MARK.
Empecé a sentir ligeras punzadas en el estómago mientras intentaba despertarme. Sentí mi cuerpo caer aún en la oscuridad y también sentí aire moverse a mi alrededor antes de chocar contra algo duro, húmedo y con un olor a...
¿Madera?
Me desperté en el instante que sentí el golpe, las piernas me temblaban y estaba sudando muchísimo, el corazón casi se me salía del pecho y un hormigueo me recorría los dedos de las manos mientras que en mis pies sentía rozaduras y me dolían bastante.
Tenía la cara estampada contra el tronco de un árbol. Mi respiración era muy fuerte y exagerada, casi como si me estuviera ahogando. Sentía la cara roja y tuve que sentarme de lo cansado que estaba.
¿No se suponía que al levantarte te sientes mejor?
Miré al cielo y vi que el sol estaba en lo más alto.
¿Había dormido todo el día? ¿Cómo mamá no me había despertado? ¿Me habían movido mientras dormía?
Con urgencia me levanté mirando a mi alrededor y gran error, mis piernas me fallaron en cuando se pusieron rectas, se volvieron doblar como si fueran dos espaguetis.
¿Dónde estaba? ¿Por qué estaba allí? Yo...
Confuso empecé a mirar en todas direcciones sin tener la más mínima idea de nada, estaba literalmente en mitad del bosque, completamente solo y perdido.
¿Me habían abandonado?
No, mamá no les dejaría hacerme eso.
¿Entonces cómo había llegado aquí? ¡¿Cómo?!
Una corriente de aire frío me envolvió por completo provocándome más de un escalofrío. Sentí un hormigueo en la oreja e instintivamente me giré. Delante de mis ojos a milímetros de mi nariz un objeto pasó tan rápido que apenas pude verlo, sin previo aviso y sin que yo pudiera hacer nada otro le siguió, me clavó al enorme tronco que tenía detrás por el hombro de mi camiseta.
Asustado empecé a buscar de forma desesperada a la persona que me había atacado pero no veía a nadie, tan solo había árboles, hierba y tierra por donde sea que mirase. Envuelto en pánico y miedo me quité la camiseta manga larga y me puse a mirar a mi alrededor como el paranoico que era.
–Au...– me quejé al sentir una nueva herida, me miré y vi un pequeño corte en mi hombro –Tch...– me quité con los dedos la poca sangre que empezaba a salir.
¿Quién me quiere matar? Si yo no he hecho nada. Miré a mi espalda y cuidando fui a coger uno de los cuchillos, únicamente para sentirme mínimamente más "seguro", este no se soltaba, solo se había clavado la punta pero parecía que aquel cuchillo había crecido con el árbol, con la mirada busqué el otro pero no lo encontré.
¿Se había ido? ¿Cómo? ¿Cómo puede un cuchillo desaparecer?
Volví a intentar coger el cuchillo pero cuando intenté sacarlo no lo moví ni un centímetro. Recogí mi camiseta y con mucha prisa me la volví a poner. Puse el pie en el árbol y volví a intentar sacarlo pero no cambió el resultado.
–Du bist verloren?– me giré sorprendido pero no vi a nadie.
¿Me había visto intentar sacarlo? Porque había sido un intento muy patético y tenía vergüenza.
–¿Quién eres?– pronuncié a la defensiva atento a cualquier sonido a mi alrededor, pero no contestó –¿Hablas mi idioma?–.
Parecía un cangrejo con las manos en alto para que no me considerase una amenaza, miraba a todas partes asustado.
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Bienvenido
FantasyNo sé por qué lo hice. Tal vez solo lo hice porque estaba cansado, cansado de esforzarme tanto por encajar y sentir que al final eso es lo que me hacía más infeliz. Tal vez solo quise sentir algo... Real, aunque fuera peligroso y doliera por un solo...