Dejarte Ir

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Camila.

Los días aquí eran un completo infierno, me había convertido totalmente en la sirvienta de Zabdiel.

Pero quería llevar la fiesta en paz ya que cada vez que yo me rehusaba a hacer lo que Zabdiel quería terminaba con un golpe de su parte.

La situación ya me estaba cansando y asustando ya que cada golpe es aún más fuerte que el anterior.

Había perdido totalmente la comunicación con mi familia porque la noche en la que llamé a mi casa, Zabdiel se dió cuenta por el registro de la llamada.

Me había quitado ahora sí todo, el teléfono, la televisión, la computadora y ya no había llaves de repuesto así que Richard ya no venía a escondidas como antes.

Estaba terminando de limpiar la cocina cuando Zabdiel entró, la piel se me erizó un poco pero sabía que venía a pedirme algo.

-Está noche vamos a ir a cenar a casa de los Camacho-Dijo-Para que tengas listo el traje que dejé en mi habitación, lo planchas-Asentí-Y te pones presentable ya que últimamente siempre estás en pijama, te vez horrible-

-Si...yo tendré todo listo-Fingí una sonrisa-

Zabdiel no dijo nada más y salió de la cocina.

Yo solté un suspiro de agotamiento, como nunca en mi vida había hecho nada de esto y de pronto de un día para otro hacia absolutamente todo en una casa tan grande, me sentía muy cansada.

Hice lo que Zabdiel me pidió, planché el traje que iba a lucir y lo dejé listo en su habitación mientras él tomaba una ducha.

Fuí a mi habitación a alistarme lo más rápido posible para estar lista justo antes que Zabdiel.

Pero los golpes en mi cara eran difíciles de ocultar y el maquillaje que tenía no ayudaba mucho.

Cuando terminé y oculté los golpes lo más que pude, alacié mi cabello e iba a ponerme un vestido.

Pero cuando me quité la blusa de la pijama noté que mis brazos tenían marcados los dedos de Zabdiel, estaban entre morados y verdes.

Maldijé y rápidamente busqué un vestido de mangas largas.

Encontré uno negro, ajustado con un bonito escote.

Rápidamente me lo puse al igual que las zapatillas negras que hacían juego.

Tomé mi bolso y salí rápidamente de mi habitación.

Bajé las escaleras y Zabdiel ya estaba ahí.

-Me alegra que hayas estado puntual-Dijo para después abrir la puerta y salir-

Salí detrás de él y subí a su auto para irnos a casa de los Camacho.

Cuando llegamos, bajamos del auto y entramos.

Pensé que era una cena formal pero me llevé una gran sorpresa al ver que era más una especie de fiesta.

Zabdiel soltó mi mano y fue a saludar a Richard.

-Hey si vinieron-Exclamó Richard con una sonrisa-

-Pensé que sería más una cena que una fiesta-Reí-

-Mi plan era eso pero mi hermana realizó está pequeña fiesta-Hizo una mueca-

-¿Christopher vino?-Pregunté esperando que si, tenía ganas de verlo-

Richard me miró confundido.

-Am... él está fuera del país...yo creí que lo sabías-Dijo algo apenado-

-¿Porqué está fuera del país?-Pregunté-

Mi Destino Eres Tú |J.P.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora