dejarte—tome su mano—Porque no es así, quiero ir lento y hacer las cosas bien.

—Nunca me hiciste sentir eso, Zabdi—soltó mi mano y se acercó a mi—Es solo que me gustas mucho y me pongo tonto cuando estoy con vos.

Sonrei enternecido—Yo también me siento torpe cuando te tengo cerca, por eso vamos despacio, ¿sí?—él asintió y envolvió sus brazos en mi cuello, lo tomé de la cintura y junté nuestros labios en un pequeño beso. Al separarnos le sonrei y escuchamos la puerta abrirse, encontrándome con la mirada sorprendida del señor Vélez. Ahora sí estaba metido en un problema enorme.

Sobrepasar los límites Donde viven las historias. Descúbrelo ahora