Capítulo 38

3.2K 311 47
                                    

Me levanto en la madrugada dos veces para alimentar a mis bebés, para luego acostarme junto a mi esposo quien apenas me siente cerca, me abraza posesivamente y lo entiendo, yo tampoco ni quiero soltarlo ni pasar un segundo lejos de él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Me levanto en la madrugada dos veces para alimentar a mis bebés, para luego acostarme junto a mi esposo quien apenas me siente cerca, me abraza posesivamente y lo entiendo, yo tampoco ni quiero soltarlo ni pasar un segundo lejos de él. Al amanecer me levanto antes que él, par hacer mis necesidades, asearme, cambiarme y luego ir a arreglar algo que no me gustó pero antes de irme a la isla de enfermería el doctor ingresa a la habitación.

—Señores Ford, buen día ¿Cómo están? —saluda.

—Bien gracias doctor y ¿usted? —le pregunto por cortesía y apenas me contestó que está bien, continuo —Quería pedirle un favor.

—Claro que sí, señora Ford, cualquier cosa que esté a mi alcance, con mucho gusto —dice con una sonrisa y asiento.

—Quiero que mi esposo solo sea atendido por enfermeros —digo y mira a Liam como pidiendo su opinión o aprobación.

—Lo siento doctor, mi esposa es celosa y si ella se siente mejor así no tengo problema —responde Liam a mi espalda, lo observo sería y él sonríe.

—No se preocupe señor Ford, es entendible —responde el doctor con una sonrisa —les tengo una excelente noticia, bueno tres excelentes noticias —dice ensanchando más su sonrisa

—¿Y esas cuáles serían? —pregunta mi esposo al ver que no habla.

—Bueno la primera, es que retiraremos el yeso de su brazo ya que ha sanado completamente y una vez en casa el fisioterapeuta irá a hacerle terapias —asiento —la segunda debido a que solo su pierna falta muy poco por sanar y que no tiene ningún efecto secundario debido al trauma craneoencefálico ya puede irse a su casa a recuperarse con su esposa y sus hijos —dice y sonreímos.

—¿Usted dijo mis hijos? —el doctor asintió.

—Los bebés ya no necesitan ni ayuda para respirar, ni para alimentarse y ya tienen el peso ideal, pueden llevarlos a casa —explicó —en un momento les traen el desayuno, viene el ortopedista a darle una última revisión, retiran el yeso, le dan un baño al paciente y voy procesando la salida de los tres pacientes.

—Muchas gracias doctor —respondo, él asiente luego se encarga de darle una revisión a Liam y a los bebés, una vez finaliza se retira de la habitación.

Yo me encargo de llamar a mi suegro para darle la noticia y me dice que vendrá pronto para ayudarme, una vez colgamos, vienen dos enfermeros para bañar a Liam, en ese momento mis bebes se despiertan y una enfermera viene a ayudarme para alimentar a mis bebés, en ese momento también nos traen el desayuno. Al finalizar la toma de mis bebés sale Liam de la ducha con ropa diferente a la del hospital y lo ayudan a acostarse en su cama, uno de los enfermeros me ayuda con Gael mientras Liam se termina de acomodar y le dice que él se encarga. Después de agradecerles se retiran y nosotros nos quedamos haciendo eructar a los bebés, una vez finalizamos, los pongo de nuevo en su cunita pese a las protestas de mi esposo y le indico que es para desayunar aún así accede a regañadientes.

Destinos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora