Capítulo 15: ¿Empezamos?

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ELLIOT.

Todo lo que veo empieza temblar, no sé si de verdad está pasando o solo estoy a punto de desmayarme. No quiero cerrar los ojos pero parece que ya no decido sobre mi cuerpo.

–¡Elliot!– alguien me grita tan cerca que abro los ojos de golpe, miro a todas partes nervioso, mi concentración se clava en él cuando estampa sus manos en mi cara y me obliga a mirarle.

–¿Mark?– me recorre un escalofrío, tiene una cara de pánico, las manos le tiemblan y sus pupilas son como dos pequeños puntitos.

–¿Es-estás bien?– me duele la cabeza, tanto que me siento mareado.

–¿Qué si estoy bien? Pues claro– intento levantarme pero mis piernas no están de acuerdo –Está pared es de plumas, no ha sido nada– palmeo la pared con todos los músculos magullados antes de que me ayude a levantarme.

–Deja de bromear– me regaña por lo bajo.

–Aburrido– me quejo antes de empezar a toser.

Joder, que alguien traiga una aspiradora o algo¿no?

–Tienes los oídos llenos de sangre ¿es qué no te duelen?– me apoya sobre la pared y me limpia con su manga.

–Es solo un poco de sangre– le aparto, con el dedo meñique y girando la cabeza me quito un poco del interior. Es asqueroso –¿Ves? Solo es sangre, te escucho perfectamente– sonrío y me mira con una cara que no sé que me quiere decir. Por Dios Mark ten un poquito de fe en mí. –Mira– cojo su mano y la pongo en mi pecho –Estoy vivo, será que soy inmortal– durante unos segundos dejo que sienta mis latidos.

–¿Mark? ¿Elliot?– una voz risueña de fondo nos llama la atención.

Mark se queda paralizado y yo levanto la vista hacia ese lado.

–Mark, creo que nos equivocamos– le obligo a girarse –¿Elizabeth?– sonríe al oírme.

Está... ¿viva?

Corre hacia nosotros, pasando por encima de los restos del techo, se lanza a los brazos de mi hermano.

–Estás bien– le abraza muy fuerte y cierra los ojos con una sonrisa –Estáis bien– corrige cuando abre los ojos y me mira.

También me abraza, y con tanta fuerza que siento crujir mis costillas.

–Woah te han dado bien de comer– la separo adolorido y ella solo me mira confundida.

–¿Cómo..? Creímos que tú... qué Clara te había...– el pobre de mi hermano está atascado.

–Tenemos que irnos– ey mis sonrisas ha llegado. Con esa voz fría y exigente Clara se acerca por detrás de Elizabeth.

Hace que ella se gire y la mire confundida por su voz.

–El edificio está a punto de derrumbarse, sería conveniente que nos apresuráramos a marcharnos– ofrece John.

–Si– Elizabeth levanta la voz obediente como si nada.

Se acerca corriendo cuando Clara se pone de perfil esperándola, la mira como si fuera la cosa más increíble del mundo, como si no fuera Clara. Le toca el pelo y se agacha un poco, le toca la cara mientras suspira cansada al cerrar los ojos.

¿Ellas? ¿De que se conocen? Parecen muy cercanas.

–Te echaba tanto de menos– Elizabeth habla bajo.

Clara abre los ojos y poniéndose recta la mira. Toda su expresión parece más suave y relajada.

–Vamos– le acaricia la cara, la mira fijamente durante unos segundos.

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