Por un simple impulso, la besé, pero no pensé que me fuera a corresponder, sus magníficos labios saben a gloria y aquel impulsivo beso que inició despacio, se empieza a tornar necesitado cuando pongo mi mano en su nuca para profundizarlo y ella me corresponde con el mismo deseo y urgencia que yo tengo y es que besarla se siente como si nuestros labios estuvieran destinados a unirse y por fin lo lograran.Que cursi.
Llevo mis manos a su cintura y la levanto poniéndola en mi regazo, ella de manera automática acomoda sus piernas a cada lado de las mías haciendo que nuestros sexos se rocen haciéndome gruñir por lo bien que se siente tenerla así. Lentamente retiro mis labios de los suyos y voy depositando besos húmedos desde su cuello hasta su clavícula donde le doy un mordisco que la hace gemir y enterrar sus dedos en mi cabello balanceando sus caderas.
Rápidamente tiro de su chaqueta despojándola de ella para hacer la misma acción con su blusa y ¡Maldita sea! La vista tan magnífica de sus senos redondos, firmes y perfectamente a la medida de mis manos hacen que mis pupilas se dilaten con la necesidad de adorarlos con mis labios, le quito lo más rápido que puedo su sostén tratando de no romperlo en el proceso al desabrocharlo, lo saco rápido de su cuerpo haciendo que sus senos se balanceen con el movimiento y clavo mi cara en ellos besandolos, lamiendolos hasta tomar sus pezones en mis labios, los beso, los lamo, los chupo, los muerdo un poco para volverlos a besar y ella gime balanceando más sus caderas.
Su necesidad me hace liberar sus senos con un último beso para volver a apoderarme de sus labios, estoy tan duro que duele, así que llevo mis manos a su cintura y empujó sus caderas con las mías presionando su sexo con mi dureza mostrandole lo mucho que me afecta tenerla así, ella gime en mis labios por la sensación. Nunca, jamás en mi vida, con ninguna otra mujer había sentido esta sed de poseerla de mil maneras como a la extraña desconocida en mis brazos y menos con solo un beso, ni siquiera con Emma.
Ay mi Emma, ¿Qué estoy haciendo? Tengo que detener esto.
Cuando por fin salgo de mi trance de lujuria, me doy cuenta sólo nos separa la fina tela de sus bragas y mis boxer, no sé en qué momento también me desnude, pero antes de seguir pensando más, ella me besa ferozmente y mi mente se vacía en este momento de pensar en cualquier otra cosa que no sea la bella mujer que tengo en mis brazos.
Su humedad es tanta que tanto sus bragas y mi boxer están húmedos, llevo mi mano a su entrepierna y deslizo dos de mis dedos por un lado de sus bragas, buscando su centro que de encuentra empapado, caliente y con su clítoris inflamado, la necesidad de probarla me desespera al punto de que rápidamente la cambio de posición poniéndola debajo de mi y me suspendo sobre ella separando sus piernas con las mías para iniciar mi recorrido de besos desde sus labios, cuello, clavícula, hasta llegar a sus hermosos senos, para tomarme el tiempo de nuevo y saborearlos, tomo uno con mis labios y el otro con una de mis manos, lentamente deslizo mi lengua por su pezón, lo beso, chupo y muerdo hasta que gime balanceando sus caderas tratando de buscar fricción, pero se la niego un poco más, repito la acción con su otro seno, mientras que una de mis manos viaja a su rodilla, subo la mano suavemente por su muslo hasta llegar a su centro, nuevamente introduzco mi mano suavemente por la tela de sus bragas y llevo mis dedos a su nudo inflamado para frotarlo en círculos haciéndola gemir inclinado su cabeza hacia atrás.
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Destinos Cruzados
RomanceHISTORIA TERMINADA® Liam Ford es un joven empresario de 30 años que perdió a su esposa embarazada en un trágico accidente, cargando un dolor que vivía su vida como un alma en pena, hasta que la vio... Ana Lucía Luna Montero una Latina de belleza e...