HISTORIA TERMINADA®
Liam Ford es un joven empresario de 30 años que perdió a su esposa embarazada en un trágico accidente, cargando un dolor que vivía su vida como un alma en pena, hasta que la vio...
Ana Lucía Luna Montero una Latina de belleza e...
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Tener a esta pequeña en mis brazos, me recuerda cuánto he deseado ser padre y cuánto tiempo Emma me lo prohibió por qué aún no estaba preparada, tenía tres meses de embarazo cuando murió y nunca me lo dijo
¿Por qué?
Cada que comparto un momento especial con Lucia, mi conciencia me grita que tenía idealizada a Emma, me grita que me escondía tanto y para ser honesto, no sé si quiero saberlo.
No puedo desviar la mirada de esta pequeña criatura de ojos azules y mejillas sonrosadas, que se ha dormido en mis brazos, me enamore y ni siquiera es mía, pero es imposible no enamorarse de tan preciosa criatura.
—Liam —Lucia acaricia mi hombro sacándome de mi trance.
—¿Dime?
—¿Nos vamos?—pregunta y para ser honesto, no quiero ni devolver a la bebé.
—Oh —suspiro mirando a la pequeña que sonrío dormida —esta bien, vamos —asiento y antes de devolverle la bebé a su madre beso su pequeña frente.
—Familia, nosotros nos vamos a descansar —anuncia Lucia —nos vemos luego —se despide con un fuerte abrazo y beso en la mejilla de todos y se acerca a su madre —¿Te quedas conmigo o con mis hermanos?
—Tranquila mi pedacito, yo me quedo con tus hermanos. —Lucia asiente, besa su frente, mejillas y le da un abrazo gigante a su mamá, extiende su mano, la tomo y me despido de todos dirigiéndonos a la salida.
—¿Y los padres de tu cuñada? —pregunto mientras caminamos hacia el elevador a paso lento.
—La verdad sólo los he visto dos veces, pero según Lorenzo comentó, fueron a recoger al tío de ella, que es un italiano millonario de no se que cosa.
—¿Vino desde Italia para verla? —asiente
—Es su sobrina favorita y como no pudo tener hijas con su esposa que fue lo que siempre anheló le dedica todo de si a Nicol —dice deteniéndose en seco cuando nos cruzamos con un hombre
Un hombre alto, de traje un poco canoso, que se me hace muy familiar y siento que lo he visto de algún lado, el también se detiene conectando su mirada con la de ella, Lucia al verlo se tensa y aprieta de una manera exagerada mi mano, frunciendo el ceño.
—¿Ana Lucia?.—el hombre pregunta con una tímida sonrisa.
—¿Qué mierda haces tu aquí? —pregunta furiosa apretando mas su agarre.
—¿Te pasó algo? ¿Qué haces tu aquí? —pregunta preocupado
—La pregunta llega 18 años tarde Alessandro —dice bruscamente, el agacha la mirada.
—Hola Lucia —la saluda una pareja de esposos
—Hola Señores Miller ¿Cómo están? —les saluda ignorando al hombre.
