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chapter twenty we will get it
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T / N y Harry caminaron en silencio por los pasillos de Hogwarts, su reciente práctica del Encantamiento Patronus aún fresca en sus mentes. El eco de sus pasos en las piedras resonaba suavemente mientras se dirigían hacia el Gran Comedor. La frustración que sentían por no haber logrado conjurar un Patronus completo se mezclaba con la determinación de no darse por vencidos. Sin embargo, Harry parecía especialmente abatido, su varita colgaba a su lado, como si fuera un peso muerto.
— Lo conseguiremos pronto, Harry. Solo tenemos que seguir intentándolo — Dijo T / N, con la voz firme pero reconfortante mientras colocaba su mano sobre el hombro de su primo.
Harry levantó la vista hacia ella, su expresión todavía mostraba un rastro de duda, pero se forzó a sonreír. La cercanía y el apoyo de T / N le ofrecían un consuelo que pocos podían darle.
— Tienes razón — Murmuró — Lo conseguiremos.
T / N asintió, con una sonrisa pequeña pero esperanzada, mientras giraban hacia un nuevo pasillo. La conversación entre ellos quedó suspendida en el aire, como si ambos estuvieran tratando de ordenar sus pensamientos. Justo cuando el Gran Comedor apareció a la vista, una voz familiar los interrumpió.
— ¡T / N, Harry, esperen!
Se dieron la vuelta para ver a Ron corriendo hacia ellos, su rostro iluminado por una gran sonrisa y sosteniendo algo en sus manos. Sus escobas.
Los ojos de Harry y T / N se iluminaron al reconocerlas. Habían estado esperando este momento desde que la profesora McGonagall se las confiscó para inspeccionarlas.
— ¿Son nuestras escobas? — Preguntó Harry, con la voz cargada de esperanza.
Ron, todavía recuperando el aliento por la carrera, asintió con entusiasmo mientras les tendía las escobas.
— Sí. La profesora McGonagall me detuvo en el pasillo y me las dio. Dijo que no encontraron ningún hechizo o alteración en ellas, así que pueden usarlas.
T / N tomó su escoba con una mezcla de alivio y emoción. Sentir la textura familiar de la madera bajo sus dedos era como recuperar una parte de sí misma que había estado perdida. Harry la imitó, sus ojos brillaban mientras sostenía su escoba, la Nimbus 2000, que ahora parecía más valiosa que nunca.
— Gracias, Ron — Dijo T / N, sonriéndole al pelirrojo con gratitud.
Harry asintió en agradecimiento, su expresión reflejaba la misma alegría contenida.
