Nota: Hola hola!!!
Les agrego esta notita al inicio del cap para que la lean primero, y es que es importante por dos cosillas:
A) Recordarles del trato del maratón y decirles que me escriban o envíen o asi sus sugerencias para que este sea posible, vale??
B) Para agradeceros por leerme y en especial a @isabel1520 por agregarme a su lista de lectura!!!! Emocionada mil!! Este capi va dedicado a ti.
Ahora si, espero que disfrutéis el cap, comenten, sugieran, etc. Saluditos, y gracias!!!!
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-Alex, el jefe quiere hablar contigo antes de que te vayas- salió Lindsey de la oficina de éste mirándome con cara de compasión.
-¿La pizza tiene algo que ver?
-La fulana es alguien importante. Lo siento.
-Ya, gracias- le dije antes de que se fuera.
Desempleada de nuevo. ¿Acaso algo podría salir peor?
Con furia terminé de quitarme el uniforme rojo que ya no volvería a usar y todo por culpa de esa tipa.
¡Juro por Dios que ella había pedido una pizza diferente!
No, pero claro que la muy maldita se había encargado no sólo de insultarme por mi "falta de atención". No, ella además se había comprometido fielmente a humillarme y evidenciarme frente al resto de los que allí se encontraban. Y la cereza del pastel fue que con sus gritos, logró llamar la atención de mi jefe y no dudó ni un segundo en quejarse ante él.
¿Las consecuencias? Mi despido.
Suspiré frustrada antes de llamar a la puerta de quien en minutos se convertiría en mi ex-jefe.
-Me dijo Lindsey que quería hablar conmigo.
Sus ojos se enfocaron en mi inspeccionándome de arriba a abajo apenas hube entrado.
-¿Sabes quién es la señorita a la que le gritaste?
Bueno, no soy una santa ni una mustia, así que cuando me llamó bastarda evidentemente no pude quedarme callada.
-No tenía ningún derecho a insultarme...
-¿Y tú sí?- preguntó con tono despectivo.
-Va a despedirme, ¿no?
-No... por ahora. Mira niña, eres una buena trabajadora y no quiero tener problemas con el señor Watson- comenzó, pero mi orgullo evidentemente no iba a dejarle continuar sin antes aclararle ese punto.
-No planeaba decirle nada.
-Como sea. El punto aquí es que trabajarás aquí en tanto los trámites se lleven a cabo, después de ello, si los nuevos dueños quieren seguir empleándote- hizo una pausa para encogerse de hombros en clara señal de la poca importancia que eso a él le reportaba- aunque con lo de hoy realmente lo dudo.
-¿Esa...señorita será la nueva dueña?
-No, no realmente. Su padre me ha ofrecido un trato bastante atractivo y... con el dinero que me dará a cambio me alcanza lo suficiente para iniciar una nueva vida. Bueno, no se por qué estoy contándote éstas cosas. Eso era todo, ya lo sabes, te quedas pero no se exactamente hasta cuando. Puedes retirarte- sacudió la mano en dirección a la puerta volviendo su atención a la pantalla de su portátil.
Rolé los ojos haciendo caso a su brusca señal, tratando al menos de ver el lado positivo del asunto: no estaba desempleada.
Aún.
Supongo que después de todo Murphy tenía razón: las cosas sí podían salir peor.
Salí con calma del restaurante de pizzas en el que tal y como lo había hecho notar mi jefe, había conseguido gracias a la recomendación del padre de David. Caminé con premura sobre la acera de las calles mientras rebuscaba entre las cosas de mi mochila los auriculares y mi móvil para poder escuchar música. Pronto la voz de Avril Lavigne comenzó a inundar mi cabeza y sin darme cuenta estaba cantando justo el estribillo de una de sus canciones.
Una de las cosas buenas de trabajar en la pizzería era que ésta quedaba a pocas calles de mi casa y a una distancia considerable de la universidad. Generalmente solía usar esos cinco minutos de caminata a casa de nana Vilma para relajarme y darme un espacio para mí misma.
Escuchar música era una de esas formas.
-¿Cómo te ha ido hoy?- preguntó mi nana minutos antes de que comenzáramos a comer.
-Bien.
-¿Qué sucedió hoy?
Da igual cuanta experiencia tenga para mentir, ella siempre me descubrirá. Me metí un trozo de carne a la boca antes de contestarle.
-Casi me despiden- solté escuetamente, viéndome obligada a proseguir ante su mirada escrutadora- una mujer me gritó porque según ella no le había traído el pedido que solicitó, me insultó, la insulté y mi jefe se enteró.
-Sharon, ese carácter ya te ha traído bastantes problemas, ¿no crees?
No dije nada, sólo me quedé mirando hacía un punto infinito evitando pensar en eso.
-Hoy han venido a buscarte- reanudó mi nana la conversación segundos después.
-¿A mí? ¿Quién?
-Depende de cómo lo quieras ver. No buscaban a Alexandra.
Literal mi boca mitigó toda humedad quedándose totalmente seca y con un sabor un tanto amargo. Con esfuerzos pude volver a articular palabra.
-¿Qué...qué querían?
-Era un joven, a juzgar de tu edad. No preguntó directamente por Sharon Doyle, sólo me dijo que su tío estaba bastante preocupado por ti y que no sabía dónde estabas: qué querían encontrarte.
-Pero...
-Me contó que apenas se habían enterado de que hace dos años que te escapaste del orfanato y que pensaron que pudiste acudir a mi por ser la única persona que conocías fuera de ahí. Obviamente negué haber sabido nada de ti y al parecer el chico lo creyó.
-¿Te dijo su nombre?
-No, él no, pero me dio una tarjeta con números por si llegaba a saber algo de ti, y...- mi nana suspiró antes de abandonar la mesa y dirigirse a la mesilla de centro de la sala, tomando entre sus dedos un rectángulo de papel blanco.
La tarjeta
-¿Es él?
No respondí contestación, nada mas una simple mirada de pésame antes de que por mí misma mirara la tarjeta acerada ahora entre mis manos.
Su nombre resaltaba en letras de oro dejándome claro que él ya sabía que no me tenía controlada, y que ahora iba a luchar sin descanso por volver a hacerlo.
-Peter Staunton
Su nombre salió como un insulto antes de que todo a mi alrededor se desvaneciera.
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¿que tal? ¿os gustó?
Pobre de Alex/Sharon, la están buscando pero al parecer para nada bueno, ¿no creen?
¿que hará ahora?
Espero que os hayan disfrutado
PD: entre más apoyo tenga, actualizo mas rápido!!! ;-)
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El secreto del callejón A
Teen FictionA Sharon la impulsa una sola cosa: la venganza. A Matthew lo motiva un secreto que exije fidelidad: la ley. Hace un once años en una callejuela al sur de Phoenix, Nicholas Doyle fue asesinado tras ser brutalmente golpeado y su muerte ha quedado impu...