Inesperado

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Camila.

Una vez que la lluvia cesó Joel y yo nos pusimos nuestra ropa aún mojada y nos fuimos de la troje vieja hacia la hacienda.

-Te veo mañana peque, te quiero-Joel me dió un beso y después yo entré a la hacienda mientras él se iba-

No sabía qué hora era exactamente, sabía que no era tan tarde pero tampoco muy temprano.

-¡¿Dónde carajos estabas?!-Me gritó mi papá delante de todos en la sala-

-Yo estaba en el pueblo y la lluvia comenzó y...-Dije inventando excusas-

-¿Tú sola en el pueblo hija?-Preguntó mi abuela-

-Eh...si quería distraerme un rato pero la lluvia me tomó por sopresa y me quedé bajo el techo de una casa pero ya me había empapado-Dije convincente-

-Nos hubieras avisado que estarías ahí para acompañarte-Me dijo Christopher-

-No, no... está bien...ya estoy aquí-Sonreí a medias-

-Te largas a tu habitación inmediatamente y no sales hasta que yo diga-Ordenó mi padre-

-Jodete Eduardo-Dije de mala gana y fuí a mi habitación-

Tenía que darme una ducha y cambiarme de ropa antes de que pescara un resfriado.

Estaba feliz por el momento tan agradable que había pasado con Joel, me sentía tan plena.

Me tomé una larga ducha recordando cada beso y cada caricia que Joel me dió, era algo que no podía explicar, era la primera vez que me sentía así y me gustaba, amaba sentirme así.

Tal vez si mi mamá estuviera aquí, ella entendería lo que siento por Joel y no le importaría que no tuviera el mismo nivel de vida que yo.

Salí de ducharme y me puse mi pijama para ir a dormir.

Hacerlo con Joel me había tensado un poco los músculos así que estaba agotada y me quedé dormida en el segundo en el que toqué la cama.

Semanas después...

-¡En cuanto arregle el problema en la empacadora nos vamos a ir y no me importa si te llevó a la fuerza!-Exclamó mi papá-

-¡Quiero ver que lo intentes!-Le grité-

Salió molesto de mi habitación y yo solté un suspiro frustrado.

Christopher en menos de tres días tenía que estar de vuelta en la universidad y en la empresa así que mi padre ya quería irse de aquí.

Pero yo estaba renuente con quedarme, no pienso dejar a Joel por nada del mundo.

Tenía un punto a mi favor y era que una de las máquinas más importantes de la empacadora estaba fallando pero eso no tendría todo el tiempo ocupado a mi papá.

No sé cuál es su afán de arrastrarme con él de nuevo a la ciudad, pudiendo dejarme aquí y deshacerse de mí.

Simplemente no entendía.

No sé si había sido del coraje o algo de la comida me había caído mal, porque de la nada me dieron unas ganas inmensas de devolver la comida.

No pude contenerme así que fuí rápidamente al baño y devolví todo lo que había comido.

Jale la cadena para que todo eso se fuera y me lavé los dientes pero la pasta dental me provocó aún más asco y de nuevo devolví.

Me enjuagué la boca con agua y aunque aún tenía algo de asco mínimo ya no había vomitado.

Mi Destino Eres Tú |J.P.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora