Holus!!!!!!
Ya se que probablemente justo ahora quieran asesinarme por no haber actualizado pronto, ¿o no?
Ya, os entiendo. A mi me pasa igual con otras novelas.
Sin embargo, espero que os guste muchísimo y que lo disfruten!!!
**************Alguna vez alguien me había dicho que lo peor que podías hacer era confiar en alguien. Que confiar era un muy buen punto de ataque y que como tal nadie buscaba desaprovechar, y menos si tu víctima te lo ofrecía en bandeja de plata.
Yo creía en eso fielmente, y como tal, había procurado todos estos años mantenerme al margen de todo contacto posible mas allá del estrictamente necesario.
En ese aspecto mi enfermedad me había ayudado en mucho.
Yo había asimilado con fuerza e inexorabilidad que el estar sola era mi única y mejor opción. Que desde aquel 18 de abril no tenía a nadie más que a mi misma, que le debía venganza a mi padre y amor a mi madre. Yo siendo una niña de diez años supe perfecto que no permitiría jamás que nada ni nadie volviera a destruirme, y para ello simple y sencillamente me volví fría y hermética.
Once años investigando, planeando y trabajando en mis debilidades. Once años viviendo con un objetivo en mente.
Once años sin cometer ningún descuido y de pronto aparecía él.
¿No decían que la práctica hacía al maestro? Bien, pues quien quiera que lo haya dicho, que sepa que su proverbio es una gran y enorme mierda.
Matthew había sido ilógicamente el único con el que había bajado la guardia. Él había sido el único que había sido capaz de ver a través de mi y que se había ofrecido a ayudarme. El único que supo como acercarse a mí sin activar ninguna de mis alarmas... el único que logró atravesar mi fortaleza y me hizo confiar en que él me apoyaría.
Pero a fin de cuentas la culpa era mía, porque sólo yo había sido la idiota que creyó en él.
Y la más torpe por haber descuidado lo más importante: mi identidad.
Escondí mi cara entre los cojines de mi cama antes de soltar un grito agudo y desesperado.
El sonido del timbre de la casa me hizo sacar la cabeza de entre mis sábanas, prestando más atención a cualquier cosa que pudiera suceder. La verdad es que no me extrañaría en lo absoluto que Staunton ya supiera de mí. Sin embargo, no me rendiría tan fácilmente.
Me levanté de un tirón de la cama para mirar por la ventana hacía la calle, quedándome de una sola pieza al ver la motocicleta plateada de Matthew aparcada justo en el frente de mi casa.
Bueno, no era Staunton pero poco había de diferencia.
Corrí hacía la puerta de mi habitación pegándome a ella en espera de oír algo que me pudiera prevenir de la presencia de Matthew acercándose hacía aquí.
Confiaba en que nana Vilma no le dejaría pasar, ya que aunque me había negado rotundamente a contarle qué era lo que ahora me había ocasionado otro desmayo, ella sabía perfectamente bien que a mi habitación sólo Diana podía entrar. Ni siquiera David siendo mi amigo había logrado ser admitido aquí.
Aunque tampoco permitiría que le hicieran daño por mi culpa.
-...si hubiera sabido algo ya se los habría hecho saber. Sharon no ha pasado por aquí- escuché la voz firme de mi nana a través de la puerta. Contuve la respiración sintiéndome aun mas idiota.
¿Sería acaso posible? ¿Matthew era el sobrino de Staunton que había venido hace unos días a preguntar por mi?
Una parte de mi se negaba estúpidamente a creerlo, pero la respuesta del interlocutor de nana Vilma vino exactamente por su voz.
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El secreto del callejón A
Teen FictionA Sharon la impulsa una sola cosa: la venganza. A Matthew lo motiva un secreto que exije fidelidad: la ley. Hace un once años en una callejuela al sur de Phoenix, Nicholas Doyle fue asesinado tras ser brutalmente golpeado y su muerte ha quedado impu...