Nueva Vida

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Camila.

El mejor día de toda mujer era el día de su boda pero para mí este era el peor día.

Ya no me sentía bien, desde el día en el que me comprometí no he dejado de enviarle cartas a Joel pero no he obtenido ninguna respuesta de su parte.

Y hoy había llegado la hora de escribir la última.

Ciudad de México

Para: Joel Pimentel.

No tengo la menor idea de la razón por la cual no has respondido ninguna de mis cartas, si estás molesto conmigo...bueno creo que tienes derecho en estarlo pero no tienes ni idea del infierno que estoy pasando y cuanto me gustaría que me ayudarás a salir de esto...
Te conté en una carta que mi papá y Christopher me presionaron para casarme con Zabdiel de Jesús y hoy es el día de la boda, por lo que deduzco es mi última carta.
Yo no quiero casarme con él, es muy posesivo y violento pero si intento algo para escapar mi papá me golpeará como lo ha hecho estos últimos días...además me recuerda constantemente que la muerte de mi mamá fue culpa mía y yo...ya no puedo con esto.
Si no respondes daré por terminado todo y entenderé que ya no quieres saber nada de mí.

Atentamente: Camila Vélez

Firmé la carta, la introducí en un sobre y escribí la dirección, adherí la postal.

Abrí la puerta de mi habitación para ir a que Flor la enviara al correo, pero justo la encontré cuando abrí la puerta.

-Oh te iba a buscar-Dije-Llévala al correo es la última-Dije desanimada dándole la carta-

-Si señorita...hmm unas personas vienen para prepararla-Dijo y me di cuenta que en el pasillo había dos chicas-

-Hmm...si que pasen-Dije sin importancia-

Las chicas saludaron amables y pasaron a mi habitación.

-¿Tienes opciones de maquillado y peinado?-Preguntó una-

-No-Dije sin importancia-Hagan lo que quieran-

Las chicas se miraron confundidas entre si y luego hicieron su trabajo.

Tomé asiento en mi tocador mientras una me peinaba la otra me maquillaba.

Una hora y media más tarde habían terminado y salieron de mi habitación.

Yo no quería mirarme al espejo así que sólo fuí por el vestido, era corte sirena de mangas con de hombros caídos, de encaje.

No iba a llevar velo porque no iba con el vestido además yo ni siquiera lo elegí.

Christopher entró a mí habitación.

-Te vez muy bien-Me sonrió-

Yo lo ignoré mientras me ponía las zapatillas.

-Oye hasta cuándo vas a hacerme la ley del hielo-

-Hasta que se me dé la gana-Respondí-

-Mira... sólo espera un año...un año será suficiente y después podrás divorciarte y volver a tu vida normal-

-Que fácil verdad-Dije irónica-Un día dijiste que no ibas a dejar que mi papá decidiera por mí-Me miré en el espejo del tocador-Ahora sé que ni siquiera en tí puedo confiar-Algunas lágrimas comenzaron a caer pero las limpié rápidamente-

Christopher se acercó a mí pero yo sé lo impedí.

-No...-Dije cuando lo ví apunto de abrazarme-No te atrevas a tocarme-Dije indiferente-

Mi Destino Eres Tú |J.P.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora