Él me miró un momento completamente confundido cuando ella se separó. No dijo nada, solo se acercó y cuando se inclinó me interpuse. Mi cuerpo se movió solo, no sabía porque y en cuanto me di cuenta me sentí muy violento e incómodo.
¿Por que había hecho eso?
Confundido me giré y ayudé a Elizabeth a ponerse en pie. Flynn no dejaba de mirarme como si fuera la cosa más extraña que había visto en su vida. Analizándome en silencio, esa clase de silencio prejuicioso. Nos hizo una vaga señal para que le siguiéramos. Al principio no me moví hasta que ella se enredó en mi brazo sin soltarme la mano. Miré hacia abajo y cuando levantó la vista asintió con un poco más de seguridad.
–Es-ta bien– intentó hablar pero su voz salió cortada.
–No sonrías si no quieres– con el puño de mi manga le sequé con cuidado las lágrimas, no quería herirla más de lo que lo había hecho.
Le dediqué una sonrisa piadosa de boca cerrada. Asintió y bajó la mirada antes de poner un pie hacia Flynn. Nos guió y pasamos por varios vagones antes de llegar a una especie de oficina improvisada. Nos sentamos enfrente de él cuando le vimos sentarse sobre la mesa de aquella "oficina". Parecía muy interesado por saber porque seguíamos cogidos de las manos pero no preguntó por eso.
–¿Qué ha pasado?– preguntó después de un largo silencio, después incluso de ofrecerle un pañuelo a Elizabeth y dejar que se calmara del todo.
–Todo ha pasado muy rápido– aún parecía muy afectada y cómo no estarlo. Temblaba y se mordía el labio inferior intentando no volver a llorar.
–Entiendo– asintió mirando hacia otra parte.
Era incómodo para mí, quería preguntar muchas cosas pero sentía que no estaba en posición de hacer nada. Así que solo me quedaba el incómodo y violento silencio.
–¿Y tú quién eres?– me miró fijamente.
–¿Yo?– me puse nervioso –M-Mark, Mark Miller– me quité el sudor de la mano secándomela en mi propio pantalón y la extendí hacia él.
La miró y después me miró a la cara sin moverse. Miró un instante a Elizabeth como si así comprobara algo.
¿Por qué todo era tan incómodo conmigo?
–Flynn Romero– se inclino hacia delante y me estrechó la mano.
Cuando se separó pude respirar aliviado. Gran parte de la tensión se había ido. Hasta que vi cómo volvía a su posición anterior con esa mirada de desconfianza entonces volví a sentirme incómodo, miré a otro lado como si no me diera cuenta.
–Mark es un buen amigo, no tienes que preocuparte– con una mano se secó los mocos. Volví a mirarle de reojo.
Él la miró y levantó una ceja con un cara escéptica mientras se cruzaba de brazos. Conocía esa mirada de desaprobación y no iba a desaparecer.
–Solo un amigo– recalcó no muy convencido.
Flynn se encogió de hombros con una sonrisa aún escéptica. Tenía la piel morena, ojos oscuros, saltones pero no incómodos de ver, el pelo negro, alto pero no demasiado y vestía un uniforme de funcionario.
–¿Trabaja aquí?– parecía unos seis o siete años mayor que nosotros.
–Si– me miró con los ojos entrecerrados –¿Sabes lo que está pasando?– me miraba un poco molesto.
Asentí con verdadera pena. Entonces volvió a fijarse en nuestras manos, las miraba fijamente hasta que al final fruncido el ceño.
–Eso– señaló nuestras manos sin separar sus brazos ni levantar la vista –Va ha salir muy mal– declaró sin pena ni vergüenza.
ESTÁS LEYENDO
Bienvenido
FantasyNo sé por qué lo hice. Tal vez solo lo hice porque estaba cansado, cansado de esforzarme tanto por encajar y sentir que al final eso es lo que me hacía más infeliz. Tal vez solo quise sentir algo... Real, aunque fuera peligroso y doliera por un solo...