Capítulo 8: Tenéis trabajo.

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ELLIOT

–¡Eh!– alguien casi se choca conmigo a velocidad supersónica –¡Mi móvil capullo!– grito enfadado al girarme pero en cuanto termino la frase me doy cuenta de quién es –¿Alice?–.

¿Por qué corre?

–¡Idiota que casi me tiras el móvil!– grito más alto para que me escuche al huir como la cobarde que es –Mira por donde vas– me quejo para mi mismo al darme media vuelta y volver a mi camino.

Camino unos metros quejándome por lo bajo y en alto de esa idiota desconsiderada, a lo lejos veo a Mark corriendo detrás de una chica que tira de él, cual muñeca de trapo.

Blando.

–¿Quién es?– entre cierro los ojos –¿Elizabeth?– después de enfocar la vista unos segundos, dejo de mirarles como si fuera una vieja de 85 años que necesita gafas de culo de botellas del Tyrannosaurus rex.

¡¿Qué cojones hace con Elizabeth?!

Algo va mal.

Por un momento dudo si seguir a Alice para que me dé explicaciones o si corro hacia Mark para que me diga de qué van ellos dos. Pongo un pie en dirección a mi hermano pero me paro en seco.

–No– vuelvo a mi sitio –Voy a darle tiempo– si me necesita me llamará.

De camino a clase intento convencerme a mí mismo que Mark solo tiene un rollo raro con Elizabeth pero ¿qué pinta Alice?

–¡Eh!– Adrian se cuelga de mi cuello y me sorprende –¿Qué te pasa? Estas muy serio– se ríe pinchándome la cara con su dedo.

–Nada– hago que me suelte –¿Toca historia?– frunzo el ceño intentando pensar en otra cosa.

–Si– sonríe, me da un ligero golpe en el hombro y se da la vuelta caminando de espaldas –Hoy toca película histórica– vitorea entrando a clase emocionado –¡¿Qué toca hoy?!– grita.

–¡Siesta!– le devuelven el grito todos los que ya están dentro.

La profesora llega y todos se callan, fingiendo ser buenos estudiantes.

Panda de hipócritas.

Bajan las persianas y apagan las luces. Miro a un lado y veo a mis amigos de la última fila apoyados encima de sus mochilas durmiendo o con el móvil. Yo tampoco tengo ganas de atender.

Coloco la mochila como almohada y me inclino para dormir, pero de golpe siento un pinchazo tan fuerte en el pecho que todo mi cuerpo se tensa y por un momento no puedo respirar. Vuelvo a respirar pero el dolor no se ha ido, cada movimiento por muy ligero que sea hace que esa presión aumente. Es como si alguien me estuviera taladrando centímetro a centímetro el pecho. Levanto la vista comprobando que nadie se había dado cuenta. Todos miran al frente o no se dan cuenta de lo que pasa a su alrededor, bien. Intento no respirar muy fuerte, siento que algo se escurre por mi nariz.

Joder.

Me toco el pecho y estrujo la camiseta con la sudadera del dolor, me llevo una mano a la nariz, siento todo mi cuerpo empezar a temblar, noto la punta de mis dedos mojada y cuando lo veo con la poca luz que hay solo veo algo más oscuro.

No, por favor, no...

Mi estómago empieza a retorcerse. ¡Joder! Cada puto centímetro de mi cuerpo se tensa tanto que siento que podría romperme. El dolor del pecho disminuye cuando mi visión empieza a ser borrosa. Sigo temblando pero ahora puedo respirar mejor, no es tan malo como antes pero el dolor no se ha ido. Levanto la vista medio mareado.

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